NO ME SAQUES SIN RAZON, NO ME ENVAINES SIN HONOR
Con la espalda quebrada y apoyada en la recalentada piedra de un desierto del que no se su nombre enfrento muy consciente mis últimos abrazos instantes en estas lejanas tierras.
Mi brazo derecho sigue ahí, con la espada de mi padre mellada y sangrada con trozos de astillas de huesos de los que no me siento orgulloso. Su reflejo me trae el recuerdo de mi adolescencia en Mérida, de mis padres y mis dos hermanas Dorotea y Ana de las que no se nada desde hace décadas. El calor de mi pueblo me preparó para estas tierras o eso pensaba hace años, pero hoy me derrito por dentro.
Mi brazo derecho sigue ahí, con la espada de mi padre mellada y sangrada con trozos de astillas de huesos de los que no me siento orgulloso. Su reflejo me trae el recuerdo de mi adolescencia en Mérida, de mis padres y mis dos hermanas Dorotea y Ana de las que no se nada desde hace décadas. El calor de mi pueblo me preparó para estas tierras o eso pensaba hace años, pero hoy me derrito por dentro.
Me alisté libre de pecado, pero me iré con un saco de ellos y juro que de algunos me siento muy orgulloso y se que mi Dios me perdonará por ellos pero hay algunos que cada noche me arrastran a los infiernos.
Palpo las tres flechas, dos en mi costado izquierdo y otra en el vientre, ya no sangran y casi me parecen fusionadas a mis huesos. Temo que este tormento se alargue y me lo tengo bien merecido por meterme en estas tierras. Perdí mi lanza, mi pistola y solo tengo la espada de mi padre.
Con mis ojos irritados por el polvo caliente diviso a cuatro indios acercándose que me miran como a un extraño y solo deseo que terminen con esto de una vez. Me observan con respeto, o eso creo, y veo que se fijan en mi ropa y por sus caras se que no entienden para qué las llevo con este calor. Se que quieren mi espada como trofeo y con gusto se las daré, pero solo después de muerto.
Ah!, mi nombre es Mateo de Cordova, soy capitán del regimiento de infantería y posiblemente el último con vida de los dieciséis que salimos anoche a dar caza a unos indios que nos robaron el ganado.