Lo reconozco, llevábamos plata de contrabando a Europa que nos traían de las indias españolas. Los "limones blancos" a que se refiere el conocimiento de embarque adjunto era plata y "los amarillos" ya te lo imaginas. Este bergantín nuestro, de nombre Scipio lo capitaneaba el viejo capitán Samuel Kirkman y regularmente hacía dos o tres viajes al año cargado con vinos con destino Londres. Normalmente hacía escala en Cádiz, donde le recibían los hermanos Eduardo y Jacobo Gough Valois, primos nuestros. El experto capitán sufrió muchos ataques de los corsarios americanos pero siempre salía airoso. En todas las ocasiones los americanos pretendían llevarlo hacia puerto americano con intención de vender nuestros vinos pero jamás lo consiguieron, lo más que consiguieron los corsarios fue que lo llevaran a Funchal, pero al final les convencía para que lo soltaran pues les demostraba que su carga era canario y por lo tanto española.
El Scipio era un bergantín ligero, [un snow en términos anglosajones] muy veloz y rentable. Había sido construido en Inglaterra y Juan Cólogan Blanco lo tenía en servicio desde la década de los sesenta cuando compró una participación del mismo. Tras su muerte en 1772, la nueva compañía Juan Cólogan e hijos fundada por sus hijos lo mantenía aún en servicio y hacía, anualmente, dos o tres viajes a Inglaterra. A finales de 1777 el Scipio hacía su último viaje al servicio de la compañía, pues tras tantos años de servicio estaba ya bastante deteriorado y se había ganado un merecido descanso. El capitán Kirkman tenía como aprendiz a su hijo Samuel junior, que años más tarde tomaría las riendas del buque familiar que tantos servicios daría a la empresa. En agosto de 1777, Tomás Cólogan Valois ya había decidido venderlo en Londres y encomendó esta tarea a sus socios Burges, Pollard and Company que a su vez le debían suministrar uno nuevo, de iguales características, y que navegaría bajo el mismo nombre.
La plata probablemente vino de Nueva España en algún navío que nunca entraba en puerto para que no se la confiscaran. Ese navío contactaba con nosotros y en un punto acordado de la costa norte de Tenerife lo transbordaban al Scipio que secretamente ponía rumbo a Europa. Más de una vez nos pillaron trapicheando en los transbordo y me consta una en la playa de Martianez del Puerto de la Cruz. Desde luego que no éramos los únicos que pasábamos a Europa metales preciosos pero sí que fuimos de los que más llevamos. Esta nota de embarque de julio de 1783 [aún no se había terminado la guerra de independencia americana], es una muestra de aquellos envíos.
En este transbordo se cargaron 26 sacas cada una de ellas con 200 monedas de plata, totalizando 5.200 monedas trasladadas a Londres correspondientes a un pago pendiente de los hermanos Russell , comerciantes de Las Palmas de ascendencia irlandesa.
Carlos Cólogan soriano. Diciembre de 2015.
Carlos Cólogan soriano. Diciembre de 2015.