El comerciante gaditano, Pedro Domecq relataba en una carta dirigida a Tenerife el 14 de junio de 1797 el ataque en esos días sufría a su ciudad por parte de la flota del almirante Jervis que operaba desde Lisboa, nuestros vecinos.
Su gráfica y nítida descripción no es más que un anticipo de lo que viviríamos en Tenerife un mes más tarde. Pero lo más ilustrativo es ver como nuestros [desinformados] políticos de entonces se equivocaban, como siempre en el pronóstico. ¡Que Dios nos acoja!
En orden al estado actual de los asuntos políticos que tienen siempre el Comercio de esta plaza en la mayor inacción, ha podido mantenerse este Gobierno hasta la presente sin declarar la Guerra a nuestros enemigos encubiertos los Señores Portugueses, que nos están haciendo un conocido daño por el auxilio que halla en ellos la Escuadra de Gervis que tiene desde 3 meses bloqueado este Puerto.
Sin embargo en los segundos choques han perdido bastante gente para no atreverse a volver de tercera vez. Después las disposiciones de este departamento de Marina para la defensa de la Plaza por Mar, han sido tan activas y bien dirigidas que nos consideramos por ahora sin riesgo.
Nuestros políticos opinan que en todo el presente año tendremos la Paz general en Europa. A este efecto debe pasar nuevamente a Francia el Lord Malmesbury para entablar nuevas negociaciones. Pidamos a Dios traigan en este Comisario poderes más amplios que la primera vez, para conseguir el restablecimiento de la quietud tan generalmente deseada."
Los políticos solo decían lo que el pueblo ignorante quería oír. Así que ya sabes, espera siempre lo contrario, que normalmente es lo peor.
