DOMINGO DE IRIARTE, EL NEGOCIADOR DE LA PAZ
Cuando paseas por el Puerto de La Cruz y te tomas la molestia de ver los nombres de sus calles podrás ver que hay comerciantes extranjeros (Bernardo Valois), científicos (Agustín de Betancourt), literatos, pintores (Luís De la Cruz), políticos (Feliciano Pérez Zamora), religiosos (Manuel Esquivel) y de vez en cuando, algún diplomático.
La calle Iriarte hace mención a una familia que dio varios hermanos muy destacados pero me ceñiré a uno solo, el embajador Domingo de Iriarte.
Domingo era un fiel servidor de Carlos III y luego de su hijo el nefasto Carlos IV. Este último tuvo que enfrentar, y con pésimos resultados, una guerra contra los revolucionarios franceses que tras guillotinar a Luís XVI, nos llevó a romper nuestro tradicional pacto Borbón y declararles la guerra.
La guerra del Rosellón o de los Pirineos nos enfrentó con Francia en Europa y en la isla de la Española en el Caribe. Tras dos años de guerra (1793-1795) casi nos costó perder Cataluña, Navarra y el Pais Vasco, pero menos mal que el pérfido Godoy anticipó el desastre y propuso firmar un armisticio.
Para negociar la Paz llamó al tinerfeño Domingo de Iriarte, por entonces embajador en Polonia.
Domingo tenía como contrincante a un franchute medio amigo suyo llamado Francois de Barthelemy, algo que ayudó mucho a cerrar un acuerdo.
Domingo tenía como contrincante a un franchute medio amigo suyo llamado Francois de Barthelemy, algo que ayudó mucho a cerrar un acuerdo.
Una de las primeras pretensiones francesas fue quedarse con la isla de La Palma pero Iriarte se negó en redondo. Al final, a cambio de recuperar los territorios vascos cedimos parte de la isla de la Española (que corresponde a la francófona Haití ya separada de la española Santo Domingo).
¿Porque La Palma y no otra isla? Se dice que fue por las posibilidades que tenía la isla para producir caña de azúcar gracias al abundante agua y también por sus posibilidades para producir seda, todo ello al margen de bloqueos y otras complicaciones.
Así que, las islas ya le podemos dar las gracias a este hábil negociador portuense y el Puerto de La Cruz esmerarse en poco en reconocer a sus grandes hombres.
Carlos Cólogan Soriano. Diciembre de 2018.
