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Channel: Canary Island in history
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ESTO NO LO LEERÁS NUNCA EN NINGÚN LIBRO DE HISTORIA

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Poder disponer de testigos que relaten en primera persona sucesos relevantes de la historia es un sueño inalcanzable. Por ello, más de un historiador soñaría con tener una crónica escrita de Cristóbal Colón discutiendo con la reina Isabel o de la reacción de Newton cuando le cayó la manzana en la cabeza o de la firma de la independencia americana o de Einstein cuando concluyó que E=MC2, o también cuando sucedió la revolución francesa..., bueno, espera !esta sí que la tengo!, porque me la encontré, como siempre, sin quererlo.
Sucedió hace un mes. Oculta entre cientos de cartas y papeles diversos me encontré unas cuartillas escritas por un tinerfeño que se encontraba !en París!, en octubre de 1792. La letra era muy clara y está escrita en un perfecto castellano. Las tres hojas debían formar parte de un relato más largo, que tarde o temprano aparecerá, porque es mi sino.
Ni corto ni perezoso, y de su puño y letra, Juan describió en ellas el aterrador paisaje de muerte y desolación que veía en las calles de París. Las hojitas estaban escritas para describir lo que experimentaba y también, porque le conozco, para justificar su participación en aquello. El texto lo envió a sus hermanos en Tenerife, y es aquí donde yo lo encuentro.

Su valor es incalculable, por no disponerse testimonios de testigos de aquellos cruentos días y menos escritos por un español. Lo cierto es que para Juan no son para nada desconocidos los miembros de la realeza a los que cita y que muchos de ellos iban a "perder la cabeza" a manos de la guillotina, pero esa es otra historia más enigmática que no cabe aquí. Juan, además de testigo, participaba de aquello ayudando a muchos de ellos a huir de Francia. La deuda nunca se le pagó y me consta que el mismo rey en el exilio se la prometió (...)
Su relato dice así:
1792
…el pueblo a las cárceles y llamando los reos vinieron después otros y a todos hicieron saltar a las cavernas que hubo un sin fin de ellas.
Entre estas saltó la de la Princesa de Lamballe, nuera del duque de Penthiene, príncipe de la Real Sangre; Esta cabeza fue paseada por las calles sobre una pica; también fue muerto aquel día el Conde de Montmorin; Encarnizada la gente y teniendo entre ojos a los eclesiásticos no juramentados, que andaban custodiados en el Convento de los Padres del Carmen descalzos del Luxenbourg pasaron a cuchillo 200, y más de ellos, hallándose entre estos el Sr. Arzobispo de Arles.
Siguieron algunas más atrocidades salpicadas hasta el 6 del mes, que volvió otra vez la calma y ha seguido en la capital hasta el 15; que es la última fecha, pero en Versalles se han pasado a cuchillo 53 prisioneros de Estado que venían de Orleans para ser juzgados en París. Entre estos se cuenta el Duque de Brissac, gobernador que había sido de Paris, y los ex ministros de Lessan y Ministro Dupont du Tercre; En Lyon, Grenoble y la Rechele, dicen que también quedan degollados todos los Reos de Estado.

Después de la toma de Languoy, penetró más a dentro el Duque de Brunswick y se apoderó de la ciudad de Verdún a 6 leguas de París; hasta allí los enemigos no han encontrado oposición, pero después acá parece tendrán muchos tropiezos para realizar su proyecto de llegar a París.
Según noticias de este correo, dicen que los Prusianos han sido rechazados en su ataque a Thionville con mucha pérdida de gente, y tres Comandantes; por otra parte dicen que el Duque de Brunswick, que estaba acompañado entre Verdum y Clemont, se hallaba estrechado por los franceses, y que amagaba con retirarse de esa posición tan crítica; se hace increíble el sinfín de guerras que se han acudido para oponerse a los enemigos; no bajará de 600 mil hombres entre París y los Enemigos, esto es donde estos han llegado.
Aunque mucha parte de este conjunto de gentes se halla poco disciplinada, con todo es de presumir costará mucho a los enemigos pasarles por encima, para poder llegar a París en Estado de atacar tan vasto pueblo por hambre o de que les quiere otro modo que sea; luego en la capital, están fortificándose y ay otro Cuerpo copioso de gentes para su defensa luego también la Estación del año es my adelantada y si los enemigos se aventurasen, son lograr buen éxito, muy expuestos quedarían en el Invierno, tan distantes de sus tierras; El tiempo todo lo contará.
La Convención Nacional estaba sentenciada para el día 20 de este septiembre, para decidir la suerte del Rey; aun no cabe noticia de haberse abierto su asamblea pero por la nota de los individuos elegidos ya para formar la Convención, se viene en conocimiento anticipado, que será destronado el Rey, pues son los Enemigos los más declarados contra la monarquía.

En cuanto a el Rey y su familia, permanecen todos encerrados en el Palacio del Temple y parece sin tener comunicación entre sí; por más que quieran decir no es de presumir les pondrán manos violentas antes bien cuidaran de las personas Reales para tenerlas en todo trance, como otros tantos [otages]; quien ha conocido y visto esa familia en su auges y alto esplendor, ya tiene margen para reflexiones, sabiendo la triste situación en que ahora se hallan.
Hasta la presente no parece que sea tomarnos parte abierta en la coalición contra la Francia, bien que se advierte algún movimiento de tropas para nuestras fronteras, que será para prevenirnos contra los contagios de aquel desgraciado Reino.
Apenas se puede dudar que la Conmoción del 10 de agosto en París, estaba ligada con el proyecto de los enemigos que de fuera venían y es dable de que estos fundaran sus mayores esperanzas en el suceso del partido Realista de aquel día; no les ha salido bien y es fuerza que se den nueva maña; dicen este Correo, no sé si con verdad que en París acababan de apoderarse de la persona principal o cabeza de la Liga de aquel funesto día; si es cierto, en mal pellejo está. Dios calme cuanto antes tanta […]

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