Entre el 6 de julio de 1876 y el 28 de mayo de 1877 el matrimonio británico formado por Thomas y Annie Brassey circunnavegaron por primera vez el mundo en su yate Sunbeam [rayo de sol]. Era la primera vez que un yate privado lo hacía y esta es su particular historia con la escala en Tenerife.
Thomas y Annie Brassey
El Sunbeam fue una goleta diseñado para Thomas Brassey por su amigo el arquitecto naval inglés St Clare John Byrne siendo construido por los astilleros de Bowdler y Chaffer en Seacombe, este de Inglaterra. En su botadura se convirtió en uno de los yates de lujo más famosos de su tiempo. Si que es cierto que muchos y muy buenos veleros navegaban por entonces pero la importancia, o si se quiere, el hecho destacable de esta bella goleta fue el hecho de ser el primer yate privado en dar la vuelta al mundo. El Sunbeamera un navío de tres mástiles, con estructura de acero y piel de madera de teca. Su eslora era de 159 pies y su manga 27,5 pies pesando 532 toneladas de las cuales ochenta eran de carbón. El yate tenía un motor de vapor con una potencia de 70 caballos de vapor que desarrollaba una velocidad máxima de poco más de 10 nudos. La goleta, lejos de ser espartana, era lujosa y moderna con un cierto toque victoriano. Por supuesto fue diseñada para soportar las largas rutas y tenía autonomía para navegar durante más de veinte días sin repostar.
La goleta Sunbeam
Su propietario Thomas Brassey [1836-1918] había sido parlamentario británico por Devonport en 1865, luego por Hastings en 1868 para abandonarlo solo dos años más tarde. En 1874 fue designado presidente del Co-operative Congress [National Conference of the UK Co-operative Movement]. A su regreso del viaje sirvió como Civil Lord of the Admiralty desde 1880 a 1884 [bajo el gobierno de William Ewart Gladstone] y como secretario del Parlamento para los asuntos del Admiralty desde 1884 a 1884. En 1881 fue nombrado Knight Commander de la Order of the Bath [KCB] y obtuvo el título de de Baron Brassey de Bulkeley en el condado de Chester en 1886.
En 1893 la reina Victoria le eligió junto a nueve personas más para constituir la Royal Opium Commission que se constituyó con siete británicos y dos hindúes liderados por él, que tenían el cometido de informar si se debía finalizar con la exportación del opio hindú hacia China y potenciar más el consumo en la propia India donde estaba prohibido salvo para uso médico. Pero dejando de lado a Brassey y sus méritos mejor retorno al Sunbeam y su famoso viaje.
El Sunbeam partió el 1 de julio de 1876 del puerto de Chatham en la desembocadura del río Medway, en el Reino Unido. La tripulación se componía de 43 personas. Además del matrimonio y sus cuatro hijos el pasaje se componía de algún funcionario, amigos, sirvientes y tripulación. La ruta que siguió hizo una primera escala en Funchal en Madeira. Luego prosiguió hasta el Puerto de la Cruz en la isla de Tenerife que es el motivo de estas líneas.
Annie Brassey
De las Islas Canarias prosiguió hacia Cabo Verde y luego a Brasil, donde abandonó el navío Thomas, uno de los hijos, para regresar nuevamente a Inglaterra. De Brasil navegaron al sur hacia Montevideo, luego Buenos Aires y Punta Arenas en Chile donde rescataron a la tripulación de un barco que se hundía. Una vez cruzaron el estrecho de Magallanes se dirigieron al norte de Chile hasta Valparaíso a donde llegaron el 31 de octubre. Ya inmersos en el Océano Pacífico, hicieron una breve parada en la pequeña isla de Hao Harpe antes de visitar Tahití. Una semana después se dirigieron a Hawái, a continuación, Japón, Hong Kong, Cantón, Macao y Singapur. De ahí a Sri Lanka, Adén y, a través del Canal de Suez, a Alejandría, antes de dirigirse a Malta, Gibraltar y Portugal. Llegaron a Inglaterra el 26 de mayo 1877 después de haber recorrido más de 36.000 millas.
La motivación de estas líneas surge de la casualidad al encontrarme a los señores Brassey mencionados en una carta dirigida por mi bisabuelo Tomás Fidel Cólogan y Bobadilla [1813-1888] a sus dos hijas Lara y Beatriz mientras éstas estaban en París estudiando. Tomás, mi bisabuelo, fue alcalde constitucional del Puerto de La Orotava en 1840 y nuevamente en 1846, 1857, 1858 y en un segundo periodo en 1863, 1864, 1865 y 1866 bajo el gobierno de Narváez. Mi bisabuelo tenía 63 años cuando el Sunbeam llegó a Tenerife y ya estaba retirado de la política y vivía en su casa de La Orotava junto a Laura su mujer.
Tomás Fidel Cólogan Bobadilla
Carta de Tomás Fidel Cólogan a sus hijas del 7 de agosto de 1876
Queridísimas hijas Laura y Beatriz y también Tata:
Mucho me alegro de que estén ahí los hermanos en vuestra compañía. Aprovechen ustedes para lo que se les ofrezca. Me temo que en ese Chateau de Vernier habrá pocas diversiones. A Marcelino cuídenlo mucho, para que se ponga fuerte y robusto. Juanico también que cobre fuerzas para el nuevo curso. Siento que no estén ustedes en un sitio de más distracciones.
Lo que es aquí la gente, que no está enferma, no se [desanima] en eso de divertirse. En días pasados se organizó una expedición a la Paz nuestra, es decir un día de campo, o sea una gira que salió divinamente. No tienen ustedes idea de lo complacidos que todos salieron, en lo que todos lo saborearon.
La promovedora de todo esto, como de todo lo que aquí pasa en materia de diversiones fue Margarita Zárate y Conchita la nuera, que ambas a dos, están lo más animadas que pueden ustedes figurarse. Como que la casa de ella es la casa de las diversiones únicas que aquí hay.
Me pidieron la casa con la condición de que yo no había de hacer nada sino franquearla y comprenderán como […] conocidas [….]acepté solo que, como es natural, no permití que llevasen loza ni cristalería, ni alumbrado, facilitando además la plata que allí había. Los señores se repartieron los platos de la comida que fue abundantísima. Los caballeros los vinos, los pollos llevaron la música del Realejo que les costó por cierto unos 25 duros, en fin, no faltó de nada. Después de comer no se hizo otra cosa que bailar sin interrupción hasta las doce de la noche, o la una, que fue la retirada. Por supuesto sirviéronse helados toda la noche, ponche, licores, etc.
Se bailaba a la vez en la sala en el comedor (se quitaron las mesas más tarde) y […] en el ante-comedor, al aire libre lleno de farolitos de colores colgados de los árboles, estando la música tocando abajo.
Las señoras y los mirones sentados en la antesala y en las escaleras, todo muy bonito pintoresco y animado.
Hubo varios forasteros, y todo el mundo encantado de de aquello y haciéndose lenguas de lo privilegiado de aquel sitio.
En fin, fue una función mágica, y que ha causado gran sensación. Ahí os mando un suelto de “La Lealtad” que se ocupa de ella.
Todos, todos se lamentaban de la ausencia de ustedes, correspondiendo también a lo mucho que yo les eché a todos y a todas, a ellos y a ellas.
Hay un ramillete de jóvenes bonitas. Nuestra vaciedad aquí no decae y esto es créanme muy de celebrar. Momentos hay en que desearía verlas a ustedes llegar aquí juntando con los muchachos, buen refuerzo sería. Las reuniones aquí son en casa de Juan Salazar muy sostenidas y concurridas. La de anoche como siempre.
Otra novedad de esta quincena ha sido la de haber estado a bordo de ese precioso Yatch de quien a ustedes cuento en mi última que estaba fondeado en el Puerto.
A los dos días de haberse enviado el anterior correo se apareció una mañana a las 8 con rancho de ingleses con una señora a ver el castañero. Venían con Germán y este me pasó recado. Salí eso de […] y entabló conversación con ellos haciéndoles entrar en casa. Al despedirse no suplicaron les acompañase a almorzar a bordo, lo que acepté. No pueden ustedes figurarse los primores, el lujo, las curiosidades, que encierra ese barco, cuyo nombre también es precioso (the Sunbeam). El almuerzo fue lo más delicado e impactante. La mesa del comedor [inco..tab] tres ejes estaba […] a nivel. La cama de la Señora en el camarote lo mismo. Arriba sobre cubierta un saloncito lleno de preciosidades.
A las doce me retiré de abordo y acto continuo partieron con rumbo al Brasil. Me dejaron tarjetas, retratos. El dueño es Mr. Brassey, miembro del Parlamento. Mrs. Brassey es joven todavía y guapa y muy elegante.
Muy de menos las echo a ustedes en todas estas ocasiones de diversiones y sintiendo no las disfruten también ustedes.
Por supuesto que Carolina, Tomasa y Pepe fueron de gran avío en lo de la Paz y allí quedaron ellas aquella noche cuando nos retiramos todos. Al día siguiente por la tarde la casa había vuelto a su estado normal, fregando el piso, …
Se acaba el papel, y se acaba también con abrazos y besos para ustedes, que les transmitirán lo puesto a sus hermanos.
Vuestro amante papá.
Tomás
Pd: La vuelta a la villa aquella noche fue otra diversión, multitud de choches, otros a caballo, otros a pie con guitarras.
Annie Brassey [1839-1887] publicó tras el viaje un libro en el que narró sus vivencias en el tomo A Voyage In The Sunbeam: Our Home On The Ocean For Eleven Months. El libro se convirtió en un best seller y fue traducido a cinco idiomas.
Annie escribió otros libros sobre viajes en el Sunbeam: Sol y tormentas en el este, o cruceros a Chipre y Constantinopla [1880]; En el Comercio, los trópicos y los años cuarenta rugientes [1884] y El último viaje a la India y Australia en el Sunbeamque se publicó póstumamente en 1887. Murió a bordo de la goleta durante un viaje de regreso de Australia y fue su cadáver fue lanzado al mar.
Para acceder al libro mejor entren en el siguiente enlace de la Fundación Orotava para la Ciencia que lo ha digitalizado.