LA QUÍMICA DEL VINO
Lo más divertido de andar hurgando en archivos es que, de forma causal, surgen nombres de personajes aparentemente desconocidos que tras una simple búsqueda en Wikipedia se transforman en apasionantes y por los motivos más inesperados…
Uno de estos me surgió en la tarde del domingo y se llama Archibald Cochrane [1748-1831], IX conde de Dundonald. El conde fue un destacado inventor pero sin mucho éxito comercial. Su invención más destacada fue el alquitrán de hulla que patentó en 1781 como sellante para los navíos. El desarrollo fue ofrecido a la Royal Navy compitiendo con las preferidas láminas de cobre del almirantazgo.
Pero no es de esos inventos a los que se refería un tinerfeño en Londres sino sobre sus indagaciones sobre la mejora de los vinos, en el cual Cochrane, como buen químico que era, le aportó sus vastos conocimientos. Dice Juan en una carta a Tenerife:
“He tomado varios informes sobre el método de quitar el ácido al Vino. Mi casa se sirve como tengo escrito del Oyster Shell Powder. Una pizca en cada pipa bien batida con el yeso y se ha de trasegar antes de los 20 días y aun 14, de lo contrario echaría a perder el vino y fermentaría. Esta operación solo corrige por un tiempo el acido el que después buelve a reinar. Además, los médicos son de opinión que esta mescla es nociva a la salud. El Earl de Dundonald a quien conozco mucho y es famoso Chymico me ha dicho que la Magnesia es buena para quitar dicho acido, menos cantidad basta y lexos de hazer mal es lo contrario, a esta prefiere la sal Alkalina tan bien mui saludable y se puede tomar sin riesgo. Se pueden hacer varias experiencias sobre cantidades pequeñas, aunque yo soy siempre de parecer que el acido bolvera a reinar después de un tiempo y recomiendo en todos los casos que los vinos se pongan en limpio pocos días después de las mezclas hechas.
Para que Vds. hagan dichas experiencias embio una pequeña porcion de cada materia en un caxon de la marca [el número cuatro sobre un triángulo invertido con una “C” dentro] para su govierno. Continuaré con mis informes de los que daré parte”.
Lo gracioso de esto es que estoy seguro que ni los ingleses sabían que a Cochrane le gustaba experimentar con el vino, ¿o tal vez si?
