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Presentación de "Bernardo Cólogan y los 55 días en Pekín"

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No se trata de una historia de ficción; tampoco de una novela de aventuras ni siquiera una entrega de literatura de viajes. Acaso el libro "Bernardo Cólogan y los 55 días en Pekín" -que ayer se presentó en el Real Casino de Tenerife- represente, además de una obra de indudable valor literario y documental, un gesto que salda parte de la deuda que la historiografía y la memoria colectiva han contraído con la figura de este tinerfeño universal.
Así lo sostiene su autor, Carlos Cólogan, quien considera que esta publicación -con prólogo de lujo a cargo de Eugenio Bregolat Obiols, diplomático y exembajador de España en China- "llega en el momento apropiado", cuando se perciben ciertos paralelismos entre la actual coyuntura y aquel junio de 1900, momento en el que en Pekín se desata un episodio bélico con el asedio a las legaciones diplomáticas extranjeras: la denominada rebelión de los "boxers".


Aquel conflicto que en 1963 se llevó a la gran pantalla con los rostros, entre otros, de Charlton Heston, Ava Gardner, David Niven y Alfredo Mayo, en el papel de Bernardo Cólogan, culminó con una represión "brutal y cruel" y la expoliación del Palacio de Invierno por parte de las potencias occidentales. Este hecho marcó las pautas de las futuras grandes alianzas y fue el germen de la conformación de "una fuerza multinacional", señala Carlos Cólogan.

Lo cierto es que los historiadores anglófonos se han ocupado de "orillar" la dimensión de la participación española en este capítulo concreto de la historia, si bien Eugenio Bregolat precisa cómo, afortunadamente, "España no disponía de tropas y sus soldados no protagonizaron actos de agresión", manteniendo una distancia que, unida a la condición de Bernardo Cólogan como decano del cuerpo diplomático, derivó en que llevara la voz cantante en las negociaciones posteriores al conflicto.

De hecho fue el primero en firmar el Tratado de Xinchou (1901), acto que se escenificó en la embajada española por la emperatriz y los representantes de las potencias extranjeras, según el cual China se reconocía culpable de la rebelión y sus consecuencias, admitiendo el pago de compensaciones y fijando nuevos acuerdos con las potencias internacionales.
Tras la rúbrica del tratado, después de largos y duros meses, el embajador español reconoció sentirse "agotado" y solicitó un merecido descanso.
Como era su costumbre, con ocasión del cambio de destino o en los periodos de vacaciones, Bernardo Cólogan se embarcaba en los correíllos rumbo a la Isla, rindiendo visita a su madre, que residía en La Orotava. Precisamente, como eco de los hechos de Pekín, el Ayuntamiento de la Villa decidió en 1902 rotular una calle con el nombre de los Cólogan.

Con todo, este diplomático trasciende como una figura que asumió el rol de protagonista de su época y notario de la historia, documentando a manera de diario la sucesión de los acontecimientos de aquel junio de 1900, con fotografías, ilustraciones con dibujos y redactar un diario que narra de una rigurosa cronología.
Su descendiente y autor de este trabajo, Carlos Cólogan, considera fantástico que el embajador entendiera el valor documental de la fotografía y, sobre todo, subraya lo que supone su relato en cuanto a "una visión sobre la diplomacia, centrado en sus compañeros de viaje, sus colegas europeos, y en los protagonistas de la parte china".

Publicado en el Diario El Día. Santa Cruz de Tenerife. 30 de junio de 2015.
cologanmorales@gmail.com

Julio de 1900. Sucesos de China. El ataque a los fuertes de Taku en el rio Pei-Hó

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La Ilustración Española y Americana fue una de las publicaciones periódicas más relevantes desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX (desapareció en 1921). De sus páginas se pueden extraer las mejores ilustraciones realizadas mediante grabados o fotografías que perfectamente harían sombra a las mejores imágenes digitales actuales.

Este artículo que extraigo es del número XXV del 8 de julio de 1900. En dos páginas relata lo que acontecía en china durante el trágico mes de julio. En Madrid ya eran conocedores del levantamiento bóxer y del asesinato del embajador alemán Ketteler. Pero lo que no sabían era que ese día, el 20 de junio se iniciaba el primero de los 55 días de un asedio brutal. Así pues este artículo se publicó  durante aquellos días y por eso es relevante.

Tal vez el artículo tenga algunas imprecisiones pero, refleja muy bien el desconcierto general de la prensa europea. También el poco conocimiento de lo que los occidentales hacían en China y de lo injusto de su comercio. También muestra, y eso es muy evidente, la parcialidad de las crónica europeas en cuanto a la interpretación del porqué de aquel ataque.

Sin embargo, al fin y al cabo, este relato es parte de la historia y simplemente hay que saber interpretarlo para no tomarlo literalmente. El artículo se inicia con una semblanza de nuestro embajador y prosigue con las apreciaciones propias de la prensa europea. Tal vez esto mismo esté sucediendo con muchas crónicas actuales y no nos estemos dando cuenta de ello.


Decía así:

EXCMO. SR. D. BERNARDO JACINTO DE COLOGAN

El Sr. D. Bernardo Jacinto de Cólogan, representante de España en China, nació en Canarias en 1848. A los diez años de edad salió de su tierra natal y se trasladó a Vergara, donde cursó el bachillerato con gran brillantez, marchando luego a París y Londres, donde estudió y concluyó la carrera diplomática.

Al cumplir los diez y ocho años fue destinado a la legación española de Atenas. Desde la capital de Grecia se trasladó a China, después a Turquía, y concurrió a la apertura del istmo de Suez.

De Turquía fue trasladado a Venezuela, y ya de primer secretario a México. En Colombia a donde permaneció bastantes años, siendo recibido con grandes honores de a su llegada que ocurrió en la época en que se restablecieron las relaciones de buena amistad entre España y aquella república.

El Sr. Cólogan tornó a la legación en Pekín, donde ahora representa los intereses de España. El Sr. Cólogan es un diplomático muy distinguido, laborioso e inteligente. Ha escrito diversas y muy apreciables obras de Derecho Internacional.

Nuestro ministro en China no había sufrido daño alguno en su persona hasta el 25 del pasado mes de junio, según noticias recibidas por distinguidas personas de su familia residentes en Madrid, y de creer y de desear es que este ilustre diplomático haya encontrado seguro asilo en la Legación de Inglaterra, donde, según los  últimos telegramas, parece se han refugiado todos los extranjeros residentes en Pekín.

Otra vez, como a mediados del siglo que en esta año termina, se ve precisada Europa a intervenir con sus cañones en el Celeste Imperio, ya que sus representantes diplomáticos no sólo se encentran inutilizados para hacer valer sus derechos y los de sus países respectivos, sino que tienen que preocuparse de poner a cubierto su vida, aún cuando sin conseguirlo todos.

Otra vez, como en los años 1858, 1859 y 1860 los barcos de guerra de Europa hacen valer sus salvas en Takú, en la embocadura del río Peihó (cuyos fuertes reproducimos en la pág. 12), para tratar de demostrar a los Hijos del Cielo que no impunemente se vive la vida de la anarquía en un país donde tienen intereses que defender súbditos de otras muchas regiones del mundo, los cuales, confiados en sus arrestos de civilización, allá a donde se fueron a crear industria, comercio y medios de vida, en fin, que beneficiando a sus iniciadores benefician también a los naturales de la nación donde se establecieran.




La guerra a la que los impulsa el fanatismo y el odio de raza al europeo, en quien ven un enemigo que es preciso destruir, los aniquilará, destruirá su fuerza de cohesión que parecía incontrastable; las naciones que están en acecho de que tal suceda, invocando ahora el tema de la humanidad, desmembrarán probablemente el vasto imperio, y los hijos del Cielo pasarán a ser hijos de los dominios del Zar, de la Gran Bretaña y demás naciones que más agravios hayan sufrido y a que mayor suma de codicia impulse.

Los bóxers o boxeadores han logrado imponerse a la Emperatriz y a los elementos oficiales de China e imbuirles la exteriorización de su odio latente contra Europa. Los atropellos, los asesinatos y las depredaciones de los extranjeros comenzaron a esos fanáticos enemigos del europeo: ahora puede ya asegurarse que china entera sirve a la fatal causa sectaria.
La Emperatriz, o no se sintió con energías y poder bastante para contrarrestar el empuje brutal de los rebeldes, o desconociendo la fuerza enorme de las naciones que tiene enfrente y las insignificancia que para los elementos de guerra modernos ofrecen las grandes masas de hombres mal armados, desdeñó las terribles consecuencias del choque y va a la lucha, si es que no ha sido secuestrada por el príncipe Tuan, como ya se asegura. Los boxeadores han visto con creciente recelo y encono que las fuertes murallas no eran obstáculo para que otra civilización más fuerte y poderosa que la suya, y otra religión más humana, más noble y honrada, lograsen penetrar y hacerse lugar entre aquellos cientos de millones de seres, y quizás han vislumbrado la desaparición de su independencia.
Y maniobrando entre gente inculta, de natural receloso, sino perverso, vejada de continuo por virreyes y mandarines, han podido los boxeadores levantar a China en rencorosa abominación del extranjero y hacer que se produzcan las sangrientas matanzas y el saqueo y el incendio de muchas casas en Yunan-fu, Takú, Tien-tsin, Shanghai, Lutai, Pekín, Mukden y otras poblaciones.

Rusia, Inglaterra Francia, Alemania, y los Estados Unidos han enviado tropas en auxilio de sus respectivos súbditos, atropellados por la chusma y por la soldadesca China; pero ¿llegarán a tiempo de evitar la comisión de más asesinatos?

El total de las tropas aliadas se compone de unos 20.000 oficiales y soldados, número insignificante como se ha demostrado en la práctica.

El primer choque entre Europa y China se ha realizado en Takú, según decimos al comienzo de este trabajo.

La víspera del ataque a los fuertes de la plaza por la escuadra aliada, los comandantes de los buques europeos se reunieron a bordo del barco almirante ruso, y de acuerdos todos, intimaron a los jefes de los fuertes chinos a evacuarlos antes de las dos de la madrugada. Por toda contestación rompieron el fuego a la una. Los barcos europeos contestaron inmediatamente con gran vigor. El bombardeo a los fuertes duró siete horas, y fue seguido de un desembarco que dio por resultado la toma de aquellos.

El buque alemán Iltis tuvo 3 muertos y 7 heridos; dos barcos ingleses sufrieron averías y registraron algunas víctimas a bordo; a bordo de los de Rusia hubo 16 muertos y 45 heridos, la mayor parte a consecuencia de la voladura del polvorín de una de las naves, voladura ocasionada por un proyectil chino. En los barcos franceses sólo hubo un muerto y un herido.

Ya en posesión del arsenal de Takú, no sin ser hostilizados por los testarudos chinos, un cuerpo expedicionario compuesto por rusos, franceses, americanos e ingleses, mandado por el almirante Seymour, se encaminó hacia Pekín, sin poder hacer uso del ferrocarril que une Takú con Tien-Tsin y Pekín –porque tanto los bóxers como la tropas regulares se habían encargado de cortarle, ni por el río Pei-hó, por no disponer de embarcaciones, sino utilizando cuantos medios podían improvisar, haciendo solo algunos pequeños trayectos en ferrocarril. Momento hubo en que la columna internacional se vio cercada y sin esperanza de salvarse. Tomó a Tien-tsin en lucha encarnizada, y prosiguió su movimiento de avance; más como hallo la línea férrea cortada en Lang-fang y otros puntos; tuvo que retroceder a Tien-Tsin, ya en poder de los rebeldes otra vez; destruyó el arsenal próximo, y se posesionó nuevamente de  la plaza. Ahora la situación de esa columna es otra vez dificilísima y apurada.



Otro cuerpo expedicionario europeo, mandado por el almirante ruso Alexeieff, ha entrado en China por el norte.

Los chinos, por su parte, no se descuidan, y al movimiento de invasión provocado por las tropelías de los bóxers con los extranjeros, contestan llenando con torpedos las aguas de los puertos de China para impedir la entrada de buques, distribuyen proclamas por todo el país excitando a la guerra santa, queman templos cristianos y persiguen como a fieras a los misioneros.

Los virreyes se niegan a reconocer la autoridad del poder central en tanto que este no les incita a la guerra contra el extranjero. Y ahora que el príncipe Tuan es el amo, según parece, China se levanta contra Europa.

Los últimos informes aseguran que el general Kangsi y el príncipe Tuan habían logrado entrar en el palacio imperial de Pekín con sus tropas, apoderarse del gobierno, y que ordenaron a todos los virreyes que emprendieran una ruda campaña contra las tropas europeas. Nada de cierto se sabe de este particular.

La columna del almirante Seymour se encontraba ya en la capital del imperio pero cercada por tropas y rebeldes chinos, y sin poder impedir que estas hordas cometan todo linaje de atropellos, como los que las bandas de coolies perpetran en Chang-tun, Chefú y Tchi-li.

De temer es que, como los templos de Yen-chang-tu, Monkden y otros del interior, así como varias propiedades de extranjeros sean pastos de las llamas la hermosa catedral de Pekín y la casa de los misioneros, cuyas vistas damos en este número en la página 12. En la página 16 reproducimos la interesante escena ofrecida por los habitantes de Lieu-tchéu-fu, esperando la llegada de los europeos.

La situación, como se ve, no puede ser más crítica, y ya no es de esperar que los celestes vuelvan de su locura a afrontar una guerra con los más poderosos de Europa. Puesto que han dispuesto ejércitos numerosos con artillería en Lupai y en Paching-fu para proteger el camino de Pekín, y en otros puntos se aprestan tropas regulares para convertir, como en las orillas del gran canal, por ejemplo, donde están parapetándose.

Por su parte, las potencias han de vengar sus ofensas: Alemania no consentiría sin dejar sin castigo al cobarde asesinato de su representante en Pekín, y las demás el de sus respectivos agravios.

“Ojalá que en esta guerra que se prepara marchen junto los Europeos todos!, y no surja la chispa que pueda hacer saltar en temible explosión los encontrados interesas de unos y otros!

Carlos Cólogan Soriano
cologanmorales@gmail.com

1898. Un cotillón en Pekín (por Fernando de Anton del Olmet)

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Estábamos en casa de Mme. Knobel, señora del ministro de Holanda en Pekín. Era un día de carnaval. Tomábamos el té, y las damas del Cuerpo Diplomático se quejaban de la tristeza de aquella corte celeste, recordando con envidia las tan alegres y animadas fiestas europeas en los días de carnaval. De pronto, alguien propuso la idea de un cotillón masqué improvisado. Las damas la acogieron con júbilo, y yo fui encargado de su realización.

¡Triste recuerdo! Fui a la Legación de Francia a proponer el proyecto de las damas a Mme. Pichón. Ella, por no tener hijos, podía más fácilmente que otras dar la fiesta en su casa, de improviso Mme. Pichón siempre cariñosa, “no deseaba otra cosa”. Pero, ¿cómo improvisar un cotillón en Pekín? El problema, sin embargo fue resuelto. No hay imposibles para una mujer amable cuando se trata de una fiesta divertida. Pocas horas después, el parque de la Legación francesa se veía invadido por carretas chinas. Madame Pichón, con todo el personal de la Legación, volvía de recorrer los almacenes europeos de Pekín, la tienda japonesa, los establecimientos chinos. Hasta las barracas de las ferias permanentes de la capital, escondidas en las tortuosas calles del barrio chino, llenas de letreros y linternas fantásticas, todo había sido rebuscado.

De las carretas, paradas en el patio, los criados chinos, vestidos con largas túnicas bordadas de seda, sacaban paquetes y objetos. Eran monstruos de cartón: Animales feroces, como dragones, o inocentes, como mariposas; lanzas, espadas y otras armas sanguinarias, de madera y papel dorado, siniestra contradicción del destino; las infinitas chucherías del país: abanicos, porcelanas, sombrillas, linternas; todo caprichoso, abigarrado, fantástico. Mme. Pichón, muy atareada, dirigía la maniobra. El ministro de Francia, divertido, sonreía, y amablemente, con la especial amabilidad de los miopes, ayudaba.

Al día siguiente se preparaba la casa y se lanzaban las invitaciones. Era preciso que resultara una fiesta divertida, y todos debíamos trabajar por ello. Nosotros, los hombres, gravemente dibujábamos y  combinábamos las figuras del cotillón, inventábamos algunas con alusiones al país, ordenábamos todo para que el baile no cesase un momento. Y echada la última ojeada sobre todo, nos retirábamos para vestirnos caprichosamente, el que menos de frac rojo y calzón corto.

¡Qué comida tan alegre, en la intimidad, la que precedió al baile! Estábamos allí los que habíamos intervenido en la fiesta, ayudando a los dueños de la casa. Mme. Pichón y el ministro de Francia sentían de vez en cuando cierto temor por el resultado del cotillón, y me hacían a mi responsable de la cosa. Y el Sr. Cólogan, le doyen, reía. No temía él el fracaso. No hay nada que resulte mejor que lo imprevisto. Y así fue.

La comida acabada, tomamos el café en la galería de cristales, para ver desde allí la llegada de las damas. El jardín, bajo el cielo esplendido de Oriente, estaba todo sembrado de linternas de papel con grandes caracteres rojos, sostenidas sobre un caprichoso trípode de caña. Las damas, puntuales, deseosas de divertirse, acudían presurosas a la cita. Precedidas de «un mafú» u hombre a caballo, encerradas en los chinescos palanquines forrados de seda, se las veía desfilar rápidamente, llevadas en andas por cuatro vigorosos porteurs. Sus siluetas cruzaban furtivas, se adivinaban más que se veían. Las sillas iban entrando en el salón.

A la ilusión fantástica de las sombras chinescas del jardín sucedía la sorpresa. Aquellas damas jóvenes, bellas, elegantes, escotadas bajo los caprichosos capuchones, cubiertas de piedras, adornadas con ricas telas y transparentes encajes, parecían figurines de París o de Londres. Y los salones de la Legación de Francia, cubiertos de tapices y objetos de arte, lujosamente amueblados, parecían los de una embajada de San Petersburgo o de Viena. Una mano hábil y vigorosa arrancaba del piano las vibrantes notas de un vals. Las parejas se sentían arrastradas. La segunda ilusión era completa. Nos encontrábamos de pronto transportados a Europa, en el seno de la civilización lejana.

Y todos, con animación loca, tomaban parte en el baile. El Sr. Cólogan, decano del cuerpo diplomático, ministro de España, tan digno, tan caballero, bailaba un rigodón, y bailaban como él los más graves diplomáticos, por cuyas manos pasaron horas antes grandes asuntos de estados. Yo dirigía el cotillón con Mme. Pichón. Al principio ella y yo tomábamos en serio nuestro papel; pero bien pronto nos dejamos arrastrar por el vértigo general, y dirigíamos un cotillón vertiginoso, fantástico, loco. Era tal nuestro cansancio, que no podíamos dirigir la última figura. El ministro de Holanda Mr. Knobel, y la baronesa de Hey-King, mujer del ministro de Alemania, nos reemplazaron, dirigiendo la farándole finale.Mientras nosotros corríamos a ver si estaba la cena preparada.

Cena más divertida no fue vista jamás. Servida en mesitas, los más íntimos cenaban juntos, bromeaban en absoluta confianza. Recuerdo de aquella inolvidable fiesta es el grupo fotográfico que entonces se hizo de cuantos en ella tomaron parte, y cuya reproducción aparece en la página 100 de este número.

Comenzando por la línea interior, de izquierda a derecha del lector, están sentados sobre una piel: el Barón de Vitale, intérprete de la Legación de Italia: Mr. Doesberg, intérprete de la Legación de Holanda; Mr. Oliphant, vicecónsul de Inglaterra, muerto en el ataque de las legaciones en julio, y el Sr. de Luca, oficial de aduanas Imperiales de Pekín e hijo de un antiguo ministro de Italia en Pekín.

Detrás aparecen sentados: Sir Claude Macdonald, ministro de Inglaterra; lady Macdonald; Mme. de Prittwitz, señora del Secretario de Alemania; la niña de Ivi Macdonald; la marquesa Salvago, señora del ministro de Italia; la baronesa de Hey-King, señora del ministro de Alemania; Mme. De Giers, señora del ministro de Rusia; Mme. Berteaux, señora del Canciller de la Legación de Francia, y Mme. Dalton, dama de Tien-Tsin.
Detrás están, de pie, Mme. Brazier, señora del Oficial mayor de las Aduanas Imperiales; míster Bax-Ironside, primer secretario de Inglaterra; Mr. Squiers, secretario de los Estados Unidos; Mme. Pichón, señora del ministro de Francia; Sr. Fumio Jano, ministro del Japón; el barón Czickan, Ministro de Austria; Mme. Knobel, señora del ministro de Holanda; D. Fernando de Antón del Olmet, secretario de España; D. Bernardo J. de Cólogan, ministro de España, decano del Cuerpo diplomático; Mr. de Rosthorn, secretario de Austria; Mr. de Solovieff, secretario de Rusia; Mme. De Rosthorn; el barón de Hey-King, ministro de Alemania; Dr. Matignon, de la Legación de Francia, y el marqués Salvago, ministro de Italia.
En el último término se hallan Mr. Lauru, oficial de las Aduanas imperiales; Mr. Le Brun, secretario de Francia; Mr. Ketteles, vicecónsul de Bélgica: Mr. Bethel, oficial de las Aduanas imperiales; Mr. Tours, canciller de la Legación de Inglaterra; Mr. Lecomte, intérprete de la Legación de Francia; el honorable Grovesnor, hijo de Lord Grovesnor, secretario de Inglaterra, suicidado hace unos días en Viena, y el caballero de Wouters, consejero europeo del Tsungli-Yamen.


Fernando de Anton [bigote] y Bernardo Cólogan [de moro]

¡Sarcasmos de la suerte! Poco después de un año, la mayor parte de los que allí estábamos sufrían el largo, el espantoso martirio del que los telegramas nos daban cuenta. Todas aquellas damas tan bellas, tan amables, amigas tan cariñosas; todos aquellos hombres, colegas y amigos queridos, compañeros las unos y los otros de destierro, están allí, en Pekín. Dios sabe cómo, pero de tal manera que pensarlo causa horror. ¡Cuántas veces, ahora, ha venido a mi memoria el recuerdo de aquel cotillón masqué! ¡Cuántas veces también, en las horas de indecible angustia, habrá venido a la memoria de las victimas de Pekín el mismo recuerdo, y cuan siniestramente habrán resonado en sus oídos aquellas notas tan vivaces de aquel baile tan alegre! Y a los que por si acaso nos hemos librado de tanto horror, al recordar aquel baile nos parece ser víctimas de una cruel pesadilla. No todo son fiestas y cotillones, tocados y uniformes, condecoraciones y banquetes en la vida del diplomático.

Firmado: Fernando de Antón del Olmet




Publicado en la Ilustración Española y Americana del 22 de agosto de 1900, pag. 103

Carlos Cólogan Soriano
cologanmorales@gmail.com

Tratado de la herejía. Florimond de Raemond. 1628

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Eran tiempos oscuros. Una época donde el más inocente comentario sobre la palabra de Dios te podía convertir en proscrito e incluso condenarte a la ardiente hoguera. La penumbra lo llenaba todo y oscurecía la mente de los padres de la iglesia, de los señores feudales y del ignorante y temeroso pueblo.

Cualquier cosa que cuestionara el dogma de la iglesia era vista como una amenaza, una injuria. El odio y las rencillas germinaban en cada recodo de los lúgubres caminos de Europa. La iglesia no iluminaba con su Dios, al contrario solo inflamaba. La biblia se malinterpretaba, los Santos Evangelios eran carnaza para mercachifles de la palabra y las tradiciones se habían corrompido hasta que la peste acabó con todo. Entonces los injustos e inmisericordes tribunales de la fe se erigían en jueces que regaban la tierra con la sangre de los inocentes.

Así era el siglo XVI. Triste y moribundo, arrastrando centenares de años de podredumbre. En medio de la inmundicia algunos acuñaron nuevos conceptos que no realmente no eran tan novedosos. Y surgió LA HEREJÍA.

 

Ahora podemos aprender en un click que significa la Herejía. Es una creencia o teoría controvertida o novedosa, especialmente religiosa, que entra en conflicto con el dogma establecido. No es la apostasía, que es la renuncia formal o abandono de una religión o la blasfemia, que es la injuria o irreverencia hacia la religión.

Procede de la palabra griega airesis (αἵρεσις), que significa una elección o un grupo de creyentes, es una escuela del pensamiento o una opinión particular o específica sobre un punto de doctrina determinado. Si la opinión divergente no es tolerada por las autoridades religiosas o por la corriente de opinión mayoritaria, puede llegar a producirse una situación de conflicto y ruptura. La herejía es vista entonces como una desviación sobre el contenido de la fe, y puede llegarse a un cisma o división en el seno de la comunidad religiosa, o a una condena de carácter disciplinario por la insumisión a la autoridad eclesiástica considerada legítima.

En medio de este páramo surgió Florimond de Raemond. Nació en 1540 en Agen, sur de Francia, y falleció el 17 de noviembre 1601 en Burdeos. Fue abogado además de contra-reformista e historiador y miembro del parlamento de Burdeos. La Herejía motivó uno de sus más célebres trabajos como fueron ocho  volúmenes que en lo que trató del asunto. Lo tituló L'Histoire de la naissance, progrez, et decadence de l'Heresie de ce siecle. Divisee en hvict livres ... que se publicó en 1629, es decir después de su muerte.

No sabía y no creo que sepa mucho más de él, pero ahora que su libro terminó en mis manos como un hermoso regalo de mis queridos tíos Augusto y Karin. Me pregunto; ¿cómo llegó este libro hasta Tenerife y donde estarán los otros siete volúmenes? ¿A quien le interesaba tanto la herejía? Seguramente serían parte de aquellos famosos libros prohibidos por la inquisición y muy probablemente debió estar guardado no en un bello estante de una librería sino en una oscura alacena escondido a los ojos de la iglesia.
Ahora a Florimond no creo que lo recuerden más que unos pocos eruditos. Pero en estos tensos tiempos de falta de valores cristianos, de falta de debate religioso, de total ausencia de ética, de aparentes y a veces no tan aparentes amenazas de otros credos, muchos a veces tememos que tal vez vuelvan nuevamente aquellos tiempos de oscurantismo. No será por la herejía dado que ahora no cuestionamos ni dogmas ni creencias, sino por la ignorancia de no leer infinidad de volúmenes que han quedado postrados al olvido. Las grandes bibliotecas se han menospreciado en nuestro país, nadie venera a los libros y eso al final se pagará con la vuelta a la oscuridad. Siempre nos ha gustado redescubrirnos y alegrarnos al encontrar algo perdido cuando realmente es una desgracia y el sinónimo de nuestra eterna condena, el olvido de nuestra propia historia.

Carlos Cólogan Soriano
cologanmorales@gmail.com

Bernardo J. Cólogan, un diplomático canario de película

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Diario Digital Canarias3puntocero

!Carlos Cólogan Soriano esta como un niño con zapatos nuevos y no es para menos! Su tesón, trabajo y la documentación que atesora  de sus antepasados, han propiciado que este ingeniero amante de la historia haya llevado a buen puerto un excitante relato que tiene como protagonista a  D. Bernardo J. Cólogan y Cólogan (La Orotava 1847- Madrid 1921) diplomático de amplia carrera y actor singular de la revuelta de los Bóxers en China ocurrida en 1900, historia que quedó reflejada en la película 55 días en Pekín.

¿Cuál es el origen del libro?

Es consecuencia de otro libro que hace años  publiqué sobre nuestra familia. Entre la documentación que manejé siempre aparecía Bernardo J.Cólogan que había estado en China. Hace un año retomé el asunto y el gobierno de Canarias me empujó con el estupendo argumento de que financiaban el proyecto.

¿De dónde ha sacado el material para contar la historia de Bernardo Cólogan y su estancia en Pekín?

De un álbum familiar de cuero, muy discreto, sin grandes marcas que mi abuela conservó durante años en perfecto estado. A su fallecimiento el libro sale de Canarias  hacia Cádiz a manos de una tía. Cuando decidí profundizar en la vida de D. Bernardo le pregunté a mi padre por aquél libro y se encargó de que volviera a Tenerife. Recuerdo cuando ambos abrimos el libro, le dije a mi padre que teníamos una historia protagonizada por el tío Bernardo y que detallaba los hechos de la revolución de  los bóxers en China en 1900.

Bernardo de Cólogan fue protagonista esencial de la historia de los 55 días de Pekín, pero su carrera profesional le llevó por los cinco continentes…

Su vida es apasionante pero sobre todo hacerlo en aquella época (1869-1910), en aquellos tiempos tenía mucho mérito porque los desplazamientos y las comunicaciones  eran muy difíciles. El iba contando sus viajes en cartas  a su madre, Laura, que enviaba a La Orotava y le contaba todas las peripecias, mientras su madre, lógicamente, le pedía que tuviera mucho cuidado.

Además  de su experiencia en China, el diplomático también vivió  en su carrera momentos históricos en varios países

Quizás otra experiencia más destacada fue la que vivió en México, por motivos emocionales ya que su mujer era de allí y en México nacieron sus dos hijos. Vivió los prolegómenos de la revolución mexicana con las presidencia de Porfirio Díaz y el general Huertas. El se sentía muy cómodo en México y así lo demuestran sus cartas. También cuando estuvo en Colombia, donde por cierto le escribieron una biografía. Bernardo además era un hombre ilustrado que componía música y le gustaba rodearse de escritores y pintores, amén de organizar fiestas que eran muy populares.

Bernardo Cólogan trabajó bajo los reinados de Isabel II hasta Alfonso XIII, una parte esencial de la historia de España…

Sí es lo que más me costó de incluir en el relato del libro, esa cronología. Trabajó para 45 presidentes del Gobierno, con sus correspondientes ministros de Exteriores. Los cambios fueron brutales lo cual constituía una dificultad enorme para un diplomático, atender a una línea de actuación clara y nítida.
El relato de la revolución  de los Boxers está recogido en la película de Nicholas Ray55 días en Pekín, interpretada por David Niven, Charlton Heston y Ava Gadner. El papel, muy breve, del embajador español lo interpretó Alfredo Mayo…
Se presionó mucho, sobre todo el diario ABC, cuando se rodó la película en Madrid (1963) para recordar al gobierno  que el embajador español estaba en Pekín en los sucesos que narra el film y que además su papel tras la revuelta fue crucial.  Al final el productor, Samuel Broston, cedió a las presiones y la figura del embajador tuvo un pequeño papel en la película. Los americanos, muy suyos, cambiaron el nombre de Cólogan por el más latino  de Guzmán, pero salió  en la película. Gracias a este largometraje la historia se sigue conociendo.

Es un libro de historia, de aventuras, una biografía…

Todas esas cosas juntas. A mi gusta contar la historia y hacerla amena, visual con documentación, fotos que ayuden a contar el relato. Hacerla divertida en un libro lo más documentado y bonito posible.

Algún nuevo proyecto entre manos…

Indagando sobre la documentación para escribir la biografía de D. Bernardo encontré en una gaceta de Filadelfia de 1773 un artículo que describe una anécdota muy curiosa de un emperador chino de año 1600 sobre el Canary wine ,por allí van los tiros de mi próximo trabajo.

Publicado por  en Canarias3puntocero el 7 agosto, 2015
http://canarias3puntocero.info/21324/

El aviador de Garachico, Melchor Ponte Méndez [1903-1933]

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Melchor Ponte Méndez. 1924


En unos pocos días se van a cumplir 83 años del trágico accidente que sufrió mi tío abuelo Melchor Ponte Méndez. Solo tenía treinta años y toda su vida por delante. Confieso que su recuerdo me marcó mucho siendo un crio pues su foto presidía una casa veraniega en la finca del Guincho, al norte de Tenerife, a donde íbamos a veranear.

Me llamaba la atención su porte, su elegancia y sobre todo su serenidad. Recuerdo preguntarles a sus hermanas, mi abuela Cristina y tía Constanza y ambas rememoraban con tristeza su pérdida. Era su hermano y que aquello sucediera con aquella crudeza debió ser un golpe demoledor para toda la familia. A mí su retrato me cautivaba y me persiguió durante años soñando muchas veces con emularle. Sin embargo mi afición infantil se diluyó y mi ambicionada vida de militar de aviación derivó a la de ingeniero industrial que ya es bastante.

Por este motivo esbozaré en su memoria un breve relato de su corta vida, que pretende ser mi particular homenaje a alguien a quien toda la familia nunca olvidará.

Melchor Ponte Méndez. 1932

Melchor Ponte Méndez nació en el pueblo de Garachico, al norte de la isla de Tenerife, el 31 de julio de 1903. Era hijo de Gaspar Ponte Cólogan y de María Luisa Méndez de Lugo y Ascanio. Estudió el bachillerato en el colegio de San Isidro de La Orotava, entonces regido por los Hermanos de La Salle, luego se trasladó a Madrid, donde hizo la preparación para los estudios militares, en los Jesuitas de Areneros y, tras la oposición, ingresa en la Academia de Artillería de Segovia, el 27 de agosto de 1921. Concluidos los estudios, fue promovido al empleo de teniente de Artillería el 25 de mayo de 1925 y es destinado al Regimiento Mixto de Artillería de Tenerife, donde presta sus servicios.

El día 8 de diciembre de 1927, se le nombra alumno del 32 curso de Aviación, en Cuatro Vientos, obteniendo el 14 de julio de 1928, los títulos de observador y de piloto militar de aeroplanos. El 22 de octubre de ese mismo año fue destinado a la base de hidroaviones de Atalayón, Melilla y después al grupo de Instrucción en el aeródromo de Getafe.  Más tarde prosiguió su servicio en la Escuela de Tiro y Bombardeo de los Alcáceres, de donde pasó destinado al aeródromo de León y luego a la escuadra nº3 de Experimentación de Cuatro Vientos.


En noviembre de ese mismo año se le confirió una comisión de servicio en París para visitar el XIII Salón Internacional de Aviación; incorporándose a su antiguo destino en Cuatro Vientos una vez concluida aquella comisión.

Durante la II república [1931-1939] y por Orden de 9 de diciembre de 1932 se le concedió el empleo de capitán de Artillería, al tiempo que continúa prestando servicios en Aviación; por esos días efectuaba vuelos en aviones de los tipos: Breget IXX, D.H.9., Niewport, Avro y Canchón.

El año siguiente continuó prestando servicios en la Comisión de Homologación y Equipo, en la Escuadrilla de Experimentación, hasta el 30 de agosto de 1933, en que, sobre las 11 horas y cerca del aeródromo de Cuatro Vientos, en vuelo de prueba, el aparato que pilotaba, al hacer un looping a una altitud de 500 metros, entró en barrena.

Dicho aparato (era un prototipo) había sido diseñado por el capitán José Luis Servet Altamirano y el alférez Miguel Guinea Elorza, ambos ingenieros aeronáuticos y experimentaba en vuelo acrobático y al no salir de la barrena sufrió un encontronazo contra el suelo que le produjeron gravísimas heridas y a consecuencia de ellas falleció.
ABC de 31 de agosto de 1933

Las crónicas del accidente mencionan que volaba solo y que en el accidente sufrió graves heridas especialmente en cabeza y piernas. El impacto se había producido en unos campos de cultivo propiedad de un tal Loring. Tras ser trasladado con vida al hospital militar de Carabanchel falleció nada más entrar en él. [ABC, 31-08-1933].

Como ya no viven ni mi abuela Cristina ni tía Constanza, lo puedo contar. Melchor estaba soltero, pero alguien me contó que se le conocieron dos amores. Uno de ellos fue su prima María del Carmen de Ponte y Miranda. Se sabe que se vieron en Madrid, tras el matrimonio de ella en Suiza. En ese encuentro María del Carmen le dijo que sería siempre el amor de su vida, pero que no podía casarse con él por la tuberculosis que padecía. Melchor a su vez mantuvo un noviazgo con Lolita del Castillo-Olivares, que lo visitó varias veces en Madrid en el aeródromo de Cuatro Vientos.

Izquierda. Constanza Ponte Méndez junto a a Lolita del Castillo Olivares. 
Derecha. Lolita junto a Melchor Ponte Méndez.

Melchor era considerado un gran experto según cuentan las crónicas periodísticas. En los últimos años estaba destinado en la base aérea de Tablada pero solo hacía unos meses que había sido trasladado a Cuatro Vientos, prestando sus servicios en la Escuadra Número I.

El sepelio se celebró en el depósito del hospital de Carabanchel [ABC de 01-09-1933], convertido en capilla ardiente, donde velaron su cuerpo sus compañeros. El ataúd estaba cubierto con la bandera nacional y presidía un crucifijo y alrededor del ataúd, como suele suceder en estos casos, había cinco coronas con sentidas dedicatorias. Pertenecían éstas a los oficiales de la fragata Presidente Sarmiento, Servicio de Aviación Militar, Aero Club, Federación de Aeronáutica, y, la última, de sus propios compañeros de escuadrilla de experimentación, quienes le acompañaban.

La comitiva la presidía el comandante Luis Riaño, en representación del ministro de la Guerra pero también se encontraban el comandante del Estado Mayor, Ángel Riaño, el general de división de Caballería Peña, los coroneles Llanos y Clavijo, el teniente coronel Herrera, el jefe superior de la Aviación Militar, comandante Pastor, el director de la Aeronáutica Buylla, el presidente de la Federación de Aeronáutica, el comandante Fernández Mulero y otros muchos mandos y numerosos soldados.



Sobre la comitiva voló una escuadrilla compuesta por cinco aparatos que arrojaron flores durante el trayecto. Al llegar al cementerio, tres sacerdotes rezaron por él y quedó enterrado en el cementerio de Carabanchel.

Descanse en paz.

Fuentes:
  •  Melchor Zárate Cólogan. Coronel de Aviación. Los primeros aviadores canarios. Don Melchor de Ponte y Méndez [1903-1933]. La prensa. Periódico El Día del 13 de diciembre de 1997.
  • Carlos Cólogan Soriano. Los Cólogan de Irlanda y Tenerife. 2010. Pp. 355-356.
  • Periódico ABC de Madrid. 31 de agosto de 1923.
  • Historia de la Aviación Española. Cap. VIII. La Aviación durante la II República.
  • Tras el accidente de su primer prototipo, Servet-Guinea diseñaron un segundo avión, Guinea-Sevet 2DDM, que voló bien pero fue vendido a un privado.



Francisco Soriano Frade en la División Azul [1942-1943]

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Empiezo esta biografía con ciertas dudas, pues como quien dice, fue hace solo dos días cuando sentí la curiosidad por mi tío abuelo Francisco Soriano Frade. Poco o nada sabía de él, salvo una foto suya en la que se le aprecia sirviendo en la División Azul

Esa foto me generó una gran atracción, y reconozco que me tuve que poner al día sobre la misma pues lo primero que me vino a la cabeza fue la dictadura del general Franco. Esto, que en la mente de muchos podría resultar algo problemático por las evidentes connotaciones ideológicas y políticas, lo deje a un lado y me centré en saber algo más de un soldado español que vivió un trance tan dramático como fue la batalla de Krasny Bor en Rusia. En ese hecho bélico en la que participó de forma destacada la División Azul se perdieron muchas vidas españolas, tanto soldados como oficiales. Precisamente el único de estos últimos que sobrevivió fue Francisco Soriano o tío Paco que es como se le conocía en mi familia.

Por ello, verle portando la bandera nacional, orgulloso como era él de su país, me dio el empuje para indagar en su vida. Una vida que tiene dos partes, la militar que es en la que centraré y la posterior civil. Ambas como se verá muy dispares.

Homenaje al II/269. En primer plano se aprecia al teniente Francisco Soriano Frade con el resto de los supervivientes del heroico Batallón Román, rindiendo honores a sus camaradas caídos.

Francisco Soriano Frade nació el 21 de junio de 1914 en Madrid y era el menor de cinco hermanos. Su padre era Arturo Soriano Colorado [1867-1934], un comerciante de Madrid del que nada sé. Su madre, también madrileña, era Adelaida Frade Pérez [1874-1961]. En una fecha que ignoro, partió hacia Argentina estableciéndose en los Toldos [partido de Bragado] al noreste de la capital Buenos Aires. Desde allí se casó por poderes con su mujer quien luego se trasladó hasta ese país para dar a luz a sus cuatro primeros hijos.

Cuando su padre contaba 40 años y su madre 32, nació el mayor de los hermanos de nombre  Alfonso Soriano, mi abuelo [Bragado, 1906], luego le seguía Arturo [1907], Julián [1909], Adelaida [1910]. Arturo Soriano aparece como presidente del Círculo español de Bragado en 1911 sin embargo la estancia no debió ser muy larga y entre 1911 y 1914 debieron regresar a Madrid pues Francisco nace en la capital de España el 21 de junio de 1914.

La familia Soriano Frade. Ca 1932
Arriba, de izqda. a derecha: Francisco, Alfonso y Julián.
Abajo sus padres y su hermana Adelaida (Morocha).

Su juventud la pasó en Madrid junto a sus hermanos. El mayor Alfonso se licenció en Medicina en 1928 y en ese mismo año ingresó en la carrera militar, donde en 1931 es alférez de la República, destinado forzoso al grupo de Fuerzas Regulares Indígena de Larache Nº4 en Alcazarquivir en Marruecos. Luego prosigue la carrera médica-militar como lo harían su hermano Julián y el propio Francisco. Tras el fallecimiento de su padre el 19 de febrero de 1934 Francisco se encuentra en la península y allí permanece hasta que le sorprende el levantamiento militar del General Franco el 18 de julio de 1936 contra el gobierno republicano.

Teniente de la Guardia Colonial de Guinea Ecuatorial

Quisiera saber algo más sobre cuál fue su desempeño en los casi tres años que duró la Guerra Civil, pero aún no he conseguido localizar su Historial Militar. Lo que si sé es que tras la finalización de ésta el 1 de abril de 1939 se presentó voluntario para un traslado a África.

Así es como llegó en 1941 a Guinea Ecuatorial donde sirvió como oficial de la Guardia Colonial. Su destino era el distrito de Rio Benito y Cogo a donde había llegado el 29 de junio de ese año. Tenía el grado de teniente era el administrador territorial de esa zona.

La Guardia Colonial de los territorios españoles del Golfo de Guinea (también conocida como Guardia Colonial o Guardia Colonial Africana) fue un cuerpo que asumió las competencias aduaneras, militares y policiales en los territorios de la Guinea Española desde principios del siglo XX hasta la independencia de los citados territorios. Esta unidad nació en 1908 para sustituir a las guarniciones de Infantería de Marina, la Guardia Civil y el resguardo de Aduanas por un solo cuerpo que pudiera asumir todas las funciones de estos tres. En el instante de su creación eran solo tenía 430 hombres entre europeos e indígenas, una plantilla ligeramente superior a la suma de los tres cuerpos a los que sustituía.

La composición de esta primera plantilla se fijó en 1 capitán, 3 primeros tenientes, 7 segundos tenientes, 14 sargentos, 42 cabos y 1 corneta europeo habilitado de cabo -todos ellos de la Guardia Civil-, 1 músico mayor, también de origen europeo, así como 12 cornetas, 6 guardias de 1ª, 320 guardias de 2ª, 6 músicos de 1ª, 12 músicos de 2ª y 6 educandos de música, siendo todos ellos indígenas. Mientras Francisco estuvo destinado en Guinea Ecuatorial en su primera estancia de 1941 a 1942, estaba acompañado del teniente Aquilino González de Pablo y como capitanes, Pedro Baena Martínez e Ignacio López Allen. Pero fue poco el tiempo que estuvo destinado en Guinea porque a principios de 1941 regresa a la Península para apuntarse como voluntario en la División Azul.

Operación Barbarroja. Alemania a la conquista de Rusia 

En junio de 1941 las tropas alemanas se dirigieron hacia la conquista de Rusia en la llamada operación Barbarroja. En la famosa reunión entre Franco y Hitler se debatió sobre la participación de España en la guerra pero Franco con sus exigencias logró evitarlo. Sin embargo se declaró un firme apoyo al Tercer Reich y esta se concretó en la formación de un contingente de voluntarios que debían saldar la deuda del régimen franquista con Hitler. De esa forma se mantenía el estatus de no beligerante y se apaciguaba las exigencias. El 23 de junio el ministro Ramón Serrano Súñer propone el envío de una división informando de ello al embajador alemán que se llamó División Española de Voluntarios si bien José Luis Arrese [secretario general del movimiento] le pondría el nombre de División Azul.

Tropas de la División Azul

La iniciativa tuvo una gran acogida entre los partidarios del Bando Nacional y de los miembros de La Falange. Culpaban a la URSS de ser la instigadora y responsable de todos los sucesos de los años 30 que llevaron a la Guerra Civil, dadas la implicación de Moscú en propagar las revoluciones bolcheviques y el comunismo por Europa. La implicación soviética en la guerra española, suponía para el régimen, en palabras suyas, devolver la visita. El 24 de junio se organizaron movilizaciones de adhesión y se proclamó la formación de la división. En Madrid, estudiantes del SEU convocaron una manifestación en la plaza de Callao. Allí se reunieron miembros de FET de las JONS estudiantes, falangistas, miembros del Frente de Juventudes y de la Sección Femenina. 

Pese a que las exigencias alemanas fueron en un principio de que el contingente estuviera formado íntegramente por soldados experimentados, se acordó finalmente que los soldados serían voluntarios, pero estarían comandados por oficiales profesionales del ejército español. La división quedó oficialmente constituida el 26 de junio, y el día 27 daba comienzo el reclutamiento. Se dispusieron banderines de enganche por toda España, y el éxito inicial fue notable. Se hizo una potente propaganda hasta el 2 de julio, día en que finaliza el reclutamiento, cubriéndose ampliamente las expectativas.

En agosto de 1941 el teniente Francisco Soriano Frade ya estaba alistado en la División Azul. Seguramente debió pasar varios meses de adiestramiento para aclimatarse al duro invierno que se le avecinaba. Venía de la cálida y húmeda Guinea donde las temperaturas no bajaban de los 30ºC y sabía que en el invierno ruso era bastante normal estar a decenas de grados bajo cero. Además el era muy delgado y eso no le ayudaría a soportar tan rigurosas condiciones. Así que su unidad debía acostumbrarse a realizar las operaciones cotidianas equipadas con pesados chaquetones.


Ruta ferroviaria hacia Rusia

El tren que les transportó salió de Bata en tren el 21 de agosto de 1942. Cruzó la frontera francesa el 21 de noviembre y llegó, en pleno invierno al frente ruso el 21 de diciembre de dicho año cuando ya la División Azul llevaba un año combatiendo en Rusia. Estaba destinado en el regimiento de infantería 269 del coronel José Martínez Esparza, II Batallón, 6ª Compañía y enviado al sector del Lago Ladora.


Jefes de la 6ª Compañía:
·         01.08.41 a ??.10.41 Capitán Antonio González Alba. 
·         18.01.42 a 03.03.42 Capitán José Maria Vicente Izquierdo. 
·         ??.??.42 a 06.10.42 Capitán Antonio Ocaña Muller. 
·         ??.??.42 a 24.12.42 Capitán Manuel Patiño Montes. 
·         26.12.42 a 22.01.43 Teniente Francisco Soriano Frade. 
·         08.04.43 a 20.06.43 Capitán Bernardo Olmedo Sánchez. 

·         14.07.43 a 10.08.43 Capitán Juan Ahumada Cid. 

La División se componía de tres regimientos más; el 262º regimiento de Infantería “Pimentel” del coronel Pedro Pimentel Zayas, el 263º regimiento de Infantería “Vierna” del coronel José Vierna Trápaga y el 250º regimiento de Artillería “Badillo” del coronel Jesús Badillo Pérez.


Mandos de la División Azul

El 269 Regimiento Esparza se componía de tres batallones. El primer batallón del comandante José González Esteban (1ª, 2ª y 3ª Cia. Fusiles y 4ª Cia. Ametralladoras). El segundo batallón del comandante Miguel Román García (5ª, 6ª y 7ª Cia. Fusiles y 8ª Cia. Ametralladoras) y el tercer  batallón del comandante José Pérez Pérez (9ª y 10ª Cia. Fusiles, 11ª Cia. Ciclista, 12ª Cia. Ametralladoras, 13ª Cia. Apoyo de Artillería y, 14ª Cia. Antitanques).

La División Azul, a pocos días de incorporarse en el frente central, fue desplazada súbitamente al grupo norte, ante la necesidad de reforzar las posiciones. Las zonas de operaciones fueron inicialmente el frente de Novgorod [octubre de 1941–agosto de 1942] que concluyó con la toma de la estratégica ciudad en septiembre de 1941.

El teniente Francisco Soriano Frade. Primero por la izquierda.

A principios de agosto de 1942, Hitler ultimaba los detalles de la inminente operación Luz del Norte, que ejecutaría el definitivo asalto a Leningrado. A la división española se le encomendará la misión de asediar la ciudad desde el flanco sur. Durante todo el mes, las compañías se fueron trasladando de forma escalonada en ferrocarril, desde Novgorod hasta Novo Lissino, desde donde irían tomando posiciones en torno al sector de Kolpino, un importante arrabal industrial de la capital. De las zonas rurales y pantanosas se pasaba a un paisaje urbano.

Las malas noticias llegadas del fallido asalto de Stalingrado, hacen que Hitler tome la decisión el 16 de octubre de cancelar la operación Luz del Norte hasta nueva orden, y mantener mientras tanto la presión con el asedio a la ciudad. El invierno es una sucesión constante de ataques rusos contra las posiciones de la División Azul. Estancados y congelados con temperaturas de menos de 10º bajo cero, se resiste pero se sufren numerosas bajas. El fuego de artillería y los francotiradores rusos causarán 257 muertos, 1.051 heridos y 1 congelado, desde la llegada al nuevo frente hasta final de 1942.

La batalla de Krasni Bor

El 26 de enero de 1943 participó en una cruenta batalla al sur del lago Ladoga. Fue el único oficial indemne de su batallón por lo que tuvo que hacerse cargo del mismo, permaneciendo en la posición hasta el día 30 de enero en que fue relevado con los 24 hombres que quedaban en el batallón. Fue por ello distinguido con la Cruz de Hierro de 2ª clase, pero aún tendría que asistir al hecho más brutal de los sufridos por la División Azul.

A las 6:40h. de la mañana del 10 de febrero de 1943 comienza un feroz ataque de artillería soviético contra las líneas del Heer. El fuego de artillería duró más de dos horas, y fueron disparados decenas de miles de obuses, con una cadencia aproximada de un disparo cada 10 segundos por cada pieza. Al cesar la artillería, comenzaron las pasadas de la aviación soviética. Tras la preparación artillera para el ataque, cuatro divisiones soviéticas de infantería (las 43.ª, 45.ª, 63.ª y 72.ª), con un total de 44.000 hombres, apoyadas por el 31.º y 46.º Regimientos acorazados que comprendían casi 100 tanques entre KV-1 y T-34, dos batallones de artillería antitanque con cañones ZIS de 76,2 mm, la 35.ª Brigada Motorizada y las 34.ª y 250.ª Brigadas de Esquiadores se lanzan, escalonadamente, contra las ya maltrechas líneas alemanas que defendían un total de 5.900 soldados, castigadas por la intensa y densa barrera artillera.
Los soviéticos, convencidos de que el brutal bombardeo artillero ha destruido cualquier posición o intento de resistencia, avanzan de frente sobre el sector del cerco defendido por la División Azul. Los voluntarios españoles, abrumados por la superioridad soviética, salen de sus agujeros, e intentan reagrupan los restos de las unidades supervivientes, montan sus ametralladoras MG34, y toman posiciones en los cráteres que han producido los obuses soviéticos con la esperanza de frenar el avance enemigo. El termómetro no subió de los -25 ºC en todo el combate.

Batallones enteros luchan hasta el final. Según relatos de los supervivientes se producen cruentos asaltos a la bayoneta y se lucha cuerpo a cuerpo una vez agotadas las municiones, en estos combates cuerpo a cuerpo se producen la mitad de las bajas españolas en combate debido a que los españoles no estaban preparados para los combates cuerpo a cuerpo, los rusos tomaron ventaja de este hecho para penetrar las líneas españolas, pero son detenidos por el fuego de artillería bien coordinado, las unidades que son copadas en el asalto, no se rinden, combatiendo en todas direcciones sin tregua.

Enterramientos de soldados de la División Azul en Rusia

A media mañana, los soviéticos habían roto el frente por tres sitios, pero las debilitadas compañías de voluntarios españoles seguían resistiendo a duras penas, sin que la 4ª División SS Volkspolizei pudiera auxiliarlas, pues debía aguantar para hacer frente a una previsible embestida soviética. Los voluntarios luchan hasta el final, sufriendo los estragos hechos por los francotiradores soviéticos que se cobran la vida de más de 121 hombres.

Contraataque de la División Azul

Con el objetivo de evitar el envolvimiento del resto de la División, se establece una posición defensiva paralela al río Ishora con tres centros de resistencia, una vez estabilizado el frente el 21 de febrero. Para ello se cruza el río, estableciendo una cabeza de puente. Se logra ocupar Stáraya Myza en plena noche, siendo recuperada tras un fuerte ataque soviético.

Mantener la orilla occidental del Ishora cuesta unas 30 bajas diarias. El último asalto se registró el 19 de marzo y costó 80 bajas más. Desde entonces la actividad va disminuyendo hasta quedar reducida a escaramuzas sin importancia.


Ferrer Dalmau. "Voljov", un año antes de la batalla de Krasni Bor.



Después del fracasado asalto soviético, el frente sólo retrocede 3 kms en algún sector, pero el cerco sobre Leningrado no se rompe. El mando soviético ordenó a sus fuerzas pasar a la defensiva y el frente queda estabilizado por un año, fracasando la Operación Estrella Polar.

Se producen 2.252 bajas españolas (1.125 muertos, 91 desaparecidos y 1.036 heridos) en un solo día. Otras 1.000 se sumaron en los días posteriores, pero se logra detener el avance haciendo fracasar la ofensiva soviética y produciendo unas 10.000 bajas al Ejército Rojo. Cerca de 300 españoles cayeron prisioneros.
El 2º Batallón está muy mermado, como les sucede a muchas unidades en el frente. Cuenta con quinientos hombres distribuidos en cuatro compañías, numeradas de la 5 a la 8, más una de ametralladoras y una sección de morteros.
(…)
El día 30, llegan a la retaguardia, a Slutz. El teniente Francisco Soriano Frade y veintiséis hombres más. Uno de ellos es Benigno Cabo. Atrás ha dejado, sin poder darles sepultura, a cuatro amigos.
Veintisiete hombres. Es todo lo que queda de los pocos más de quinientos que acudieron hace doce días al frente del Ladoga. Ciento veinticuatro han muerto, doscientos once han resultado heridos, sesenta y seis son baja por congelados, noventa y dos han desaparecido, y otros doce están enfermos. En Mestelevo se van a enterrar los treinta y dos cuerpos que se consigue recuperar. Los pocos supervivientes que han salido indemnes, con el teniente Soriano a la cabeza, les rinden honores. Desfilan con orgullo y la bandera desplegada ante las tumbas de sus camaradas. La bandera está nueva, la acaban de recibir desde Logroño.

… o el caso de la 7ª compañía; al frente, se encontraba el Capitán Massip; lo del capitán Massip es para comentarlo; la 7ª compañía estaba recibiendo un severo castigo; los hombres caían a docenas; las ametralladoras ligeras aguantaban a duras penas; los tanques seguían avanzando; superaban siempre a las posiciones españolas; era frecuente ver como grupos de soldados españoles quedaban aislados.


Enterramientos de la División Azul

El Capitán Massip, había recibido una herida de metralla en la sien; le animaron a abandonar el frente y buscar el amparo de las ambulancias pero él rechazó esto, más al contrario, se situó en una ametralladora de posición y estuvo recibiendo oleada tras oleada a los contingentes rusos; le incrustaron una bala en el ojo; siguió resistiendo; finalmente, le hirieron en una pierna; herido en la sien, sin un ojo y herido en una pierna, aun tuvo ánimo y tiempo de levantarse para lanzar la última granada; justo al lanzar la última granada, le destrozaron el pecho; el Capitán Massip murió rodeado por sus hombres; más tarde le sería concedida a título póstumo la Laureada de S. Fernando, y así un suceso tras otro; cuando termino la jornada, de los 800 hombres, quedaban tan solo 70 en pie; a duras penas, el Capitán Patiño fue reuniendo lo que le quedaba y cuando había reunido a los 70, recibió una orden del Estado Mayor, utilizar 60 hombres para defender una posición, una colina.
A duras penas, el capitán Patiño, ordeno a un teniente, uno de los pocos tenientes que le quedaban, al teniente Soriano, que cogiera a 60 hombres y defendiera aquella colina; el teniente Soriano, estremecido por lo ocurrido en el día anterior, situó a sus hombres en aquella colina y rápidamente, comenzaron a recibir el castigo; los rusos se fijaron y comenzaron a atacar con determinación; el teniente Soriano con todo lo que tenía, fue intentando defender aquello pero era muy complicado, por si fuera poco, el Capitán Patiño y otros oficiales, murieron de un bombazo en una cabaña donde se encontraban refugiados; el teniente Soriano en un acto sublime de heroísmo, consiguió sacar a sus hombres maltrechos de aquella colina y retirarles hasta la retaguardia; siete días más tarde, de aquellos 800 iniciales que habían ido al frente en 20 camiones, todo lo que quedaba del batallón, regresaba en un solo camión; quedaba, el teniente Soriano, un brigada, seis sargentos y veinte soldados; 28 hombres de 800; el batallón, recibió reconocimientos y los supervivientes la cruz de hierro; la batalla de Enga.

Fue el más sangriento enfrentamiento en el que intervino la 250ª División de Voluntarios Españoles de la Wehrmacht. Eran únicamente 5.900 soldados españoles equipados con armamento ligero frente a 44 000 soldados soviéticos del Ejército Rojo, repartidos en 4 divisiones, y apoyados por una enorme cantidad de artillería y tanques.

Francisco Soriano fue herido de bala en el brazo derecho el 11 de febrero de 1943. Fue evacuado al hospital de Köningsberg y de allí enviado a España. Su hermano Alfonso menciona en su Diario que el 27 de mayo emprende un viaje desde Tenerife a Madrid con 25 días de permiso concedido por el Gobernador de aquella isla para ir a ver a su hermano Paco herido y hospitalizado en Madrid-Carabanchel. Me cuentan que dado la gran cantidad de heridos y los limitados medios los mandos militares dieron la orden de no hacer costosas operaciones de recuperación de miembros. Dicho de otra forma, amputar sin más las extremidades dañadas. 

Sin embargo la fortuna se alió con Francisco pues el capitán médico que le atendía era amigo de su hermano Alfonso, por entonces comandante médico. Posiblemente este le avisó y ello motivó su viaje a Madrid. El resultado es que su hermano le visitó y permaneció junto a él durante el mes junio y su influencia permitió que le salvaran el brazo de una más que probable amputación.

Medallas de Francisco Soriano Frade

Pese a tal sangría, el verdadero golpe final a la División Azul no se lo dieron los rusos sino el propio contexto político. La orden de Francisco Franco de retirar la División Azul, fechada el 12 de octubre de 1943, coincidió con el cambio de la posición española en la II Guerra Mundial.


La orden del generalísimo Franco de retirar la División Azul coincide con el cese del ministro de Asuntos Exteriores Ramón Serrano Súñer, sustituido por Francisco Gómez-Jordana Sousa. Gómez-Jordana consideraba a la División algo de lo que había que deshacerse lo antes posible. Tras la repatriación y disolución algunos soldados españoles rechazaron volver a España (entre 1500 y 3000 hombres). Hubo también combatientes españoles que se enrolaron en otras unidades alemanas, principalmente en las Waffen-SS, y otros atravesaron la frontera española furtivamente por Lourdes, al sur de Francia. Las nuevas unidades fueron denominadas colectivamente Legión Azul bajo el mando del coronel de la Legión García Navarro. Los españoles seguían siendo inicialmente parte de la 121ª División de Infantería, pero aun así se ordenó la repatriación de esta unidad en marzo de 1944, siendo transportada de nuevo a España el 21 de marzo.

El 12 de septiembre de 1944 se incorporó de nuevo a la Guardia Colonial, siendo destinado a Kogo y nombrado administrador territorial de su demarcación. El 5 de julio de 1945 embarcó en el Dómine para incorporarse a un nuevo destino en la Península. Seguramente influenciado por Francisco Soriano y sus relatos sobre la experiencia en el frente Ruso su compañero el teniente Aquilino González, administrador de Kogo, se embarcó hacia España en el Rio Francoli a primeros de junio de 1943 para incorporarse también a la División Azul pero no hay constancia de que llegara al frente ruso antes de que la División fuera repatriada a España.


Francisco Soriano Frade en Guinea. 1944. 
Fotos pertenecientes al magnífico trabajo de Jesús Ramirez Copeiro del Villar

No seré yo quien le juzgue pero lo que sí que mostró fue una valentía suprema como muchos otros españoles que participaron en la guerra del frente ruso. Decidir cuál es el bando correcto no es el motivo de estas líneas aunque todos estaremos de acuerdo con que el nazismo fue la pura encarnación del mal y debió ser combatido con todo lo que se tenía a mano. Sin embargo, la locura ideológica afectó también a los españoles y muchos de ellos, influenciados por el régimen franquista fueron víctimas de ella llegando a combatir en el bando que ahora todos sabemos que era el erróneo. Pero reconozcamos que, en aquel tiempo, las cosas nunca fueron blancas o negras.


Familia Soriano Frade. 

La vida militar de Francisco prosiguió hasta alcanzar el grado de Coronel Honorífico para luego licenciarse en Derecho. Se casó con María Pilar Chinchilla Laguna pasando a vivir en Palma de Mallorca. Allí tenía el puesto de Delegado Provincial del Ministerio de Información y Turismo e Inspector de Turismo (Paradores).

En Mallorca se comienza a gestar una gran industria y las organizaciones patronales surgen como necesidad de articular y ordenar el sector. Francisco Soriano participa entre 1951-53 en la nueva organización Foment del Turisme de Mallorca. Tal era la trascendencia del sector que se solicitó que el mismo Gobernador Civil de la Provincia fuera el presidente de la misma. En 1956 y desempeñando ese cargo abogaba por incrementar las conexiones marítimas y aéreas con la isla. Avalaba la información con el dato de que en 1956 eran ya más 246.000 los visitantes recibidos y más de 91 vuelos registrados en un solo día. En ese mismo año se habían inaugurado más de 84 hoteles y se presenciaba el despegue del turismo de sol y playa (a).


Con semejante empuje la nueva actividad económica motivó la conveniencia de contar con un centro de investigación y estudios sobre turismo. Desde varios ámbitos, pero sobre todo por la iniciativa de José Ignacio de Arrillaga que propuso a la Secretaría General Técnica del entonces Ministerio de Educación, en 1961, la creación de un Instituto de Estudios Turísticos. Tras un primer rechazo se realizó un segundo intento esta vez tras una renovación ministerial que nombró a Manuel Fraga Iribarne Ministro de Información y Turismo. Esta vez sí se dio conformidad al proyecto y fue presentado al Consejo de Ministros celebrado el 10 de agosto de 1962, quedando aprobada su creación mediante el Decreto 2247/1962 de 5 de septiembre.

 
Francisco Soriano Frade en Palma de Mallorca con la Cofradía de Hoteleros y afines.

La realización de estudios, investigaciones, dictámenes e informes que, en relación con el turismo se le encomendasen por el Ministro o Subsecretario del departamento y por la Secretaría General Técnica. También La organización y desarrollo de cursos, seminarios, coloquios, simposios, para el perfeccionamiento de profesionales del sector turístico.

Tras la creación se nombró un consejo rector que estaba constituido por un Presidente, que inicialmente era el Subsecretario de Información y Turismo, y posteriormente el Subsecretario de Turismo; un Vicepresidente, que fue el Director General de Turismo y más tarde el Director General de Promoción del Turismo.

El organigrama quedaba como se detalla en el esquema adjunto. Algunos de los colaboradores del Instituto, especialmente Jefes de Sección (Enrique Pardo Canalís; Tomás González y González; Ricardo Barrio Moreno; y Manuel Figuerola Palomo), los dos Secretarios (Juárez Ugena y Francisco Soriano Frade). Así pues Francisco Soriano participó de forma activa en la gestación del Instituto de Estudios Turísticos, esta actividad la desarrolló de forma simultánea con su cargo de Delegado provincial del Ministerio de Información y Turismo en Baleares.

Fueron muchos los años en los que permaneció como Delegado provincial de Información y Turismo en Baleares hasta que en 1976, con la llegada de la democracia fue relevado del cargo por el entonces ministro Adolfo Martín-Gamero y González-Posadas.

De su etapa como cargo público quedaron muchas publicaciones suyas como un estudio titulado Presente y futuro de los apartamentos turísticos publicado por el Instituto de Estudios Turísticos en 1972, el El tren de Sóller1912-1987: Un tren con vocación turística de 1987. El tren de Soller, que es como se le conoce en Mallorca desde su puesta en servicio el 16 de abril de 1912, porque es la ciudad de Sóller la cabecera de la línea férrea que lo une con Palma. Inaugurada esta línea férrea se ponía fin al forzoso aislamiento de Sóller y los habitantes de su Valle. El artículo expone una breve historia de la puesta en servicio de este tren y el importantísimo papel desempeñado por el tren en el desarrollo turístico de esta zona.

Por último está ellibro que publicó en 1996, Pequeña historia del turismo en las Baleares editado por Bitzoc, Los Iconos de Feron  (225 pág.). 

El 16 de enero de 2000 falleció sin descendencia en Madrid a los 85 años. Su cuerpo fue trasladado a Palma de Mallorca para su funeral que se celebró el 24 del mismo mes en la capilla de Nuestra Señora del Pilar quedando enterrado sepulcro familiar sito en el cementerio de Palma de Mallorca (b). María Pilar Chinchilla Laguna falleció en Madrid a los 87 años el 5 de marzo de 2006.








Bibliografía


1815. Leopold Von Buch & Christen Smith. The geology of Canary Islands

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Until 1815, the year when Christian Leopold von Buch and Christen Smith visited the Canary Islands, naturalists’ stays on the islands used to be brief, urged, as they were, to set off for more distant lands. However, the aim of these two prestigious scientists was to settle here and carry out an in-depth study of the island’s geography. This stay, absolutely private, also a novelty, produced the first great book about the Canary Islands’ geology.

Leopold von Buch was born into an aristocratic Prussian family on 26th April 1774 in Stolpe Castle, Uckermark. From his early youth, he showed an interest for geology, botany, geography and paleontology. In 1791, he entered the Mining Academy of Freiberg, Saxony, where he was taught by the geology professor Abraham G. Wemer and met Alexander von Humboldt, with whom he established a friendship that continued in 1797, after his further training in Salzburg. That friendship, and Humboldt’s trip to the Canary Islands in 1799, encouraged Leopold von Buch to visit the archipelago. With all probability, in 1805, when both climbed Mount Vesuvius, Humboldt told him about the similarities between that volcano and Teide. But what really triggered his visit was the influence of a person he did not even know at the time, the Norwegian Christen Smith.

Leopold von Buch

Christen was born in Skoger, Drammen, in the south of Norway, in 1785, studied medicine in Copenhagen and, immediately, became interested in Botany. In spite of that, he finished his studies and started to work in a hospital. When his father died, he inherited a small fortune that allowed him to travel round Europe and devote himself to his real vocation. In 1814, his efforts in the study of botany awarded him the honour to be appointed professor of that subject at the University of Christiania. In a specialization trip to London he got in touch with the city’s vibrant scientific atmosphere.

His life really changed when he met Joseph Banks, the director of the Royal Society of London and sponsor of many travellers and explorers. In that city, he also met Leopold von Buch, with whom he would maintain a friendship for the rest of his short life.

In a letter written in 1815 to his friend the Norwegian doctor and botanist, Jens Wilken Homemann, he explains how he planned his trip to the islands:


ISLA DE TENERIFE. ATLAS DES ILES CANARIES. LEOPOLD VON BUCH, 1836

My first plan was to leave England in March, travel to France and spend some time in Paris and the south of the country; the rest of the summer in Switzerland and the north of Italy; the following winter in Germany and then back to old Copenhagen again. But recently, and even before the war spread again all over the continent, I changed my mind and my plans, which you might judge as eccentric when I tell you that I am on the verge of leaving behind the European sceneries, filled with blood again, to travel to the peaceful gardens of the high Hesperides, the Canary Islands.

The famous Baron von Buch, on hearing how interested I was in this trip, offered to accompany me, and so my shy wishes turned into a firm resolution. Tomorrow we are going to Portsmouth, where a ship is ready to sail with the first winds. On the way we will stop over in Madera for a couple of days. It has always been one of my wishes to be able to see nature in its maximum tropical splendor. Although the vegetation of the Canary Islands has been researched in depth, I believe there must still be much to be done with regard to the cryptogams and general considerations.
In March 1815, a forty-year old Buch and a thirty-year old Christian Smith travelled to the port city of Portsmouth. Leopold von Buch, who was said to be extremely diffident and unsociable, became very fond of the young Smith, whom he describes as:

 … Cuando mi inteligente y afable amigo, el distinguido botánico Christian Smith de Drummen en Noruega y yo estuvimos en Londres en el invierno de 1814, la similitud de nuestros propósitos produjo inmediatamente una cercana intimidad entre nosotros. Todo lo que vimos y escuchamos…

… when my intelligent and amiable friend, the distinguished botanist Christian Smith of Drammen in Norway, and I were detained in London in the winter of 1814, the similarity of our aims in life soon produced a close intimacy between us. Everything we saw and heard…

On the 31st March, they went aboard the William and Mary in the port of Spithead, near Portsmouth, but there was some delay because the press had not confirmed whether peace between England and France had been signed and, a little later, opposing winds forced them to stop for a few more days in Yarmouth, Isle of Wight. Finally, on 8th April, the William and Mary left the English Channel behind and sailed into the Atlantic Ocean. On 20th April, they came in sight of the Island of Madera and, on 21st, they entered the port of Funchal, where the hyperactive Smith, according to Buch’s words, would not stand still.

CHRISTEN SMITH


¡Cómo podría describirlo!, dijo Smith, en una carta a sus amigos en Noruega, “¡cómo podría expresar lo que he visto y he sentido – cómo puedo transmitirles una idea de la variedad y la singularidad de las formas, de la belleza y el brillo de los colores, y el glorioso aspecto general de la naturaleza de la que estoy rodeado!... un gran  número de pájaros canarios entre las ramas llena el aire con sus trinos; y la nieve, que se vislumbra a ratos entre las nubes que envuelven la cima de las montañas, es lo único que puede hacerme recordar mi tierra natal.
How shall I relate to you! said Smith, in a letter to his friends in Norway, “how shall I express what I have seen and felt- how can I convey to you an idea of the variety and singularity of these forms, of the beauty and brilliancy of these colours, and the general glorious aspect of nature with which I am surrounded!”… the vast number of Canary birds among the branches is filling the air with their warbling; and the snow, sometimes appearing through the clouds that wrap the summits of the mountains, is the only object that can recall my native land.

After twelve days in Madera Island, they sailed to the port of Santa Cruz de Tenerife, where they anchored on 2nd May. From there, they travelled on horseback to Puerto de la Cruz with the intention of climbing Mount Teide as soon as possible. They stayed at an inn owned by an Englishman called Jackson in 23 Zamora Street, known as Casa del Sol. However, the persistent bad weather prevented them from climbing the peak, so they decided to spend the time visiting natural landscapes in the north of the island instead. In spite of the rain they admired the exuberance of the northern region of the island, the green landscapes sprinkled with little towns like, La Orotava, Los Realejos, Santa Úrsula and La Rambla. The spring was in full swing: with pine-trees, araucarias, chestnut-trees, prickly-pear cacti and wild flowers everywhere. After long tiring excursions on foot, helped by mules, along little frequented paths they finally managed to climb Teide on 18thof the same month, and they did it along hitherto unknown routes, even for the islanders themselves.

EL TEIDE. ATLAS DES ILES CANARIES. LEOPOLD VON BUCH, 1836


… the crater is but a solfatara of sulphurous vapors, which are released almost everywhere, either through the summit or the external area. These vapors transform the rocks into white clay, and sulfur deposits itself inside the hollows forming beautiful crystals. From the points that mark the end of the little perpendicular rocks forming the circus, above Adeje, the slope of Las Cañadas is totally covered with volcanic lava forming considerable masses that spread over an area of several leagues in the shape of little black uneven currents. A large number of cones rising at a short-distance and a little above that sea of lava, and other volcanic craters that can be seen farther away in the direction of Chahorra Mountain, a volcano close to Teide, clearly mark the sources from which those impressive masses of materials have emanated from. All the matter that forms those currents has the same origins. They contain a lot of feldspar, very thin parallel pieces of crystal.

EL TEIDE. ATLAS DES ILES CANARIES. LEOPOLD VON BUCH, 1836


After intense scientific excursions, they visited La Laguna and Santa Cruz, where they met the French draftsman Louis Le Gros and the economist Francisco Escolar Serrano, who was working on the general statistics of the islands. They also established a relationship with numerous illustrious characters from the island such as Alonso de Nava y Grimón and members of the Cólogan and Barry families, in whose company they spent several days.

From Tenerife they travelled to the other islands. In Gran Canaria they stayed from 28th June to 12th Agust and, from there, they moved to La Palma, staying there from 20thSeptember to 1st October. On the Isla Bonita, as La Palma is known, they stayed in the capital and spent the night in the homes of Felipe Massieu Monteverde and the Fierro family. From the capital they ascended to the area of Taburiente where they walked for days. Their work on the island was of great importance, for they coined the word caldera that has been used in volcanic terminology since then.

ISLA DE LA PALMA. ATLAS DES ILES CANARIES. LEOPOLD VON BUCH, 1836

Once back in Tenerife, they returned to their inn in Puerto de la Cruz and climbed to Mount Teide once again to continue with their observations. The trip was coming to an end and they had to move back to Santa Cruz where another boat, the Albion, awaited to take them back to England. The captain of the ship informed them that he would sail to Lanzarote first to load a cargo of barilla, a coastal plant used in the manufacture of caustic soda. They arrived at the port of Arrecife on 12th October and were fascinated by the harsh and barren landscapes, softened by an extraordinary mixture of colours. Smith writes in his diary:
In the morning of 19th, we went past La Corona and turned down to the salt-mines along a rocky path; in the rocks there was a natural well, but the water there was also salty. The vegetation was not promising, it was scarce. The oppressing heat forced us to get back. We had lunch in Haría. We went our separate ways: I crossed valleys surrounded with prickly-pear cacti and went past a middle-sized village; Buch, much more tired than in any previous trip, chose the shortest way to the Villa (Teguise) and the Port…

On 3rd November 1815, they left Lanzarote for Stockesbay, near Portsmouth, where they arrived on 8th December. There, Buch made valuable contributions to tectonic geography, a budding discipline. The result of his visit to the Canary Islands is reflected in the book Physicalische Beschreibung der Canarischen Inseln (A physical description of the Canary Islands) published in 1825. Once in London, the young Christen Smith visited Joseph Banks, his mentor in England and offered the diary of his visit to the Royal Society. This little document, barely a notebook, contained just thirty seven pages tightly written, with messy impressions of which a fresh copy had to be made. Banks, whose dynamism was permanent, proposed a new expedition to the Congo and he agreed. On 28thFebruary 1816, he left England for the black continent where he arrived in July never to come back.

The Congo expedition went badly from the start. The original plan was to sail along the river aboard the expedition ship HMS Congo. That boat had originally been built as a steamer, a technology that was in its infancy, but it was eventually equipped with conventional sails. The heavy construction made it sit deep in the water, so that they had to stop and make use of a little launch they had on board, which was stopped by rapids 160 kilometers away. After this new setback, the expedition went on along Congo River crossing swamps infested with mosquitoes. The expedition advanced 450 kilometers on foot up the river, but the lack of food, the hostile tribes and the ravaging tropical fevers made them turn round. The return got more and more complicated since they could not find their way back. Downhearted and sad, Smith suffered a bout of tropical fever and died, as did eighteen out of the fifty-six members of the team, among them, all the scientists and the captain.

Unfortunately, his death, one year after they left the Canary Islands, prevented him from publishing what would have probably been an excellent botanical study. After his death, Joseph Banks, sent the manuscript to his family and, in 1889, the botanist F. C. Kiaer made the first transcription of the complicated document that he entitled Professor Christen Smiths Dagbog paa Reisen til de Canariske Øer i 1815. The manuscript is kept in the Library of Oslo University.

La tristeza y la grandeza de Horacio Nelson

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ENTIERRO DE LORD NELSON EN LONDRES

        ¿Que hacen ahí las banderas española y francesa colgadas como si fueran unos andrajosos harapos?. ¿A quien honran esas miles de personas dentro de la catedral de San Pablo de Londres? Si, es él, ese a quien recordamos cada año y festejamos nuestra victoria cuando nos atacó hace ya muchos años. De su figura parece todo dicho, pero hay un aspecto emocional suyo que me genera cierta ternura y me explico.

        En 1797 el archipiélago canario mereció, por circunstancias ajenas a él, el interés de la temible armada británica. Este mérito se le debe a Horacio Nelson quien dejó una profunda huella en la memoria de las Islas. Su ataque a Santa Cruz de  Tenerife del 25 de julio de dicho año, dejó impresas sensaciones indelebles y contrapuestas. Por una parte el orgullo, el honor, y la satisfacción de haber derrotado a un arrogante marino que años más tarde se convertiría en la cabeza visible de la mayor potencia naval de Europa, Inglaterra. Por otra, el destino obsequió a las islas con un pasaje de la historia que rememoramos año tras año placenteramente. Después del ataque naval, el archipiélago ocupó un lugar en la cronología de las batallas más importantes ocurridas en el océano Atlántico, y su destino futuro ha dependido, indudablemente, del resultado de aquella escaramuza.

El vicealmirante, escondía tras su imagen de marino implacable, una particular sensibilidad que mostraba únicamente en el momento de redactar su correspondencia. En  sus cartas se nos muestra la verdadera personalidad del hombre. En el plano personal, fue bueno y generoso con su familia. Amante de su esposa, años más tarde, sin perder nunca la correcta relación que tenía con ella, se enamoró y fue correspondido por una bellísima joven que marcó definitivamente el resto de su existencia. En el militar, fue siempre extremadamente respetuoso con el contrincante y, particularmente, con los hombres bajo su mando.

Antes de que Nelson dirigiera su flota contra Santa Cruz de Tenerife era ya un marino de carrera impecable a las órdenes del almirante sir John Jervis. Su coraje le permitió sobreponerse a la pérdida de la visión de un ojo a causa de un disparo en Córcega, mientras luchaba contra los franceses. Esto no le amedrentó y en febrero de 1797, ascendió a contralmirante, y bajo el mando de Jervis, derrotó fulminantemente a la poderosa flota española que combatía, junto a sus aliados franceses, en el Cabo de San Vicente. La escuadra hispana estaba encabezada por el navío Santísima Trinidad, el único buque del mundo que disponía de cuatro puentes y ciento treinta y seis cañones. Por esa victoria, el almirante Jervis recibió del rey Jorge III el condado de Saint Vicent y Nelson, que disputaba su primer combate naval, obtuvo su ingreso en la orden del Baño, que le permitía usar el tratamiento de Sir. La historia que aquí rescatamos, no resultó grata al ilustre marino. La evocación del fracasado ataque a Santa Cruz de Tenerife le ocasionó el resto de sus días una gran amargura.

FRANCIS COTES: ALMIRANTE SIR JOHN JERVIS, I CONDE DE SAN VINCENTE

       La narración de este combate tiene su inicio en abril de 1797, cuando Nelson, con la autorización de Jervis, envió a Santa Cruz las fragatas Terpsícore y Dido. La primera, al mando del capitán Richard Bowen, asaltó en plena noche al Príncipe Fernando anclado en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. El buque era propiedad de la Real Compañía de Filipinas, empresa española que mantenía el comercio directo entre aquellas islas, colonia del imperio español y la metrópoli peninsular.

       En un golpe audaz, un grupo de marinos, se trasladaron en botes a la fragata y se hicieron con su control. En completo silencio, la sacaron de su fondeadero, uniéndola a su flotilla y desapareciendo en alta mar. Animados por el éxito de la empresa, Jervis envió a Santa Cruz otras dos fragatas corsarias, Minerva y The Lively, para asaltar, con idéntica nocturnidad al barco La Mutine, cuya tripulación descansaba en tierra. La aparente facilidad con la que Jervis se hizo con sus presas animó a este a emprender una aventura mayor. 



       En mayo Nelson se encontraba con Jervis y recibió de éste el mando del Theseus, un hermoso navío de línea de 74 cañones con el cual acosó a las naves que se habían refugiado en la bahía de Cádiz. El 15 de julio, ambos tomaron la decisión de dirigirse nuevamente a Tenerife para cobrarse las presas más codiciadas, el galeón Príncipe de Asturias y la fragata San Fernando, en cuyas bodegas, se suponía, llevaban cuantiosos y ricos cargamentos de oro y monedas de las colonias españolas. La estrategia era presentar un requerimiento exigiendo la rendición de Santa Cruz y del resto de la isla, así como la entrega de todos los buques y las mercancías que se encontraran en el puerto y que no fuesen legalmente verdaderos productos de la isla de Tenerife.


    Para Nelson significaba su momento de gloria, el instante de emprender la misión que le iba encumbrar aún más como marino de éxito. Contaba treinta y nueve años de edad y estaba en plena madurez profesional.
     
     Nelson se hallaba felizmente casado con Frances Fanny Nisbet desde 1787, y a juzgar por sus cartas, estaban muy unidos. Ella era viuda de Josiah Nisbet, con quien había tenido un hijo en 1780 y a quien Nelson acogió como si fuera suyo. Es más, embarcó a Josiah en el Theseus en calidad de teniente cuando solo contaba con veintisiete años. Sólo unos días antes del ataque a la isla, Nelson le escribía a su mujer adelantándole los acontecimientos que se avecinaban.


A la atención de Lady Nelson, Bath
Theseus,
11 Julio 1797
Mi amadísima Fanny:
Boyle del Kangaroo está a la vista y se dirige directamente a Inglaterra y también han avistado el convoy desde Lisboa, por medio del cual yo espero recibir cartas tuyas.
Ahora no nos traemos nada entre manos. Nuestro bombardeo sobre Cádiz y la Flota Española forzó a ésta última a refugiarse en un rincón del puerto. ¡En qué lamentable estado deben estar! No saldrán más durante esta guerra, al menos mientras nosotros nos mantengamos frente al puerto. Nos han informado de que han detenido el convoy de La Habana, pero yo no lo creo, al contrario, pienso que deben estar arribando a Europa.
Espero que nuestros motines hayan terminado ya, pues el Almirante impuso severos castigos que, por otra parte, eran absolutamente necesarios.
Todos estamos bien y sigo decidido a abandonar esta flota el primero de Octubre. Con todo mi afecto, créeme, tu afectuosísimo marido.
Horatio Nelson
RICHARD COSWAY: FRANCES FANNY NISBET

     En la misiva menciona los motines en sus barcos motivados pues las tripulaciones británicas andaban algo desmoralizadas por tanto tiempo alejados lejos de casa y en condiciones de navegación extremas. Esto originó problemas de in subordinación y el hecho de que el estricto Nelson formara parte de la escuadra no arreglaba las cosas. Así pues, había que dar un golpe audaz para subir la moral.... ¡y la paga!.

      

      La flota desplazada para el ataque estaba compuesta por nueve buques que sumaban casi 400 cañones. Una fuerza descomunal para atacar una pequeña ciudad como Santa Cruz de apenas 7.000 habitantes. La escuadra la lideraban cuatro navíos de línea, el Theseus, como buque insignia bajo el mando del capitán Miller, el Culloden del capitán Thomas Troubridge, el Zealous del capitán Samuel Hood, y el Leander, al mando del capitán Thompson. Completaban la escuadra tres fragatas, Terpsichore del capitán Bowen, la Seahorse del capitán Freemantle y la Emerald del capitán Waller. Cerraba el grupo un buque rápido, el cúter Fox del teniente Gibson y la bombarda El Rayo bajo el mando del teniente Compton.

      
       El plan de ataque consistía en que las tres fragatas de la escuadra, que tenían menos calado que los grandes navíos, se acercaran lo más posible a la costa, en la oscuridad, y desembarcaran las tropas para ascender a las montañas situadas al nordeste de la ciudad y poder así atacar sus baterías costeras. El capitán de navío Troubridge, del Culloden, sería el encargado de la fuerza de desembarco. La bombardera Rayo abriría entonces fuego contra la ciudad con sus morteros. Al amanecer, los navíos de línea se acercarían, preparados, para bombardear la ciudad. La ciudad sería destruida por el bombardeo, a menos que los buques mercantes que se hallaran en el muelle con su carga, y el supuesto tesoro desembarcado en la población fueran entregados. 

      El día 18 la tripulación se dedicó a la instrucción de armas cortas. El día 20, Troubridge se trasladó al Theseus para recibir las últimas instrucciones y detalles de la operación. La fuerza de desembarco consistía de 200 hombres por cada navío de línea, 100 más por cada una de las fragatas, completada por 80 artilleros, es decir, unos 1.000 hombres. La maniobra de desembarco comprendería dos fases. En la primera se desembarcaría a unas dos millas al nordeste del muelle de Santa Cruz, en la playa de Valleseco, para tomar en maniobra de envolvimiento el castillo de Paso Alto. En la segunda fase, si no se rendía la ciudad tras conquistar dicho fuerte, se dirigirían al muelle, para ocupar desde allí la ciudad.

THOMAS TROUBRIDGE


       El primer desembarco se inició en la mañana del 22 de julio en la playa del Bufadero. El primer intento fue cancelado después de que las corrientes adversas dificultaran el ataque y se perdiera el elemento sorpresa. Nelson inmediatamente ordenó un nuevo ataque que fue repelido. Se preparó entonces para hacer un tercer intento que se llevaría a cabo durante la noche. Aunque él personalmente dirigió uno de los batallones, la operación fracasó: los españoles estaban mejor preparados de lo que esperaban y habían asegurado fuertes posiciones defensivas, (varios barcos no lograron desembarcar en el lugar correcto en medio de la confusión, mientras que los que sí lo hicieron fueron barridos por disparos y metralla).



       El barco de Nelson alcanzó el lugar señalado para el desembarco pero tan pronto como éste puso un pie en tierra una bala de mosquete le dio en el brazo derecho produciéndole múltiples fracturas en el húmero. El joven John Weatherhead estaba en el barco de Nelson esa noche y consiguió desembarcar bajo una lluvia de proyectiles, aunque fue herido en el estómago. Josiah, que había insistido en acompañarle, le hizo un torniquete con el pañuelo que llevaba al cuello y lo llevó de regreso a bordo.


ESTEBAN ARRIAGA: EL ATAQUE DE HORACIO NELSON A SANTA CRUZ DE TENERIFE


CARTA DE HORACIO NELSON A JOHN JERVIS 


      El asalto se convirtió en una sucesión de fracasos. Por momentos, las escaramuzas fueron intensas, pero ello no fue pretexto para que se dieran situaciones humanitarias donde algunos españoles atendieron a los heridos ingleses en actos de caballerosidad que entonces eran frecuentes entre ambos bandos. Fue el caso de un español de origen irlandés, Bernardo Cólogan Fallon, que recogió herido en la playa a John Weatherhead. Le atendió de sus heridas, empleando la tela de su camisa para vendarlas, y le ayudó a regresar al Theseus. Pese a ello, Weatherhead, no mejoró y falleció cuatro días más tarde, el 29 de julio de 1797. 

      Como es sabido, el ataque fracasó y el propio Nelson informó a su superior, el almirante John Jervis, de lo sucedido. Junto a la carta adjuntó una lista de los oficiales y marineros heridos o fallecidos. Una hoja dolorosa, pues en ella se hallaban los nombres de muchos compañeros con los que había compartido años de navegación.

       Nelson, que siempre había distinguido a los hombres que se comportaban honorablemente en actos de guerra escribiría, a bordo de su navío, una carta de agradecimiento a su rival, el general Antonio Gutiérrez, por el trato dado a sus hombres. La carta se la entregó personalmente Troubridge, el día después, cuando se disponía a recoger a los heridos británicos que estaban en los hospitales de la ciudad.

Theseus, en las afueras de Tenerife, 26 de julio de 1796.
No puedo separarme de esta isla sin dar a V. E. las más sinceras gracias por su fina atención para conmigo, y por la humanidad que ha manifestado con los heridos nuestros que estuvieron en su poder, o bajo su cuidado, y por la generosidad que tuvo con todos los que desembarcaron, lo que no dejaré de hacer presente a mi Soberano, y espero con el tiempo poder asegurar a V. E. personalmente cuanto soy de V. E. obediente humilde servidor.
Horacio Nelson

Sor. D. Antonio Gutiérrez Comandante General de las Yslas de Canarias.
Suplico a S. E. me haga el honor de aceptar un barril de cerveza Inglesa y un queso.
A lo que el general contestó:
Muy Señor mío, de mi maior atención:
Con mucho gusto he recivido la muy apreciable de V. S. efecto de su generosidad y buen modo de pensar, pues de mi parte considero que ningún lauro merece el hombre que sólo cumple con lo que la humanidad le dicta, y a esto se reduce lo que yo he hecho para con los heridos y para con los que desembarcaron, a quienes devo de considerar como hermanos desde el instante que concluió el Combate. Si en el estado a que ha conducido a V. S. la siempre incierta suerte de la Guerra, pudiese yo, o qualquiera de los efectos que esta Ysla produce, serle de alguna utilidad o alivio, ésta sería para mí una verdadera complacencia, y espero admitirá V .S. un par de limetones de vino, que creo no sea de lo peor que produce. Seráme de mucha satisfacción tratar personalmente quando las circunstancias lo permitan, a un sugeto de tan dignas y recomendables prendas como V. S. manifiesta; y entre tanto ruego a Dios guarde su vida por largos y felices años.
Santa Cruz de Tenerife 27 de julio de 1797.
B. L. M. de V. S. su más seguro atento servidor.
Dn. Antonio Gutiérrez
P .D.: Recibí y aprecio la cerveza y queso con que V. se ha servido favorecerme. Recomiendo a V. S. la instancia de los franceses que le habrá hecho presente el comandante Troubridge a nombre mío.
Sr. Almirante D. Horacio Nelson


        En la tarde del día 26 de julio de 1797, los buques británicos rindieron honores fúnebres con veinticinco cañonazos y el arriado de sus banderas en memoria del malogrado capitán Bowen, comandante de la fragata Terpsichore, muerto el día anterior. La fragata Emerald entregó en Cádiz, tal y como había prometido, el parte de la victoria española. El honor y la dignidad de Nelson quedó patente en todo momento, aún pagando cara su audacia, pues el desconocimiento de la zona de desembarco y sus mareas así como la escasa valoración de la fuerza de los defensores, le hizo perder sus ventajas en el ataque. 


        Con una presencia de ánimo excepcional, no exenta de sentido del humor, escribió a su mujer desde el Theseus cuando regresaba a Inglaterra:





Theseus, en navegación,
5 Agosto 1797
Mi amadísima Fanny:
Tengo tanta confianza en tu amor que siento que el placer que vas a experimentar al recibir esta carta va a ser igual tanto si ésta está escrita con mi mano derecha o izquierda. Son los avatares de la guerra y yo creo tener muchas razones para estar agradecido; y sé que tu placer será aún mayor al descubrir que Josiah, gracias a la Divina Providencia, fue decisivo a la hora de salvar mi vida. En cuanto a mi salud, ésta nunca ha sido mejor; y ahora espero poder volver pronto junto a ti. Confío en que mi país no permita que me enfrente a necesidades pecuniarias pues he estado luchando durante toda esta guerra para evitarlo. Aunque no me sorprendería que me ignoraran y olvidaran, pues probablemente ya no les resultaré de utilidad. Sin embargo, poder seguir disfrutando de tu amor hará que me sienta rico. La casita de campo es en estos momentos más necesaria que nunca. Por los periódicos sabrás que el Lugarteniente Weatherhead ha muerto. ¡Pobre hombre! Aguantó vivo cuatro días después de que le dispararan. No cerraré esta carta hasta que no alcance al resto de la flota, lo cual puede tardar un tiempo porque el todo ha estado en calma los tres últimos días. Tengo la suerte de tener un buen cirujano a bordo; en resumen, estoy mucho más recuperado de lo que cabía esperar. Te ruego que ni tú ni tu padre piensen demasiado en mi percance: mi mente hace mucho que resolvió el contratiempo. Dios te bendiga y créeme
Tu afectuosísimo esposo:
Horatio Nelson
      
       En multitud de cartas, pidió perdón a las familias de los que fallecieron junto a él. En el caso de su apreciado teniente John Weatherhead, Nelson escribió a su padre expresándole su pesar:
141 Bond Street, 31 Octubre 1797
Estimado Señor:
Créame cuando le digo que en gran medida yo he participado en nuestra causa real por la pena que siento ante la pérdida de un excelente joven. Tanto si consideramos su moralidad como en su condición de oficial, él fue un claro ejemplo para todos los que estuvimos a su alrededor; y cuando pienso en aquella noche fatal, no puedo evitar sentir la pena y revivir su caída ante mis propios ojos. Querido amigo, él luchó como siempre lo hizo, junto a mí, y más de cien veces con éxito. Pero por alguna extraña razón (según nos han enseñado a creer) tenía que producirse una separación, y por lo tanto debemos, por muy duro que sea la tarea, mostrar resignación.
Con mis más sinceros deseos para su futura felicidad, créame, estimado Señor,
Su más ferviente servidor:
Horatio Nelson 

       El contralmirante regresó a Inglaterra a curarse sus heridas físicas y morales. Si bien el castigo sufrido en Tenerife fue más allá de lo humanamente soportable, no le restó valor para convertirse en uno de los marinos más respetados de la historia naval británica y mundial.

HORACIO NELSON DE REGRESO EN EL THESEUS y EMMA, LADY HAMILTON


        En marzo de 1798, se reincorporó al servicio junto al almirante Jervis y participó nuevamente en el bloqueo de Cádiz. Meses más tarde infringió a los franceses una humillante derrota en la rada de Abukir y su rey le concedió la baronía del Nilo y Burnham-Thorpe. 



       En septiembre comenzó a relacionarse asiduamente con lady Emma Hamilton, una joven inglesa casada con el embajador de Inglaterra en Nápoles, sir William Hamilton. Año tras año, la relación se fue consolidando, convirtiéndose en su amante y conviviendo con ella abiertamente en Inglaterra. El almirantazgo, que desaprobaba su conducta, decidió devolverlo al mar para alejarlo de su amante.


       Después de la reconquista de Nápoles se suceden batallas contra los daneses y las continuas luchas contra las fuerzas napoleónicas. Tras la firma de la Paz de Amiens, el 22 de octubre de 1801, Nelson fue nombrado comandante en jefe del Mediterráneo y asumió el mando de la nave HMS Victory. Pero la paz fue breve y sólo dos meses más tarde fue enviado de nuevo a luchar a la que sería su última batalla, Trafalgar.
   
      Poco antes de comenzar la contienda, Nelson envió uno de sus últimos mensajes codificados a la flota, que transcrito reza: England expects that every man will do his duty.

          Su duración fue breve, pero el despliegue naval de los tres países pasará a la historia como la más cruenta y brutal batalla sobre el mar. Para España y Francia supuso la perdida del grueso de sus fuerzas navales, para Inglaterra la hegemonía sobre el mar. Nelson recibió una bala de mosquete y falleció en su barco. En sus funerales, celebrados en la catedral de San Pablo de Londres, presidían el acto dos gigantescas banderas de España y Francia, capturadas durante la batalla de Trafalgar. Sus dos grandes enemigos estaban presentes ante el almirante, una señal de respeto tras toda una vida de permanente lucha.




Carlos de Franchi. El funesto gobernador de Texas. 1736-37

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Por aclararlo bien, creo certeramente que pese a que muchos canarios llegaron y se establecieron en los Estados Unidos, siempre pensé que ninguno de ellos llegara a ser un destacado hombre de aquellos lares. Pero cual es mi sorpresa al ver que uno si lo fue y nacido en La Orotava. Se llamaba Carlos de Franchi y Benítez de Lugo que fue gobernador del estado de la estrella solitaria [1736-37] cuando este territorio pertenecía al virreinato de Nueva España.
Los Adaes
Carlos nació el 5 de septiembre de 1701 y era el tercero de los hermanos Franchi y Benítez de Lugo. El mayor era Juan Bautista [19 de mayo de 1696] y el segundo era el gran Cristóbal Joaquín [12 de febrero de 1700], teniente general de los ejércitos y luego marqués de la Candia y del Sauzal. A estos dos se le suma la hermana Magdalena [30 de noviembre de 1694], la menor. Pero dejándoles a un lado quiero mencionar algunas cosas para aclarar sobre la confusa biografía de Carlos, a quien se le podría denominar como Carlos el funesto, dicho esto con todo mi respeto.[1]
Carlos de Franchi y Benítez de Lugo que tan solo tenía un año menos que Cristóbal nació en La Orotava. La trayectoria de este tercer hermano es verdaderamente fascinante y en dirección completamente opuesta, geográficamente hablando, a la de Cristóbal. Militar como sus hermanos mayores ingresa en las Reales Compañías de Guardias Marinas, alcanzando el grado de coronel de los Reales Ejércitos. Luego viaja a América para nunca volver y allí se le conoció como Carlos Franquis Benites de Lugo  y por este cambio en su nombre es a veces difícil seguirle la pista.
De lo poco que aún sé de él, si he averiguado que siendo muy joven, se trasladó a la Habana donde se casó dos veces. La primera con María Beltrán de Santa Cruz y Valdespino nacida en La Habana en 1692. La ceremonia se celebró en la catedral el 2 de febrero de de 1721.  Tristemente ella falleció el 5 de diciembre de 1722 cuando solo contaba con treinta años. Era hija de Pedro Beltrán de Santa Cruz y Noriega, capitán de Caballería, y de María Felicia de Valdespino y Cuilizasti. Era nieta del Licenciado Pedro Beltrán de Santa Cruz y Beitia, alcalde ordinario de La Habana, natural de Quito, y de Isidora de Noriega y Recio. La segunda vez se caso, también en la catedral de la Habana, con Ángela Alarcón-Ocaña y Pedroso el 18 de febrero de 1726 con quien tuvo un hijo según menciona el mismo en sus cartas, si bien desconozco su nombre.
De él podría conjeturarse que era muy voluntarioso por no decir, ambicioso. Carlos llegó a ser coronel de los Reales Ejércitos y falleció en fecha desconocida. La siguiente carta muestra sus marcados rasgos que no son más que el preludio de lo que años más tarde llegaría a ser, Gobernador del Estado de Texas.
Hermano mío de toda mi estimación, aunque te tengo escrito en navío que salió de este puerto para el de Cádiz a principio de mayo ahora lo buelvo a hacer en la presente flota noticiándote mi salud la quede fruto con toda felicidad en la amable compañía de mi mujer e hijo quienes se te recomiendan de corazón.
Haviendo llegado ya la Real orden en la que se pide el Ynforme a manos deste Caudillo Gobernador me ha pedido mis papeles me he visto perplejo por no tenerlos ni hallarme siquiera con testimonio de ellos a lo que le dije tenía todos presentados a su Magestad por tu mano y aunque lo sintió mucho por decirme le era presisos verlos para que le constaran mis servicios que no obstante le diese otra minuta de todos ellos para hacer relación en el informe y remitirse a mis papeles originales supuestos la tenía presentados a su Magestad advirtiéndome te lo avise para que sino los hubieses presentado no omitas el hacerlo por lo que conviene para este fin por haverselo pedido el Señor Patiño  reservadamente y assi solo te devo decir va mui a mi satisfacción por averme hecho dos mil onzas las que siempre esperé recibirle por lo mucho que le devo.
Tengo la esperanza de conseguir mi pretención por el gran deseo con que solicitarás consiga mi acomodo no omitiéndola paso que sea necesario como presizo del logro de ellas como por la esperanza que me ha dado el Señor Gobernador no solo por lo que me a procurado del Señor Patiño haciéndole presente mi calidad y méritos quiera Dios surta efecto por el gran deseo que tengo de acomodarme por continuar mi mérito en el Real Servicio.
En esta Flota pasa a esa corte mi amigo Don Martín de Loynas con su familia y aunque su llamada ha sido tan intempestiva como confusa para todos le han mudado con la honra de darle su sueldo basta la misma hora de su embarque como que llevé a su consignación los tanacos de su cargo que hubiese comprado aviendo con esta orden cargado toda la flota de su quenta sin intervención del factor que le ha mudado.
Con la grande amistad que le he merecido del amigo Loynaz  grandísimo deseo de acomodarme para cuio fin me […] esto si quiero servir en el exército que luego que llegue a esa corte solicitará con todas fuerzas una compañía aunque le cueste seiscientos pesos los que luego le satisfaré, a lo que le he respondido me hallo al presente con la pretención del grado de capitán de Ynfantería con agregación a este Batallón para lo qual ha venido Real Orden a este Gobernador pidiendole informe y que habiéndole dado, le remite en esta flota por lo que ya que desea mi acomodo le avia de merecer la onra de coadyudar con quantos medios  pudiera a fin de que lograse mi pretención supuesto la tenía tan adelantadas pero que si por algún motivo nolo consiguiese le avía de merecer la solicitud de lo que me ofrecía pues resueltamente me hallaba con ánimo [na] acomodándome para aquí pasar a esa Corte a continuar mi mérito en el servicio a lo que me a respondido que supuesto estas a su cuidado mío pretención te excribía le participes el estado de esta para qu el ponga todos los medios necesarios a fin de lograrlo supuesto serle precizo seguir la corte por algún tiempo por sus negocios y tener asi mismo amistad con el Secretario del Señor Patiño y que si necesitares de algunos pesos para el efecto de mi pretención se lo avises los suplirá con mui buena voluntad quedando a mi cuidado la satisfacción lo que te aviso para que no omitas hacerlo en caso de necesitar algunos pesos para el ogro de mi acomodo. Y que así mismo le participes de no surtir efecto mi acomodo en este Batallón para que pueda hacer las diligencias de conseguirme … Compañía que me tiene ofrecida y en que me va mui emperado.
Para que te satisfagas no tuviese motivo de que …. De la carta que me dizes me escribistes en la que correspondía a puntual respuestas por lo que en ella me pedías la que no recibiré y para que veas no omitiré dártelas ni menos el dejar de executar lo que me pedías ay te mando testimonio al poder que me pedías y te remití en aquel entonces y por su fecha puedes  tenir en conocimiento  si es verdad o no como asi mismo por tu misma carta la que te remití pues siendo escrita, en 8 de mayo el deño de 27, verás por la dicha del Poder que es de 16 de julio del mismo año como no omití el mandártelo en la primera ocasión que hubo y .. el que se ha perdido no tengo la culpa para que tanto te hayas sentido como me dices en la tuia siendo la única que he recibido después de 3 años.
Aunque en diferentes que te he escrito te tengo molestado sobre que me hagas el gusto de sacarme unas cartas de recomendación para este caballero Governador por lo que me puedan importar lo que tú no puedes ignorar y no lo has hecho no sabiendo el motivo que puedas tener para no darme ese gusto redundando en Beneficio mío buelbo nuevamente a pedírtela para que no omitas en primera ocasión hacerlo como el que le escribas como también te lo tengo avisado pues no ha dejado de estrañarlo, no ignorando tu menester y quentales hombres gustanles [incensaren]
Ay te remito la copia al informe que me dio para su majestad, el marqués de Villa hermosa Comandante General de esta Ysla y aviéndolo el remitido el año de 27, tuve la desgracia de que fuera en una fragata llamada la lechera la que hasta ahora haparecido y no avido razón de ella y aviéndole pedido al Señor Marqués Duplicado quando salió de esta Ciudad para Nuestro Gobierno de Cartagena me lo dio el que remití estando tu en Canaria a Don Salvador Fernández Zepilloa y aunque de él no he tenido carta ninguna en una que recibió el amigo Loynas suya le dizes me diga habérmelo recibido y extrañado no me avises nada de esto, quando me pareze mui esencial por  lo bien hecho que […] y como por hacerlo dado, un hombre de las estimaciones como el señor Marqués para su Majestad y primer ministro y así te he de menester si Zepillo no te lo ha encargado se lo pidas y si te pareciese lo pongas en manos al Señor Patiño para que venga en conocimiento [es] regular mi pretensión y la forma lo que te […] como que tiene la cosa presente.
En galeones si Dios me diese vida te remitiré Doscientos pesos para que hagas un vestido en mi nombre pues el no hacerlo en esta ocasión es porque no lo tengo como te lo dirá el amigo Loynas quando le veas por causa de algunos gastos que me han ocurrido presizos de que no me he podido escusar y te lo digo con toda esta claridad po no tener necesidad contigo de handar con otros rodeos.
Harasme el gusto de remitirme en primera ocasión testimonio de mis papeles por lo que se me pudiere ofrezer aca y quando me escribas, me sobrecartaras el pliego, a Don Francisco Antonio Basabes o a Don Dionisio Martínez de la Vega Gobernador de la ciudad para que logre recibirlas sin que ninguna se me pierda.
Ya sabes los deseos de servirte y así no omitas mandarme lo que gustases que lo ejecutaré gustoso en interin. Ruego a nuestro Señor te guie en felices años de mi deseo. Havana y junio 15 de 1730.
Carlos de Franquis[2]
GOBERNADOR DE TLAXCALA EN NUEVA ESPAÑA. 1735
Desde 1730 no he conseguido saber donde permaneció y la última reseña localizada es de 1734 cuando permanecía en la Habana como capitán junto al Alguacil Mayor Sebastián Calvo de la Puerta. Al parecer Carlos regresó a España muy probablemente a finales de año
Att. Sr. Presidente y Asesores del Tribunal de la Casa de la Contratación de la ciudad de Cádiz
El coronel de Infantería Don Carlos de Franquis a representado haverle Su Majestad conferido el Gobierno de Tlaxcala en la Nueba España, pidiendo licencia para embarcarse con un Criado, sus Baúles, Libros, Armas, y Ropa; a cuya ynstancia a concedido el Consejo, y en su consecuencia lo participo a V.S. y a los Señores para que en virtud de esta Carta (por no haver tiempo para ejecución del Despacho que se requiere) den V.S. y esos Sres. las prevendas correspondientes para que al expresado D. Carlos no se le ponga embarazo alguno en su embarque en qualquier Navío de Bandera de S.M. ni en que lleve consigo el Criado , y lo que va expresado, sin pedirle información alguna, pero con tal que la presente el Criado hecha en su tierra ante la Justicia de ella, por donde se verifique no ser casado en estos Reynos, ni de los prohibidos a pasar a las Indias y con las señas de su persona, y si lo fuere que cumpla con la Ley llevando a su mujer y a lo menos que se haga constar auténticamente el consentimiento de ella, sin que esta justificación la pueda suplir certificación del mencionado Don Carlos; de que participo a V.S. para su cumplimiento. Dios Guarde muchos años a V.I. y esos Seres. Muchos años como deseo.
Madrid 13 de octubre de 1735
Juan Benítez de Maturana[3]
A finales de 1735 se embarca rumbo a Nueva España con el puesto de Gobernador de Tlaxcala, cargo que aún ocupaba a su llegada el arzobispo y virrey de la Nueva España, Juan Antonio Vizarrón y Eguianeta. Este viaje a Indias es algo confuso pues no hay otros documentos que, como este avalen que volvió a España donde al parecer recibió el nombramiento.
Hallábase a esta sazón recién venido de España el Coronel D. Carlos Franquis, con la futura del gobierno de Tlaxcala, que encontró ocupado, y por esta razón le confirió interino el de Texas el expresado excelentísimo señor Arzobispo Virrey.[4]


Quien escribe estas últimas líneas es Antonio Bonilla, administrador e historiador de la fundación de Texas. Bonilla, por entonces oficial de la Secretaría de Cámara de México recibió el encardo de dejar constancia escrita de la historia de los territorios de Texas. Así fue como publicó, en 1772, el volumen Breve compendio de la historia de Texas del cual se transcriben su mención a Carlos de Franchi. Lo cierto es que la reproduzco íntegramente pues le describe muy rotundamente.
Los lances que ocurrieron en el corto tiempo de un año que duró el gobierno de Franquis son tan públicos como escandalosos; dió a conocer su altivo precipitado y borrascoso genio en las temeridades e injurias con que trató a los religiosos misioneros y a todos los habitantes de la provincia y a su antecesor Sandoval. A éste, sin ser su juez de residencia, le bizo sufrir el vergonzoso arresto de un cepo, con dos pares de grillos, y despojándole de todos sus papeles, le criminó y procesó sobre aparatadas (sic) demandas de la tropa del presidio de Los Adaes, y sobre la permitida traslación del de Nachitoches, cuyo delito abultaba terriblemente; desterró de las misiones a varios religiosos; interceptó los pliegos y cartas que se remitían a México y por último, fué necesario hacerlo salir inmediatamente de la provincia. No siendo de importancia para el fin a que se dirige este papel, exponer estas ruidosas historias, aunque pudiera extenderme en ellas por haber reconocido más de cuarenta piezas de autos sobre la materia, sólo diré que residenciados D. Carlos Franquis y D. Manuel de Sandoval, ambos quedaron absueltos de sus cargos, 75 restituyendo al primero a España para continuar su mérito en el regimiento de Saboya y el segundo falleció en esta capital sirviendo el empleo de Sargento Mayor del Regimiento Urbano del Comercio.
Sin embargo, prefiero no adelantar acontecimientos, pues será en el siguiente año cuando su trayectoria vital entre en una vertiginosa espiral. Así es como me traslado al extremo más occidental del imperio español, a los confines del norte de Nueva España. Donde las misiones y los presidios españoles se enfrentan a todo tipo de peligros como las tribus indias y la presencia francesa que aspira a conquistar desde el este los territorios al oeste del rio rojo.
En esa zona estaba el presidio de los Adaes prácticamente en la frontera de la (Luisiana). Esta es la capital de  siendo la capital de Texas. El por entonces el gobernador Manuel de Sandoval se traslada a vivir definitivamente a San Antonio a más de 600 km al Sur oestes, que ya es la población más grande del territorio pues está sufriendo los ataques apaches. Aprovechando este hecho Louis Juchereau de Saint Denis, comandante del fuerte francés de Natchitoches en la Luisiana, lo traslada a la orilla Oeste del río Rojo, territorio español y a apenas a 22 km de Los Adaes.
GOBERNADO DE TEXAS [1736-1737]
El 2 de mayo de 1736 habiendo logrado los franceses importantes avances en la frontera oriental, el mismo arzobispo y virrey Juan Antonio Vizarrón, ordena destituir a Manuel de Sandoval como gobernador de Texas y le nombra a él, 15º gobernador interino de esa provincia que dependía del virreinato de Nueva España.[5]
Los motivos de esta decisión tan sorpresiva la argumentan muchos autores vinculándola a la presencia francesa en la zona. Tras la constitución de la Louisiana como colonia impediente, en 1712 Luis XIV otorgó al financiero francés Antoine Crozat los derechos mineros y el comercio en general de la provincia de la Louisiana que se extendían desde el golfo de México hasta el actual Illinois. Este derecho solo tenía una vigencia de 15 años, pero en 1717 Crozat renunció a sus privilegios y la provincia pasó a manos de la Compañía del Oeste. En 1733 la colonia pasó a ser dominio directo de la Corona francesa y trajo consigo la entrada de numerosos esclavos africanos.
Con la presencia francesa en la misma frontera norte del virreinato de Nueva España, nuestro país decide reforzar su presencia en esos territorios fronterizos. En 1717 nuestro país ya tenía seis misiones en la zona junto con el presidio de los Adaes, que estaba justo en la frontera con la Luisiana francesa, solo a 8 millas del fuerte francés de Natchitoches. Este fuerte era clave para los franceses pues conectaba la baja Luisiana con la villa de San Fernando de Béjar o Béxar, la ciudad más populosa de Texas, aunque la capitalidad colonial la ostentaba El presidio de Nuestra Señora del Pilar de los Adaes desde 1716. Además la zona propiciaba los negocios con los españoles, fundamentalmente de tabaco e incluso con los grupos amerindios de la nación Caddo.
Las tribus amerindias proveían a los soldados y a los colonos franceses de maíz, gallináceas pescado, caza, aceite, pieles de oso etc. a cambio de mercancías de comercio manufacturadas e importadas desde la metrópoli francesa. En 1734 los franceses trasladaron el fuerte de Natchitoches desde la orilla oriental a la occidental del río Rojo en un territorio considerado propiedad de Texas. El francés que lideró el movimiento era el comandante francés Louis Juchereau de St. Denis, que aprovechando la ausencia de Sandoval en los Adaes movió el fuerte al oeste del río rojo. Las protestas de Sandoval y de José González, su suplente en Los Adaes contra el nuevo fuerte francés fueron en vano.
St. Dennis era un viejo conocido de los españoles pues estaba casado con la española Manuela Sánchez. La controversia rodeará siempre los motivos que le llevaron a ese movimiento. St. Denis insistió en que deseaba llegar a ser un ciudadano español, y su esposa española era la prueba. Los españoles, sospechosos, lo veían como un agente encubierto de Francia. St. Denis contribuyó en gran medida al conocimiento geográfico de la zona tanto para Francia como España, así como conseguir que los asentamientos españoles y franceses estuviesen más próximos y en contacto.
Ante semejante ofensa y la nula reacción del gobernador de la provincia Manuel Sandoval, este fue reprendido por la corona española por no reaccionar ante la acción francesa. El 4 de junio de 1736 Carlos de Franquis tomó posesión de su cargo en San Fernando, la capital. Vizarrón se había destacado por apoyar a los canarios como él, que eran la élite de San Antonio, frente a los franciscanos, lo que provoca que los indios deserten de las misiones. Su postura en Texas fue siempre engreída y soberbia como atestiguan muchos libros que hablan de su corto pero sonado paso por aquellas tierras de fronteras. Ni un halago se puede oír de él, ni de su trato con los religiosos, ni con la tropa, ni siquiera de haber contenido a los franceses.[6]
Carlos permanece solo un año como gobernador, tiempo más que suficiente para organizar u fenomenal alboroto entre los militares y los religiosos franciscanos. Al parecer el anterior gobernador Sandoval tenía negocios negocios apoyándose por acción u omisión en los padres franciscanos, e incluso con la anuencia indirecta del propio virrey. Carlos llegó incluso a redactar un voluminoso informe al marqués de la Ensenada en la que daba cumplida cuenta de la difícil situación financiera en que se encontraba la provincia, lo cual demostraba que el hecho de poseer situados elevados no garantizaba una correcta administración militar de los presidios, sino precisamente una adecuada canalización y control de dichos recursos. Y no cabe duda que las acciones de Sandoval ya se venían produciendo desde hacía décadas ya que la tierra de frontera, sin control, era un inestimable caldo de cultivo para todo tipo de prácticas ilegales. 
El 28 de abril de 1737 Carlos ordena la detención de Sandoval y su encarcelamiento en el Presidio de los Adaes acusándole de siete cargos de conducta deshonesta entre los que estaban sobornos, pagos a soldados en especies e incluso de haber consentido pasar un presidio francés a suelo español. En 1737  el virrey llamó a los dos gobernadores y les ordena llevar a cabo una contabilidad oficial de sus respectivas administraciones.
En medio de semejante tormenta política, surgen más informaciones que sugieren que hay más tramas detrás de esta declarada guerra entre mandos. Al parecer el padre de la Congregación de San Felipe Neri, José Antonio Pichardo aportó cierta contabilidad en la cual el gobernador Carlos de Franchi daba unas determinadas minas de plata que existían en una zona llamada como la gran Montaña, que algunos testigos ubicaban en los límites de las fronteras entre Texas y la Luisiana. La carta no apreció en auto alguno pero un extracto la fecha el 4 de julio de 1737.
.. no se sabe con certeza que razones han movido a Franquis para decidir meter en prisión a Sandoval… si fue por el hecho de que Sandoval hubiera permitido a los franceses construir un presidio en las tierras del presidio español de los Adaes de Nueva España desde el cual Franquis escribió con mucho celo a su excelencia en una carta de 30 de septiembre de 1736…., el alargado lagoon de los Adaes, que se encuentra a dos millas del presidio, donde nuestros soldados han tomado muestras de vetas de mineral que ellos encontrado e hicieron ensayos que demostraron que era plata y tal vez eso movió a los franceses a ocupar aquel territorio.[7]
Las acusaciones formales se plantearon en agosto de 1738 y permaneció encarcelado hasta 1740. Por entonces se libró de las acusaciones de cargos mayores y solo tuvo que pagar una multa de 500 pesos por no haber vivido en el presidio de Los Adaes cuando él era gobernador de Texas, aunque lo cierto parece ser que se trasladó a San Fernando para protegerlo de los ataques indios. Luego le acusaron de otras faltas menores como no llevar libros de mantenimientos del presidio. Arruinado incluso antes del juicio, Sandoval pasó varios años en la cárcel y en 1741 fue liberado de la prisión, declarando también ser capaz de seguir prestando servicios militares y políticas con el rey. [8]
Carlos de Franchi, que a cada mes se granjeaba  más y más enemigos le acusaron de explotar a los indios, expulsar a los misioneros, emplear a la tropa para fines no justificado que se resumieron finalmente en una acusación general de conducta prepotente por la que fue condenado el 9 de julio de 1737 y destituido del cargo en el mes de septiembre por el visitador Joseph Fernández de Jauregui y Urrutia. Este llegó  señalado como gobernador extraordinario y visitador con la función de investigar a Carlos de Franchi y a Sandoval, ambos metidos a fondo en una pelea sin final que mantenía a la provincia en el más absoluto caos y sin gobierno desde hacía meses. Jauregui dedicó su mandato de un año a clarificar que era lo que había sucedido entre los anteriores gobernadores lo que plasmó en un informe que presentó al virrey Pedro de Castro Figueroa y Salazar, duque de la conquista, en octubre de 1737. Lamentablemente poco le pudo dedicar a la administración de la provincia pues la recopilación de datos, informes y testigos le ocupó buena parte de su tiempo. Tras  finalizar sus indagaciones dejó nombrado como nuevo Gobernador al comerciante Prudencio de Orobio y Basterra[9]
Carlos de Franchi renunció definitivamente al gobierno de Texas el 13 de enero de 1741, siendo virrey el duque de la Conquista, pero a instancias suyas, y en vista de la gran cantidad de testigos que se aportó, consiguió reabrir un nuevo juicio contra Sandoval y, logró detenerlo nuevamente.  Tras su destitución Carlos se trasladó a vivir durante años a San Juan Bautista en California y finalmente a entró a formar parte como oficial de los Garrison de Veracruz y se menciona, sin contrastar, que luego volvió a España para servir en el Regimiento de Savoya.




[1]Tras Juan Bautista, nació el tercero, Francisco Domingo que nació el 7 de junio de 1698 pero que murió niño.

[2]AZC. Signatura 0515/47. Carta de Carlos de Franchi a Cristóbal de Franchi. La Habana. 15 de junio de 1730.
[3] AGI. Signatura: Contratacion, 5482A, N.1, R.63 Expediente de información y licencia de pasajero a Indias de Carlos de Franquis, coronel de Infantería, gobernador de Tlaxcala, a Nueva España.
[4]BONILLA, Antonio.Breve compendio de la historia de Texas. 1772
[5]PHARES, Ross. The Governors of Texas. Firebird Press book. Pelican Publising Company. 1998. Págs. 21-22.
[6]SOLANO COSTA, Fernando. Las Fronteras de Hispano-Norteamericanas.
[7]HALE, Duane K. (1980) "Mining and Prospecting on the Louisiana-Texas Frontier 1713-1763," East Texas Historical Journal: Vol. 18: Iss. 1, Article 8. Pags. 42-43.
[8]PHARES, Ross. Cavalier in the Wilderness. Pelican Publising Company. 1998. Págs. 229-235.
[9]Pedro de Castro y Figueroa y Salazar, duque de la Conquista y marqués de Gracia Real [San Julián de Cela, 8 de diciembre de 1678 - México, 22 de agosto de 1741] fue un militar español, presidente del reino de Sicilia entre 1735-37 y virrey de Nueva España entre el 17 de agosto de 1740 y el 22 de agosto de 1741.

1784 El experimento de Bernardo Gálvez

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RECREACIÓN DEL EXPERIMENTO GÁLVEZ
UN INGENIERO, UN MARINO, UN ARCEDIANO Y UN BOTÁNICO EN EL MANZANARES

Madrid, 2 de marzo de 1784, por la tarde hacía algo de brisa pero no demasiada para el experimento que iba a tener lugar. Bernardo de Gálvez, de 38 años, aún se recuperaba de los agasajos recibidos en los días anteriores por sus últimas gestas militares en América. Ahora era un héroe nacional por muchos motivos, además, hacía años que el país no se daba una satisfacción como aquella. Su tío don José, ministro de Indias, apostó por él y pese a una gran oposición logró cumplir sobradamente con lo acordado expulsando a los ingleses de las costas del sur de Norteamérica. Era un tema de familia pero las enseñanzas de su padre y el orgullo le empujaron más allá de lo exigido. Con una mano se apartó distraídamente una mota de polvo justo al lado de las numerosas condecoraciones que lucía en su pecho, su preocupación se centraba en las malas noticias que recibía continuamente desde México. Su padre, don Matías, se encontraba enfermo desde hacía meses, y a duras penas superaba el día a día con las graves dificultades de su cargo de virrey de Nueva España. Era consciente que su padre dejó Tenerife con 53 años para emprender una descomunal misión, pero lo logró y recuperó las plazas más importantes de Guatemala y varios puertos del Caribe al sur del virreinato de Nueva España. Con esos territorios libres de ingleses sus espaldas quedaron a salvo para recuperar el sur de la Luisiana y el acceso al Misisipi, su gran misión.

Royal Society de Londres. 1784

Abstraído pensando en su padre, observaba divertido como el arcediano daba instrucciones al capitán de navío don Francisco Muñoz que organizaba los aparejos de aquel extraño bote. A su lado su amigo, el tinerfeño don José de Viera y Clavijo de 53 años, daba enérgicas órdenes como si de un general de división se tratara. Bernardo sonrió y por un momento le recordó en el púlpito de la iglesia del Santiago Apóstol del Realejo, cuando de joven oficiaba sus animados e impetuosos sermones. Siempre le llamó la atención la erudición de aquel clérigo que lo mismo desentrañaba el viejo testamento que un artefacto relojero.

A otro lado, con la mirada absorta, estaba don Casimiro Ortega, catedrático de botánica del Jardín Real, un erudito que no entendía para que servían tantos palos, cuerdas, alambres y unas bellas telas satinadas de tafetán. Solo tenía claro que su cometido era cuidar que el tafetán no se lo llevara el viento pues costó un dineral encontrarlas tan delgadas y a la vez resistentes. Con aquel tafetán, pensaba Gálvez, podrían hacerse cien hermosos vestidos que cualquier dama luciría orgullosa en la Luisiana.

Pero de todos, quien más le maravillaba era el joven Agustín de Betancourt de tan solo 26 años. “¡Ese sí que era un genio!”, se dijo. Recordó por un instante cuando le llamó, hacía una semana, para enseñarle un prototipo que tenía en mente y casi no lo reconoció pues no lo veía desde niño. El objetivo consistía en atar un globo aerostático con cuerdas a un bote en el río Manzanares para luego esperar a que el viento soplara y arrastrara la barcaza. Solo habían pasado nueve meses desde que los hermanos Montgolfier hicieran la primera ascensión pública de un globo aerostático y en España Viera y Betancourt eran los más versados en aquella novedosa ciencia.

Desde un primer momento a Bernardo aquello le pareció una idea descabellada pero luego se le tornó divertida. Días más tarde, pensándolo mejor, se le ocurrió que tal vez aquello podría tener un uso práctico pero con una variante. Si en vez de un globo le pusiera alas podría dirigir el bote y llevarlo a donde se ordenara. En dos tardes, junto con Agustín y José, diseñaron unas, que a modo de velas horizontales, dirigirían el bote en una dirección u otra como si fuera un pájaro. Si aquello funcionaba podrían mover un navío por el Misisipi y eso sí que sería una revolución para el transporte fluvial. “Estos americanos van a saber cómo somos los españoles”, pensó.


José de Viera y Clavijo

De hecho recordó que muchas veces, durante los combates en América le venía a la memoria las andanzas de Agustín, también tinerfeño como Viera. Según le contaban era capaz de plasmar en un papel los artefactos más endiablados, con uno conseguía salvar una enorme vaguada o un río sin mojarse y con otros diseños elevaba agua de un pozo profundo pero el más fascinante era ver como con un simple barco se podía dragar un río. “¡Si lo hubiera tenido con él!”, se dijo, le habría pedido que le diseñara uno para entrar por ciertas zonas poco profundas del caudaloso Misisipi, pero lo mejor hubiera sido contar con su destreza para hacer la fortaleza defensiva más inexpugnable jamás conocida. Ya se lo había dicho su padre cuando entre él y su tío José decidieron que aquel genio debía dejar Tenerife para ir a Madrid y así avanzar en sus estudios. Y no se equivocaron.

Pero a lo que vamos, la tarde se complicaba y los nubarrones acechaban. A José y Agustín se les veía muy concentrados en sus tareas, el tafetán era delicado y se podía rasgar mientras el vientohinchaba las brillantes lonas. A unos pocos metros detrás de ellos y subidos a una loma se habían congregado muchos curiosos. Por un momento le pareció oír a don Francisco Cabarrus gritar algo así como ¡parece un pajarraco!, también estaba don Antonio Cavanilles y otros destacados militares que querían evaluar las posibilidades de aquel trasto.

Así fue como aquella tarde la barcaza navegó contra corriente unos cuatrocientos cincuenta pies. Agustín y seis marineros manejaban las cuerdas con presteza. La brisa empujaba el navío alado río arriba y entre el timón de la barcaza y, hay que reconocer, las poco obedientes alas de tafetán hacía que este navegara de aquella manera, pues como todo lo novedoso, ingobernable muchas y obediente pocas.


Agustín de Betancourt [1810]

Esa noche Bernardo y sus dos amigos de Tenerife cenaron juntos y recordaron las correrías de juventud, bueno Agustín pocas, pues casi no había nacido cuando Bernardo llegó a Tenerife en 1757. Eso sí, tuvo que escuchar a Viera contar, por enésima vez, la anécdota de aquel día de junio de 1769, cuando en el Puerto de la Cruz se juntaron muchos para observar el paso de Venus por el disco del sol. Esa y siete u ocho anécdotas más que incluía aquel día de marzo de 1778 en París, en su visita a la Academia de las Ciencias. Ese día concurrían en el gran salón decenas de hombres de ciencias para escuchar al maestro Voltaire, a quien todos aclamaban como el más sabio entre los sabios. Había tanta gente escuchándole que muchos se debieron sentar en el suelo para poder permanecer en el salón.  Por una puerta de la sala, y sin que nadie lo advirtiera, entró el embajador americano Benjamin Franklin que escuchaba atentamente al francés. En un momento dado, el público lo advirtió y se hizo el silencio. Dos genios universales en la misma sala. ¡No puede ser! Viera decía que en ese instante se le paró el tiempo y que nunca más, en el resto de sus días, volvió a tener aquella sensación. Bernardo y Agustín le escuchaban embobados.

Tras la velada Bernardo se retiró a descansar. Agitado en sus sueños despertó sobresaltado, debía dejar Madrid, ya eran muchos los días sin ver a su familia y se temía lo peor, además sus dolores estomacales no remitían, pero ni al físico del rey se lo comentó. En Cádiz la fragata La Sabinaestaba preparada para partir rumbo hacia La Habana. Como había acordado haría nuevamente escala en Tenerife pues tenía el compromiso de recoger el diploma como nuevo miembro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, tal como le prometió a su padre antes de volver de América. Además quería saludar a sus amigos de la infancia, Tomás y Bernardo Cólogan Valois, a quienes no veía desde hacia una década. Quedaba poco tiempo y sabía que en breve, y muy a su pesar, sería el próximo virrey de Nueva España.

Y todo lo que así se ha relatado sucedió como se cuenta en los escritos de Lope Antonio de la Guerra en su libro Memorias. Real Sociedad Económica de Amigos del País. La Laguna. Tenerife.

Carlos Cólogan Soriano. Diciembre de 2015

- Publicado en La Opinión de Málaga

El contrabando de oro y plata desde Tenerife hasta Londres. 1783

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Lo reconozco, llevábamos plata de contrabando a Europa que nos traían de las indias españolas. Los "limones blancos" a que se refiere el conocimiento de embarque adjunto era plata y "los amarillos" ya te lo imaginas. Este bergantín nuestro, de nombre Scipio lo capitaneaba el viejo capitán Samuel Kirkman y regularmente hacía dos o tres viajes al año cargado con vinos con destino Londres. Normalmente hacía escala en Cádiz, donde le recibían los hermanos Eduardo y Jacobo Gough Valois, primos nuestros. El experto capitán sufrió muchos ataques de los corsarios americanos pero siempre salía airoso. En todas las ocasiones los americanos pretendían llevarlo hacia puerto americano con intención de vender nuestros vinos pero jamás lo consiguieron, lo más que consiguieron los corsarios fue que lo llevaran a Funchal, pero al final les convencía para que lo soltaran pues les demostraba que su carga era canario y por lo tanto española.


El Scipio era un bergantín ligero, [un snow en términos anglosajones] muy veloz y rentable. Había sido construido en Inglaterra y Juan Cólogan Blanco lo tenía en servicio desde la década de los sesenta cuando compró una participación del mismo. Tras su muerte en 1772, la nueva compañía Juan Cólogan e hijos fundada por sus hijos lo mantenía aún en servicio y hacía, anualmente, dos o tres viajes a Inglaterra. A finales de 1777 el Scipio hacía su último viaje al servicio de la compañía, pues tras tantos años de servicio estaba ya bastante deteriorado y se había ganado un merecido descanso. El capitán Kirkman tenía como aprendiz a su hijo Samuel junior, que años más tarde tomaría las riendas del buque familiar que tantos servicios daría a la empresa. En agosto de 1777, Tomás Cólogan Valois ya había decidido venderlo en Londres y encomendó esta tarea a sus socios Burges, Pollard and Company que a su vez le debían suministrar uno nuevo, de iguales características, y que navegaría bajo el mismo nombre.



La plata probablemente vino de Nueva España en algún navío que nunca entraba en puerto para que no se la confiscaran. Ese navío contactaba con nosotros y en un punto acordado de la costa norte de Tenerife lo transbordaban al Scipio que secretamente ponía rumbo a Europa. Más de una vez nos pillaron trapicheando en los transbordo y me consta una en la playa de Martianez del Puerto de la Cruz. Desde luego que no éramos los únicos que pasábamos a Europa metales preciosos pero sí que fuimos de los que más llevamos. Esta nota de embarque de julio de 1783 [aún no se había terminado la guerra de independencia americana], es una muestra de aquellos envíos.

En este transbordo se cargaron 26 sacas cada una de ellas con 200 monedas de plata, totalizando 5.200 monedas trasladadas a Londres correspondientes a un pago pendiente de los hermanos Russell , comerciantes de Las Palmas de ascendencia irlandesa.

Carlos Cólogan soriano. Diciembre de 2015.

El jesuita Tomás Cólogan Zulueta

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El padre Tomás Cólogan Zulueta nació en Cádiz, el 16 de febrero de 1890, en los pabellones de Artillería, y fue bautizado el 26 del mismo mes por el párroco Fernando González de la Mota y Velázquez. Fue el hijo mayor de Leopoldo Cólogan y de Carmen Zulueta y González de la Mota.
Cursó con brillantez el bachillerato en el colegio de los Padres Jesuitas del Puerto de Santa María en Cádiz, obteniendo los primeros premios y distinciones en los dos últimos años [1905 y 1906] entre los que se encontraban las dignidades de regulador y príncipe del colegio, de donde pasó al noviciado de la compañía de Jesús. Por motivos obvios, renunció al marquesado de la Candia, que le correspondía por ser el mayor de los hermanos.

El artículo de prensa al que hacemos referencia, subrayaba la generosa renuncia que hizo de los bienes y honores de este mundo, y que coronó con una vida religiosa verdaderamente edificante, aureolada con destellos de sencillez evangélica, austera e incansable laboriosidad y eficiente apostolado. Sus efemérides jesuíticas se sucedieron con el ritmo tradicional de esta orden. Terminada su carrera eclesiástica en España, pasó a la universidad de Munich, donde se especializó en Historia de la Iglesia y Patrología, cátedra que regentó durante veintisiete años primero en La Cartuja [Granada], entre 1932 y 1934, en el colegio eclesiástico de Marneffe en Bélgica, Entre Os Ríos, Portugal, y, finalmente, de nuevo en La Cartuja.
Tomás Cólogan Zulueta Munich 1924

Junto a esta actividad científica fundamental, Tomás desarrolló periodísticamente diversos cursos monográficos, en especial de Historia de la Liturgia; reorganizó y amplió la biblioteca de la Facultad, colaboró en el diccionario Espasa y en diversas revistas eclesiásticas. Entre otros estudios, figura la interesante disertación histórica con que inauguró el curso académico de La Cartuja de Granada, en 1953. 

Hasta aquí la faceta científica del padre Cólogan; tal vez menos conocida por los numerosos amigos y personas que experimentaron el benéfico influjo de su celo sacerdotal. El objeto predilecto de este celo fueron los sacerdotes y los seminaristas. Los catorce últimos años de su vida los consagró a la dirección espiritual del Seminario Mayor de Granada, si se exceptúa el trienio en el que tuvo a su cargo la dirección del de Guadix. Años de una labor fecunda y abnegada, cuyo complemento fue la perseverante solicitud en poner al servicio del clero su experiencia y su palabra.

Entre Os Ríos, San Isidro, Otura, Belicena, Las Palmas, son nombres que evocan la actividad apostólica del padre Cólogan con fieles de todas condiciones a los que prodigaba sus prudentes consejos y su asistencia sacerdotal, impregnada siempre de una bondad y piedad inagotable. Su última jornada la vivió en Belicena y, tras largas horas de confesionario, mientras predicaba el sermón de la Pasión la noche del Jueves Santo del 5 de mayo de 1954, le sobrevino una hemiplejia, que no superó, muriendo pocos días después, trasladándose su cadáver a la capilla del cementerio del colegio.

Al duelo de la comunidad de los padres de La Cartuja asistió el vicario general del Arzobispado, en representación del primer teniente de alcalde, Santiago González Sola, que a su vez ostentaba la representación del alcalde; el teniente coronel de Aviación, Álvarez, por el conde de Romeral, como jefe de la base aérea; José Godoy Fonseca, subdelegado de Hacienda; José Méndez Rodríguez-Acosta, ingeniero jefe de Obras Públicas así como destacados miembros del clero, de los seminarios de Granada y Guadix, representaciones de diversas comunidades religiosas y colegios. De su familia asistieron Antequera y Zárate, familiares del difunto padre Cólogan, numerosos amigos y fieles, entre los que destacaba una representación del pueblo de Belicena, en donde representó sus últimos ministerios sacerdotales. A última hora de la tarde llegaron procedentes del Puerto de Santa María, sus sobrinos, los marqueses de la Candia, Antonio Cólogan y Osborne, Cristina Cólogan y Ponte con su esposo Ignacio Osborne Vázquez además de Tomás Osborne Vázquez y su mujer.

Tomás Cólogan fue autor de una obra titulada La Iglesia Española y la restauración Católica en el Siglo XVI778. Otro de los trabajos publica dos por Tomás fue el discurso inaugural del curso académico 1953-54 en la facultad de Teología de la Compañía de Jesús de Granada, titulado De la Inquisición de Granada al Arzobispado de Lima: Santo Toribio Alfonso Mogrovejo.

De izquierda a derecha: Melchor Zárate y Mendez de Lugo, Ana Cólogan Zulueta, 
Tomás Cólogan Zulueta Cristina Ponte Mendez y Leopoldo Cólogan Zulueta

Tenerife Wine, el vino oficial de la farmacopea americana. 1833

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Indagar en la historia de nuestros vinos es una aventura sin fin y siempre llena de agradables e inusitadas sorpresas y esta es casi insuperable. Este relato muestra los usos medicinales que tuvo el vino de Tenerife [Teneriffe Wine en inglés] en los pasados siglos, concretamente en el XIX y en la aún muy joven nación americana. 
Dejando atrás el siglo XVIII, donde los vinos de Madeira, de Málaga y de Tenerife adquirieron gran fama en los Estados Unidos primero de la mano de las compañías inglesas y luego directamente por los comerciantes canarios y peninsulares, se llega a las primeras décadas del siglo XIX con un vino plenamente reconocido en la costa Este norteamericana.
En aquel tiempo los vinos europeos mantenían su hegemonía en las principales ciudades americanas como Filadelfia, Orleans, Boston y Nueva York. De las refinadas mesas de las gentes más acaudaladas éstos pasaron a manos de médicos y sanadores que vieron en ellos una vía curativa o, al menos, más dulcificada para disfrazar sus novedosos medicamentos naturales, muchos de ellos desagradables de sabor. La reputación del vino era incuestionable así que mezclar cualquier cosa con él no podía traer malas consecuencias, debió pensar más de un sanador. Evidentemente no erraron, el vino tiene propiedades intrínsecas que lo hacen muy recomendable, eso si, se toma con mesura.
De forma natural, los brebajes y las fórmulas magistrales se sucedieron y al vino se le fue echando especias y plantas medicinales que parecía que daban resultados. Los hechos parecían demostrarlo y fue tal la cantidad de combinaciones que se hacían que esas fórmulas comenzaron a ser transcritas a libros y revistas y su uso se extendió por las tierras americanas ávidas de novedades curativas.
 

George Bacon Wood y Benjamin Franklin Bache

Fueron dos insignes americanos, el doctor George Bacon Wood [1] [1797-1879] de Nueva Jersey y graduado en College of the University of Pennsylvania en 1812 y el cirujano Benjamin Franklin Bache [1792-1864] de Virginia, graduado en la Princeton University y bisnieto de Benjamin Franklin a quienes se les reconoce como los autores de la primera gran obra de la farmacopea americana.
En 1858 publicaron en Filadelfia la obra The dispensatory of the United States of América, un compendio de recetas y buenos hábitos medicinales. En el volumen 2, página 63, se puede leer lo siguiente:
…..los vinos se producen en varios países, y en el comercio son conocidos bajo varios nombres de acuerdo a su origen. Por ejemplo, Portugal produce port y Lisbon; España, sherry, ST. Lucar, málaga y tent; Francia, champagne, burgundy, hermitage, vin de grave, sauterne y claret; Alemania, White rhenish, hock y moselle; Hungría, tokay; Sicilia, marsala o el sicily madeira y lissa; el Cabo de Nueva Esperanza, constantia; Madeira y las Islas Canarias, madeira y teneriffe.
En los Estados Unidos se hace muy poco vino, y esa pequeña cantidad, es siempre de baja calidad. El que mejor se hace está el producido cerca de Vevay, un asentamiento francés en los bancos de Ohio. El consumo del país está prácticamente suministrado desde el exterior; y los vinos que más se importan son los madeira y los teneriffe, sherry, port, y el claret de Francia. El valor agregado de los vinos importados en 1829 excede de un millón y medio de dólares.

Portada del libro Dispensatory of the United States of América
A continuación los autores describen en primer lugar los tres vinos, dos españoles y uno portugués; el tenerife, el sherry y el madeira destacando sus virtudes.
Teneriffe, the Official wine of the U.S. Pharmacopeia, es un vino blanco, ligeramente de sabor ácido, y de buena calidad, delicadamente aromático. Se le cataloga entre los vinos blancos más fuertes y contiene entre un 9 y un 20 por ciento [de alcohol], [of sp. Gr. 825]. Está hecho de la misma uva que el madeira lo que le da una calidad muy parecida.
Salta a la vista la mención de ser considerado como el vino oficial de la farmacopea americana, es decir el vino de Tenerife se empleaba como base para la preparación de fórmulas magistrales. Las formulaciones eran variopintas, las había con opio, con tabaco, con verdegambre e incluso con aloe. En todas ellas la base era el vino que al ser rico en antioxidantes mejoran la salud cardiaca, disminuyen el colesterol, mejoran la circulación sanguínea, promueven la regeneración celular, contribuyen a reducir la obesidad, limpian el organismo, mejoran la función cognitiva y evitan el envejecimiento prematuro, entre otros.
Recetas con opio, tabaco, verdegambre y aloe
Las recetas eran ya conocidas casi un siglo atrás y militares como George Washington se trataban sus dolencias estomacales con recetas basadas en vinos. En carta del 15 de noviembre de 1757 le pedía a su amiga Sarah Fairfax unas botellas de vino de Montain o Canary wine para mezclarla con agua de goma arábica. Esta sustancia se conoce actualmente en la industria alimentaria como E-414 producida por las acacias subsahariana para cerrar sus heridas y evitar de esta manera la entrada de gérmenes, etc. El texto mencionaba literalmente; ....I must also beg the favour of you to lend me a Pound, or a smaller quantity if you can’t spare that, of Hyson Tea. I am quite out and cannot get a supply anywhere in these parts. Please also to lend me a bottle or two of Mountain, or Canary Wine, Mr. Green directs me to drink a Glass or two of this every day mixed with water of Gum Arabic.

Pero sigamos con los retantes vinos mencionados por el libro:

El Sherry es de un color ámbar oscuro y posee una aromática y seca fragancia pero sin acidez. Tiene una acidez medida similar al Teneriffe. Es el vino oficial del Edinburgh College y es probablemente el vino blanco español mencionado en el College of Dublin. Se prepara cerca de Xeres en España, y por lo tanto se le conoce por su nombre inglés, Sherry. Este vino debió haber sido el que Shakespeare denominaba Sack, derivado de la palabra seco [dry en inglés], en alusión a ser un vino seco. Su sequedad y su ausencia de acidez se deben al uso de cal en su fabricación.
El Madeira es, en general, el más fuerte de los vinos blanco. Como el Teneriffe es un vino ligeramente ácido y con la edad adecuada y en buenas condiciones, tiene un sabor a nuez rico y aromático. Como se aprecia muchas veces en el mercado es de calidad variable y hay que verificar que se ha producido correctamente por las adulteraciones que se hacen mezclándolo con otros. A pesar de eso el Madeira que se consume en nuestro país es mejor que el consumido en Inglaterra, y su adulteración se viene practicando menos extensivamente y además nuestro clima es más favorable para la mejoría del vino.

Altos de Trevejo. Tenerife. Islas Canarias
Lagar en Altos de Trevejo. Tenerife. Islas Canarias
http://www.altosdetrevejos.com
is Tenerife Wine


Carlos Cólogan Soriano. Tenerife, diciembre de 2015. cologanmorales@gmail.com

[1] George Bacon Wood. Retrato realizado por DeMorat, O.R . Ca. 1850. Imagen tomada de University Archives Digital Image Collection. http://hdl.library.upenn.edu/1017/d/archives/20100413002


Tenerife revoluciona el comercio Atlántico, 1766

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Se ha sugerido, damas y caballeros, que diversas medidas provocaron el desarrollo de la Atlantic Economy: el aumento de la cantidad de esclavos en el llamado Nuevo Mundo y el agotamiento, tal vez, el retraso de las economías de las cuales se exportaban; la encouraged production de tejidos de cotton y de metallic articles en la proto-industria del United Kingdom, donde la exporting de estos productos manufacturados al llamado Nuevo Mundo (los territorios ingleses de este Nuevo Mundo, claro...) y las Indias Occidentales representaba la mayor parte de la tasa media anual de crecimiento del comercio (1'5% durante el XVIII); o, la rapidez con que surge el consenso político en el United Kingdom, donde "solamente los chiflados jacobitas echaban pestes contra la política del United Kingdom del 'blue water'". La americanization del comercio del United Kingdom, sigo a los analistas meo quidem animo que considero capaces de superior juicio.., transforma al United Kingdom de "una simple parte de una red comercial europea tradicional con crecientes intereses en los mercados americanos y de Asia" en "the atlantic economy center".
Conocimiento de embarque de Bernard Walsh. 1725

Sin embargo, las complejidades de tal comercio en el siglo XVIII pueden apreciarse mejor desde dentro de lo más profundo del ovillo, en este caso desde la perspectiva de una estirpe de comerciantes irlandeses establecidos en el Puerto de la Orotava [isla de Tenerife], en el centro del sistema atlántico. Hasta hace muy poco, los/as estudiosos/as casi desconocían sus actividades, pese a que su lugar en el comercio del periodo es de importancia tan primordial como central era su position, su place; y, sus empresas afectaron a casi todas las costas habitadas, desde New England a Brazil, y desde Waterford a Guinea.
Bernard Walsh Carew


El fundador de tal preclara estirpe es un refugiado de ascendencia irlandesa. Se llamaba Bernard Walsh Carew [1663-1727]. A partir de 1692, combina la existencia de exiliado con la de comerciante, fijando su residencia primero en Nantes, luego, en 1707, va al sur, a Lisboa, y, finalmente, en 1714, se establece definitivamente en la bellísima isla tinerfeña. Era un gentleman enfermizo, llenito de melancolía, gotoso, al que le gustaban mucho las grandes, espaciosas residencias palaciegas, los jardines repletos de plantas muy cuidadas y los buenos libros. Las casas que construyó en La Laguna y en Santa Cruz de Tenerife eran famosas en estas ciudades por sus jardines y sus libros. Coleccionaba solamente cuadros religiosos y desde su exilio siguió haciendo copiosas donaciones a la fundación de su familia, el Holy Spirit Hospital, en su ciudad natal de Waterford. Su hijo, que hereda sus distinguished & aristocratics gustos, suplica (y, obtiene) de la corona hispana (a la que se lo agradece con un presente en pasta gansa de curso legal espectacular...) una patente de nobleza.



Pero, el verdadero continuador de la fortuna familiar es John Colgan White [Juan Cólogan Blanco], que se casa en 1742 con la hija de Bernard Walsh [Margaret Walsh Fitzgerald].
Juan Cólogan Blanco
Margaret Walsh Fitzgerald




Nacido en Dublín, se había reunido con una rama de la familia emigrada en tierras gaditanas -ciudad que, para entonces, había sustituido a Sevilla como centro del monopolio castellano del comercio con el llamado Nuevo Mundo-, e hizo su, digamos.., aprendizaje mercantil comerciando entre tierras mexicanas y la piel de toro. Su praxis en los negocios reflejaba las ventajas de ser de sangre irlandesa..; pues, la solidaridad de clan y la camaradería del exilio le permitieron entrar en los círculos irlandeses de todos los puertos. Podía, pues, burlar las leyes del mercantilismo explotando los privilegios de quien se allanaba a los dictos al caso castellanos en la monarquía hispana y los derechos de alguien procedente del United Kingdom en las colonias de la corte de Saint James (aunque su lealtad privada era irlandesa sin fisuras y su fe, sin matices, la de Roma). El abuelo de su mujer habia sido un gentleman titulado, mientras que John era consciente, comerciante ab essentia, compulsivamente, que era emprendedor por naturaleza. Supo arriesgarse y de esta forma hizo crecer su capital ¡del 10 al 25% anual!. A menudo, tenía por encima del 60% de su capital empleado en sus empresas, hasta que opta por diversificarlas y entra en banca. Sus negocios europeos se dirigían principalmente hacia el canal de la Mancha y el mar del Norte y sus letters of credit circulaban entre London, Amsterdam y Hamburg. sus mercados americanos incluían New England y Nueva España; y, tenía corresponsales en una cadena de puertos ¡desde Boston a Caracas!, con un puesto avanzado en el centro minero mexicano de Zacatecas.
Bodegas Tajinaste. Isla de Tenerife
La base de su negocio eran los vinos canarios; que, podían embarcarse en Tenerife para un viaje relativamente corto al llamado Nuevo Mundo o India o para el deleite de los gustos europeos especializados. En el XVI, plantadores genoveses habían llevado las cepas de Malvasía desde las islas del Egeo a las Canarias, donde su cultivo se extiende a medida que crece la demanda en el llamado Nuevo Mundo y que la gente del norte europeo empieza a apreciar sus dulces y licorosos productos, que viajaban bien. La "canarian glass" que saboreaban Falstaff y sir Toby Belch era la principal export de las Islas Afortunadas en tiempos del maestro Shakespeare. Losbostonians de finales del XVII conocen las Canarias con el nombre de "the wine islands". El historiador real oficial de Charles II, James Howell, alababa este "vino rico, muy firme, con gran cuerpo y gusto largo en la boca, que no tiene impureza terrenal alguna". Pero, en los tiempos de Cologan, este comercio, una cima de prosperidad durante tanto tiempo.., se hallaba amenazado por la competencia de Madeira; que, desplaza a Canarias en la estima de los/as aficionados/as del norte de la Europa, y que, gracias a su especial adaptabilidad a las temperaturas tropicales, monopolizaba el mercado de las Indias Orientales. Tenerife siempre había obtenido su vino de las uvas de segunda clase conocidas como Vidueño (que, producían vino a bajo costo con resultado mediocre y reservado al mercado interior y al consumo de los/as americanos del sur). Fuera o no Cologan quien primero tuvo la idea de convertir esos vinos en una especie de falso Madeira para competir con los proveedores lusos, sea como sea, es Colgan y no otro quien se dedica, en los años cincuenta y sesenta del XVIII, al perfeccionamiento y a comercializar exitosamente el nuevo vino tinerfeño.

Cologan, damas y caballeros, se las arregló para que su producto tenga el cuerpo y el color requeridos..; y, lo ofreció a precios muy y muy competitivos en toneles de un octavo mayores que los de Madeira comme il faut. A partir de 1766, lo exporta a las Indias Orientales sometidas al United Kingdom a un precio inferior (¡a la mitad del de Madeira de verdad!). Esperaba que esta diferencia (que, uno de aquel momento califica -así nos ha llegado..-, de "monstruosa"...) induciría a la Compañia de las Indias Orientales a "enviar todos sus buques a estas islas de Tenerife, por lo menos cuando los caballeros directores conozcan su calidad". Como truco de, digamos.., sales promotion, organiza una tasting session en un buque mercante que iba rumbo a la India "cuyo responsable y caballeros me aseguraron que les placía tanto que lo veían superior a cualquier Madeira que nunca hubieran bebido".

El, digamos.., trust de compradores de vino organizado por Cologan indigna a la aristocracia hispana que era la dueña y señora de Canarias y, por tanto, de muchos campos donde se cultivaban vides. El titular del marquesado de Villanueva del Prado lo califica de "tirano mercantil" y el titular de otro marquesado (que, disculpen.., no voy a decir aquí -aunque, caso de considerarse imprescindible, se me puede pedir por e-mail privado; por supuesto- dado que su actual titular es un amigo) lo acusa de "exprimir la tierra como una esponja" y de "chupar su sangre como una sanguijuela"...

Pero, su falso Madeira ayuda, sin duda de ninguna clase, a salvar la economía de Tenerife. NO penetra, no, en el mercado europeo de modo considerable..; mas, en las colonias inglesas del llamado Nuevo Mundo goza entonces de una enorme popularidad; que, la guerra de la independencia americana no hace sino aumentar. Al igual, Cologan penetra exitosamente en India; donde su Madeira se convierte en una bebida de la puesta de sol, que daba a las distantes colonias un sabor barato de vida metropolitana.

Sevilla, mes amis/es, en la piel de toro, nunca recobraría su antiguo lugar en este nuevo mundo de Atlantic Economy, de mercantilismo erosionado... Las corrientes de metales preciosos se recuperaron, es cierto, en la segunda mitad del XVII..; pero, se desvían ya del encenagado Guadalquivir hacia el puerto gaditano; y, a intervalos, durante el XVIII, se abren otros puertos al comercio americano... La elegante Casa de la Moneda de Sevilla, ¡donde antaño, damas y caballeros, las cataratas de lingotes de metal preciosos se convertían en monedas!, es, no hace mucho que he estado.., un símbolo apropiadamente dilapidado: un barrio de MÍSERAS casuchas y de mugrientas tabernas, destinado, ¡claro!, a que lo restauren y, por supuesto, aburguesen vilmente, como una tourist attraction con ridículos apartamentos de lujo fantasma.

¡Lo que son las cosas..!, ¿no?

Suyo, damas y caballeros.

Jaume de Ponts i Mateu [jaumedeponts@terra.es]
Extraído del blog:
http://libroadictos.yuku.com/topic/2258/y-ENVIDI-las-islas-del-mencey#.VoQiw_nJy71


Mi abuelo y su negocio de fotingos. El Ford modelo "T" de 1924

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Ayer, en el almuerzo familiar del primer día del año mi primo Alfonso Musitu Soriano, me contaba con mucha gracia el origen de la palabra fotingo, que aquí en las Islas Canarias antes se empleaba para denominar a un coche viejo. El origen de la misma es, al parecer, cubano y deriva de una frase publicitaria que empleaba la empresa Ford Motor Company para vender sus vehículos. 
El anuncio empleaba la frase foot it and go [pisa-arranca-vámonos], y que los cubanos, con buen sentido del humor transformaron en fotingo. El término pasó a las Islas Canarias de inmediato propiciado por la fuerte emigración habida en los años 20 y 30 entre ambos territorios isleños.
Los coches modelo Ford T fueron construidos hasta 1927. Para mayor precisión, los documentos oficiales de la Ford Motor Company certifican que los modelos "T" se produjeron desde Octubre de 1908 hasta el 31 de Mayo de 1927 y que de la planta de Highland Park salieron exactamente 15.176.888 unidades. Su sustituto fue el también popular modelo A, ofrecido al público en diciembre de 1927.
La siguiente carta la escribió mi abuelo Leopoldo Cólogan Zulueta [1893-1953] desde la Orotava, a donde había llegado hacía pocos años para establecerse. Tenía solo 24 años y venía desde Cádiz junto a su hermana Ana pero dejaron en Cádiz a su hermano Antonio porque se había casado recientemente [1917] en esa ciudad con Elisa Osborne Vázquez. 
Tras su llegada a la isla vivía junto a su hermana en la casa de la Orotava y ambos mantenían contacto por carta con su hermano mayor, Antonio. Entre ambos daban forma a múltiples y tal vez disparatados negocios que nunca terminaron por desarrollar. El sabía que su destino era gestionar las propiedades agrícolas de la familia pero siendo tan joven, sólo tenía 21 años, su imaginación daba para muchas aventuras. Una de sus iniciativas más divertidas fue la tratar de importar coches Ford T desde Nueva York a las Islas Canarias donde al parecer era muy apreciados.

Constanza Ponte Méndez en el Ford T de su padre. 1925
Ya les aseguro de antemano que nunca trajo coche alguno pero leer su propuesta aún me provoca una sonrisa. Tal vez su desconsuelo por traerlo fuera ver a Constanza Ponte Méndez paseandose con sus hermanos en el Ford T modelo phaeton de su padre, Gaspar Ponte Cólogan y María Luisa Méndez de Lugo y Ascanio. A lo mejor fue eso lo que hizo que se enamorara años después de su hermana Cristina. En fin, es una broma por supuesto pero me cuesta poco imaginármelos.
Va por ti, abuelo.


El Ford de Nueva York
Orotava, 6 de mayo de 1924
Querido Antonio:
Ayer recibí tu telegrama dando la noticia del nacimiento de tu nuevo hijo pero como en él no me decías el sexo, te lo pregunté en otra de la que todavía no he tenido contestación. Sea lo que sea te felicito y a Elisa y me alegro que haya sido felizmente.
Lo que ha traído es el pan bajo el brazo, anunciado por María del Carmen. Mira que es casualidad las dos coincidencias de tus dos hijos. Cuando anuncies otro se echaran a temblar los tíos.
Ahora voy a proponerte un encargo en el que espero, si te gusta desplegarás más actividad que en el del heno. Se trata de autos. Aquí un Ford cuesta cinco mil setecientas cincuenta pesetas [5.750 pesetas] y lo mismo en Las Palmas viniendo directos de New York y según me dijo el otro día en Santa Cruz Paco Sánchez Capellaniz, cuestan en Sevilla, es decir con aduana y ganancia del representante, cuatro mil quinientas pesetas [4.500 pesetas]. Resulta que aquí se me han dirigido muchos diciéndome que pregunte a Cádiz precios de autos Ford por los anuncios de ABC y otros periódicos de Madrid y a mi se me ha ocurrido que con el dinero que tenemos de los trabajos de La Paz que está parado [el dinero], podríamos moverlo en esto. Vamos a ver en que condiciones y como se podría hacer esto. La gente de aquí no puede pedirlos por que aquí hay representante y tienen que ser una persona que lo compre allí. Esa persona puedes ser tú y tendrías que comprarlos en los Puertos Francos, esto es, sin pagar la Aduana y venderlos yo aquí sobre el muelle, con flete pagado a cuatro mil quinientas. Si esto es factible, diez coches están vendidos de una vez y al contado sobre el muelle.
Calle Viera y Clavijo desde la plaza de los Patos. Santa Cruz de Tenerife

Tú trátalo por todos los medios que puedas y aunque te cueste algún trabajo conseguirlo, insiste, que el niño que llora es el que mama. Tú ve lo que cuesten, averigua flete que ya sabes el precio que alcanzará aquí y deduce si es negocio que yo garantizo la venta de los diez coches aquí, por la gente que me ha hablado. Creo que por tío Luispuedes tener un apoyo ahí, si ponen dificultad para venderlas en esas condiciones. En fin, esto era todo lo que hay que decirte sobre este asunto y tú te lo piensas y lo haces enseguida porque hay que aprovechar la oportunidad que es ahora.
Sin más por hoy y con mi nueva felicitación os abraza vuestro hermano.

Leopoldo

Juan Francisco de Franchi y Grimaldi. 1765

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En un perfecto castellano escribía Robert Morris desde Filadelfia a su buen amigo Juan Francisco de Franchi y Grimaldi residente en la Orotava, isla de Tenerife.
Sorprendido en primer lugar por hallarla escrita en un perfecto castellano luego me dejó boquiabierto su contenido. De él, dudo mucho que la letra fuera la suya y más bien me decanto por que esta corresponda a un escribano que redactaba a su dictado y siendo probablemente éste de nacionalidad hispana. Pensándolo bien, el castellano era, en aquel tiempo, el idioma más importante del continente americano y los colonos angloparlantes norteamericanos se cuidaban muy mucho de tener asistentes que dominarán nuestra lengua.
En aquella carta de diciembre de 1765 Morris se excusaba por no poder remitirle al señor Franchi más madera razonando le que su precio era muy alto y eso que era consciente de que el tinerfeño la necesitaba con premura. Como compensación, le confirmaba su compromiso de que el navío que construían conjuntamente en el puerto de Filadelfia sería, en una tercera parte, de su propiedad y de esa forma los futuros fletes se abaratarían bastante.
A falta de madera el bergantín saldría cargado de Filadelfia con aguafuertes con destino a la guarnición inglesa de Gibraltar. A su regreso le pedía que en su escala en el puerto de la Orotava cargara no menos de 200 pipas de buen vino suyo o de su sobrino Gaspar.
Esperando que esa decisión fuera de su agrado Morris le prometía que en la siguiente primavera le enviaría la ansiada madera, que en esas fechas sería, con mucha seguridad, más barata.

Post Data: El navío se construyó y sirvió a ambos propietarios a cada lado del Atlántico. Morris envía solo 29 años pero ya despuntaba. Luego se convertiría en el segundo hombre más poderoso de América tras George Washington por ser el financiero de la guerra de la independencia. Durante la guerra tuvo una compañía de comercio con más de 250 barcos en propiedad. Desde luego no era cualquiera y muestra de su importancia es que fue la primera persona en emplear el signo del dólar en documentos oficiales y uno de las dos personas en firmar los tres documentos más relevantes de la fundación norteamericana, la declaración, los artículos de la confederación y la primera constitución americana.

Literal de la carta.
Filadelfia, Junio 28 de 1765
Muy Señor mío, nuestra vuelta a Vuestra Merced fue fechada 25 de mayo vuelto cuya copia va adjunta, por igual verá Vuestra Merced que hemos remitido a los Señores Don Antonio Bacon de Londres conforme sus órdenes dos Letras de Cambio importando £376,,8 de esta manera, con Comisión es algo más del balance de su quenta antigua después estemos favorecidos con las estimaciones de Vuestra Merced fechada 29 de Enero y 27 de abril.
La última con el Bergantín Diana, Capitán Walter Kerr, y sentimos de aver hecho es remesa al dicho Señor don Bacon antes que llegaron a nuestras manos, por ver ahora que su intención era de emplear dicho caudal por otro camino.
Estamos con mucha esperanza que Capitán Laurence ha logrado permisión en la Hacienda con su cargazón de vinos por motivo de no aver tenido noticia de él, pero por las últimas noticias de allá todos los súbditos británicos fueron mandando a apartarse de allá en 15 días (por cuyos motivo no sabemos) Su carta al Señor don Guillermo Vernen fue encaminada con toda cuydado con otra que le escribimos pero hasta ahora no hemos tenido respuesta, también haremos más fuerzas de corbar de los señores [Foton y Cros Fils de Nueva York.
Capitán Hers nos encargó por quenta de Vuestras Mercedes conforme los conocimiento 100 pipas de vino de los quales salieron 3 pipas y medio, 8 pipas por quenta de su amigo el […] don Agustín de Castes y treinta pipas por nuestra Quenta de los que [..] pipa, y estas faltas son […] del […] que vimos de [sentir] bastante a la conclusión de su venta en esta ocasión mejores noticias de la venta de vinos que del Viaje pasado, no obstante observamos que los precios allá han bajado, y así esperamos que han de bajar más porque el pagamento de los nuestros sabéis a mucho Caudal, y así impide los compradores de venir por ellos. El Navío nuevo ahora fabricando por capitán Kerr está adelantado a entera satisfacción y por medio del mes que viene quedará botado que lo concertaremos un viaje propio por el Conforme las noticias que hubiera a nuestros correspondientes.
Hemos determinado de interesar a Vuestras Mercedes en 1/3 parte de este navío en cumplimiento del deseo de Vuestras Mercedes, pero teniendo sobre mano una gran porción de vinos al presente, no podemos pensar en traer más este año, y así puede Vuestra Merced hazer un provisión de 200 pipas en la próxima cosecha, remita con tinto y otra mitad natural, [as..] con medias pipas y que por la próxima [pre..] puede Vuestra Merced esperar la llegada del capitán Kerr, quien nos dirá que comprará Vuestra Merced de los cosecheros por nuestra quenta con [..] y embarcarlos primer Costo y costos de lo que estamos convenidos y quedaremos muy gustosos, y no tenemos duda que en esta forma que saldrán mucha más barato, esta cantidad será bastante de compara todos los años, hasta que las grandes cantidades que vinieron antes del nuevo impuesto de derechos quedarían distribuido y acordado de su venta tendremos cuidado de dar Vuestra Merced aviso a tiempo y creyéndonos con el mayor respeto, y verdaderos deseos para servirle quedamos vuestros.
Willing & Morris.


.... perdido en mi desolado páramo voy y vuelvo una y otra vez atrás buscando viejos trozos de papel o un recorte de una historia que siembre algo de vida a mi alrededor pero siempre la terca sequedad lo arrasa si es que antes no lo hace la pertinaz indolencia. Sé que algún día meteré mi brazo en un oscuro pozo y de él fluirá un manantial que lo regará todo pero mientras tanto, obstinado y sintiéndome aún joven y con fuerzas persisto en ello, luego, más adelante ya veremos lo que me deparará el destino.

Lambert Wickes. El corsario del vino. 1770

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Para atreverse a cruzar el Atlántico en un bergantín cargado de vino había que tener mucha experiencia y demostrar pericia y sensatez. Llevar en las bodegas 100 o 200 pipas, era complejo pues lastraba mucho y maniobrar se hacía complicado. Además, costando una pipa £6 (200 pipas =1.200 £) resultaba mucho dinero que no se ponía en manos de capitanes inexpertos y Lambert Wickes no era uno de ellos.

Wickes trabajó para la compañía Willing & Morris durante 10 años haciendo la ruta de Filadelfia a Tenerife varias veces al año. Centenares por no decir miles de pipas de Teneriffe Wine de la familia Franchi viajaron en las bodegas del "Chester", su navío, hasta Norteamérica. En 1770, tras la muerte de Juan Francisco de Franchi Grimaldi, Wickes dejó de venir, pues la amenaza de la guerra estaba cambiando las reglas del comercio establecido.

En 1775 Wickes dejó el vino y se puso al servicio del Segundo Congreso Continental, la guerra estaba en ciernes. Una de sus primeras misiones fue en octubre de 1776 cuando navegó en el bergantín Reprisal de 16 cañones desde Filadelfia hasta las costas de Francia llevando como pasajero a Benjamín Franklin. 

Cuando el Congreso americano designó a los tres signatarios para que les representaran ante las cortes europeas, Franklin hizo de inmediato los preparativos para el viaje hacia París. Partió de Filadelfia el 27 de octubre de 1776, acompañado por sus dos nietos, William Temple Franklin y Benjamin Franklin Bache. El objetivo de Franklin era obtener la ayuda de Francia y España para la guerra recién iniciada contra Inglaterra. 

Antes de partir pasaron la noche en Chester, Pensilvania y, al día siguiente, embarcaron en el Reprisal comandado por Wickes. Este buque fue, de hecho, el primero en ponerse al servicio de la Continental Navy y el primero en entrar en aguas europeas. La elección del nombre Represalia tenía la clara intención de mostrar a Gran Bretaña el objeto que se marcaba la nueva marina.

Al parecer antes de partir de Filadelfia, Benjamin Franklin acumuló todo el dinero que le fue posible, aproximadamente entre tres y cuatro mil libras y lo depositó como préstamo a disposición del Congreso, como muestra de su compromiso por la causa de la independencia de su país y de su confianza en el resultado de su gestión.

Después de atravesar los cabos de Delaware, Wickes puso rumbo este hacia las costas de Europa. En el trayecto fue observado por cruceros ingleses que le seguían la pista. Pese a que el capitán Wickes tenía órdenes explícitas de evitar confrontación alguna en la costa de Francia, tuvo la osadía de capturar dos bergantines. El primero de ellos, el 27 de noviembre a cincuenta millas al sur oeste de Belle-Ile en la costa bretona Francesa. La presa fue el bergantín LaVigne, al mando del capitán James Pratchell, perteneciente al puerto de Hull, Inglaterra, cuando iba en dirección a Rochefort con un cargamento de semillas de lino y brandy, propiedad de varias firmas comerciales francesas. Tras el apresamiento colocó en él una tripulación de cuatro expertos marinos y trasladó al capitán y a la tripulación a bordo del Reprisal. Días más tarde apresó el George, un pequeño bergantín irlandés de Cork. Debido al fuerte temporal, las tres naves fondearon el 3 de diciembre de 1776 en la bahía de Quiberon, cerca de la desembocadura del río Loira, Francia. Parte del brandy del La Vigne fue trasladado al Reprisal y el resto vendido. Por primera vez Franklin era testigo y de alguna manera cómplice de un ataque corsario. En ese instante comprendió la utilidad de este tipo de acciones.
Posiblemente Wickes recibiera directamente del Committee of Secret Correspondence las órdenes de atacar esos barcos. Para Franklin, como uno de sus miembros, era una oportunidad ver de primera mano la viabilidad de entregar en los puertos franceses las presas capturadas.

De hecho, esa información le sería muy útil de cara a la estrategia a desarrollar en París, pues ya ideaba un plan para otorgar comisiones de servicio a otros capitanes. Tras el retraso ocasionado por los ataques y el temporal, el Reprisal desembarcó a Benjamin Franklin el 3 de diciembre en la ciudad portuaria de Auray.

Lo que pasó después está escrito en la historia americana y Wickes pasó a ser el tercer mejor corsario de la guerra de independencia, tras John Paul Jones y Gustavus Conyngham. Capturó 25 navíos británicos y consiguió que los seguros de los fletes se incrementarán un 28%, un desastre para los ingleses.

Nunca capturó navío español alguno, como sí hicieron otros compatriotas suyos, leal a los suyos y a sus amigos de Tenerife su nombre está profusamente grabado en los archivos de nuestra isla esperando a que alguien lo desvele. Naufragó en una tormenta en 1777 de regreso a América y a su muerte Franklin dijo de él que fue un hombre de una gran dignidad y galante como pocos.

Carlos Cólogan Soriano

Teneriffe Wine and the art of selling wines

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Hacer vinos requiere de mucho esfuerzo y amor por la tierra y luego, Dios dirá. Es decir será el clima, las aguas, la tierra y las inclemencias las que harán de él un buen o mediocre vino. Pero no es a eso a lo que me quiero referir sino a lo que viene después, que es venderlo y venderlo bien.
Para los que vivimos en las Islas Canarias el esfuerzo a desplegar es ímprobo por muchos motivos. Primero por la lejanía de los mercados que más consumen. Esa suele ser la más evidente y una excusa para explicar luego porqué no se venden. Luego vienen otras como la competencia de precios de grandes productores o las barreras de entrada. Lo cierto es que la producción es tan limitada que por ese camino siempre nos será difícil progresar. 

Esa limitación de la producción es vista como una tara pero realmente esconde una virtud que a veces se nos escapa como es la singularidad de nuestros vinos y es ahí donde debemos volcarnos como ya se hizo en el pasado.

Una parte importante del patrimonio vitivinícola de España, se encuentra en el Archipiélago Canario, donde han sobrevivido variedades de bayas o uvas que ya no se encuentran en otros lugares, debido a que las plantaciones canarias no se vieron afectadas por la filoxera, plaga que arrasó con los viñedos de Europa y el resto del mundo a finales del siglo XIX y principios del XX.

Pero incluso antes de esa tragedia, ya sea con la malvasía en el XVI y XVII como con los vidueños en el XVIII. Los vinos canarios eran embarcados en nuestros puertos con destino a las indias orientales en navíos de la East India Company (con contratos firmados en la City) o hacia el occidente en navíos españoles o británicos hacia las trece colonias americanas (con acuerdos de intercambio de vinos por duelas y cereales firmados allí). Dejó a un lado que en 1830 el vino de Tenerife fuera elegido como el vino oficial de la farmacopea americana. 

El motivo de su elección era la relación calidad-precio, esa tan manida ecuación tan vigente hoy pero también lo eran por su fortaleza para soportar largas travesías. A estas cualidades se añadía una sutil y elaborada red comercial con agentes en ciudades tan lejanas como Londres, Hamburgo, Filadelfia o la Habana. La red comercial era la gran fortaleza de los vinos canarios y gracias a esta fueron conocidos a una escala global.

Las Islas Canarias en general y la isla de Tenerife particularmente llegaron a copar junto a los Madeiras los mercados de Boston, Filadelfia y Nueva York, antes incluso de que en aquel país se plantará la primera cepa de vinos. Digo más, el primer vino bebido en tierras australianas fue un vino de Tenerife vendido por la compañía de Juan Cólogan e Hijos a la First Fleet en su paso por Tenerife en 1787. Del suministro de vinos a la flota en su escala de Santa Cruz se encuentra aún inédita documentalmente, pero ya sabemos que fue negociada en Londres por la compañía Cologan, Pollard and Comp. También sabemos que hubo un emperador chino que bebió profusamente vinos de Tenerife y este fue nada menos que el emperador Kanghi allá por el 1630. La lista podría ser muy larga como Shakespeare, George Washington, el emperador Mohamed III de Marruecos en 1774 o la Rusia de los Zares en el siglo XIX. 

Todas estas circunstancias se lograron con mercados lejanos abiertos a una competencia mundial como la que vivimos ahora pues desde luego la competencia no es solo propia de nuestro tiempo. En las centurias pasadas ya estaba el Sherry, el Claret, el Oporto, el Madeira por no decir de los aguardientes o la propia cerveza. Dejando al margen de que en el siglo XVIII no existía ni el comercio electrónico ni los aviones ni nada que se le parezca, aquellos avezados comerciantes no tenían la historia ni unos bien fundados antecedentes que les avalase cosa que ahora si tenemos y esto es realmente muy importante.

Así pues, ahora que tenemos un bella historia de comercio de vinos casi inédita, ha legado el momento de sacarla a relucir, pero no por alardear de ella sino por mostrar el aprecio que de nuestros vinos hicieron grandes hombres de ciencia, de la política y de las humanidades. 

Muchos de ellos lo dejaron por escrito en sus memorias como Voltaire, también lo hizo Humboldt, La Perouse, el capitán Cook, ellos vincularon nuestros vinos con sus propias vidas pues no hay mejor maridaje que una botella de vino y una buena historia. Así pues, no hay obstáculo alguno para que los maravillosos vinos canarios vuelvan a ser una referencia mundial, los babosos, la malvasía, el marmajuelo, el listan, el negramol, la tintilla, el vijariego y otros son varietales endémicos y exquisitos que volverán a emergen solo cuando lo viticultores canarios lo consideren.



Carlos Cólogan
Santa Cruz de Tenerife

Dollar Bay in Waterford y el vino. 1765

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En Waterford, al sur de Irlanda hay una playa conocida como Dollar Bay donde con frecuencia los estudiantes aún juegan a buscar las viejas monedas de plata española que dicen que se ocultan en sus blancas arenas.
En junio de 1765 la tragedia del navío Earl of Sandwich se cobró la vida de George Glas, de su mujer y de su hija, él ensartado y ellas lanzadas vivas por la borda por tres sanguinarios amotinados que no atendieron a sus súplicas. La crueldad de tan trágico final ocultó qué era lo que había detrás del asunto y que no era otra cosa que las 250 sacas de monedas de plata y oro que viajaban a bordo del navío desde Tenerife rumbo a Londres. 
La codicia de los amotinados les dejo literalmente colgados por las autoridades en una plaza de Dublín y durante los siguientes meses muchos rastrearon la costa de Waterford buscando las sacas que los amotinados escondieron en la arena. Sin embargo, sólo encontraron pipas de vino destrozadas contra las rocas.
Al final, un comerciante tinerfeño perdió una inmensa fortuna y un londinense un navío cuyo nombre coincidía curiosamente con el del mismo primer secretario de Estado y luego Lord del Almirantazgo....
La plata y el oro de las Indias españolas llegaba al corazón de Europa por medio de navíos canarios. El ilícito contrabando de metales preciosos costeaba fuertes inversiones británicas y el vino era solo una tapadera....

Carlos Cólogan
Santa Cruz de Tenerife
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