Si hubiera que hablar de multinacionales tinerfeñas e incluso canarias habría que precisar si estamos hablando del presente o del pasado. Si es del presente las podremos encontrar en sectores como el de la venta de automóviles, por supuesto en el sector hotelero, que ya son unas pocas, pero también en el de los parques temáticos y alguna más de distribución de productos agrícola, particularmente plátano. Fuera de esos sectores, las empresas más boyantes son normalmente de ámbito regional o nacional a lo sumo, pero nada más allá.
Sin embargo, si hablamos del pasado, cuando no había ni coches, ni parques temáticos, ni hoteles, las Islas Canarias tenían varias multinacionales que habrían hecho palidecer a las actuales. Como no podía ser de otra forma, en los siglos pasados éstas operaban siempre dentro del sector primario, que era el único que teníamos. Concretamente en el de los vinos, un producto que nació solo para la exportación porque el mercado insular era muy limitado.
Las compañías exportadoras tenían su razón de ser en el contexto del mundo anglosajón pues fueron los que más lo propiciaron. Primero porque fueron ellos, los ingleses, escoceses e irlandeses los que iniciaron este sector y según porque su exportación iba normalmente a sus propios mercados. Dicho de otra forma, los locales pusimos la tierra, las viñas y el agua y salvo excepciones, poco más.
Antes del inicio del XVIII, los ingleses copaban las exportaciones hacia Inglaterra y muchos otros puertos de Europa, pero tras la Guerra de Sucesión Española entraron los irlandeses, que llegaron refugiándose también de la agresión que sufrían por parte de los ingleses en su propia isla. Cuando llegaron se dedicaron a lo que mejor sabían hacer que era comerciar y con un producto que ya conocían como era el vino canario y que por entonces dominaba el malvasía. Este producto lo conocían perfectamente los comerciantes de Dublín y Waterford y eso fue suficiente para eligieran venir a nuestras islas, principalmente a Tenerife, La Palma y Gran Canaria.
A principios del siglo XVIII comenzaron a exportarlo a Inglaterra, a numerosos puertos del continente europeo, pero también lo llevaron a los Estados Unidos, fundamentalmente Filadefia, Nueva York, Charleston y Newport y a Madrás y Calcuta en la India convirtiéndose en multinacionales del comercio. ¿Habían otras empresas en España que llegaran a esas cotas de multinacionalidad?, pues me temo que muy pocas pues para ser multinacional era mucho más fácil serlo desde un archipiélago en medio del Atlántico que desde un puerto concreto de la península.
Además si tienes la suerte de poder ofrecer tus productos a todas las flotas, las mercantes y las militares, pues entonces entras en un juego mucho más divertido y de más alcance. En el siglo XVIII estaban las compañías de las Indias inglesa, francesa, holandesa y hasta la portuguesa y también las flotas mercantes americanas. Si firmabas un contrato con ellas te asegurabas poner tus productos en la otra parte del globo y eso fue lo que pasó con los vinos de Tenerife. También estaban las compañías balleneras y pesqueras en general que también se aprovisionaban aquí, por parte española la compañía de Filipinas ayudaba un poco, pero solo eso.
En cuanto a las marinas de guerra, la inglesa era la mayor capacidad de compra de su tiempo. Y con sus pedidos de miles de vinos podías ver como tus vinos podían venderse en Jamaica, la India o en Australia. Y así sucedió con los vinos de Tenerife, que de repente, entre irlandeses como exportadores y los ingleses como compradores nos llevaron en volandas por el mundo.
¿Pero cuáles eran estas empresas? ¿Cómo se llamaban? Una de las más interesantes fue la de familia Franchi de la Orotava, al norte de Tenerife, que operaba con Londres y algunos puertos europeos como Nantes, Hamburgo e Italia. Pero también exportaba vinos a Norteamérica teniendo allí socios con quienes compartía propiedades de barcos. Duró un par de siglos pero no pudo con la competencia irlandesa que llegó en tromba.
Una estas fue la fundada por unos irlandeses de Waterford. Eran los Walsh y los Fizgerald que terminaron el siglo XVII y comenzaron el XVIII con un ritmo exportador sin parangón a caballo entre vinos Malvasías y unos blancos poco apetecibles aún. Además de exportar hacia Europa , que era su territorio, también comerciaban con las Indias españolas. Estos antiguos comerciantes sentaron las bases para el nuevo comercio del siglo XVIII y dieron paso a nuevas generaciones llegada a Tenerife a partir de 1730.
La primera y más destacada fue sin duda la de Juan Cólogan e Hijos con contratos con todas las compañías de indias europeas y con todas las flotas de guerra principalmente la británica que les aseguró ventas de miles de pipas al año. Además supo innovar y crear una nueva formulación de vinos más modernos, los Vidueños, con los que pudo competir con los todopoderosos Madeira y entrar en el mercado Norteamérica a mejores precios y calidad similar. Allí mantuvo un comercio estable hasta principios del XIX con un abanico increíble de empresas norteamericanas que haría palidecer a cualquier empresa española actual.
La siguiente carta de un Copiador de Cartas de 1783 digida a John Maxwell Nesbitt de Filadelfia se refleja en una sola página la red comercial que esta empresa tenía solo en Europa.
La siguiente carta de un Copiador de Cartas de 1783 digida a John Maxwell Nesbitt de Filadelfia se refleja en una sola página la red comercial que esta empresa tenía solo en Europa.
Nuestros agentes son:
En Londres, Cologan, Pollard & Comp.
En Amsterdam, Jacobus & Johannes VanderWalls
En Rotterdam, Richard Pillans & Company
En Ostende, Francis Bowens
En Hamburgo, Joachim C. Voigt, W. Burraves & Sons, Peter Simsent
En Dunkerke, Connelly & Sons and Arthur
En Bremen, Robert & Anthony Garvey
En L’Orient, Sr. Marais y J.J. Berard & Compagnie
At Nantes, Andrew and David Galway, August Delnymes, James and Edmund Tobin.
At Cadiz, Edward and James Gough.
At Malaga, Quilty and Comp.[1]
[1]AHPTF. AZC. Sign.122-040-R. Cop. cartas 1782-1785. Carta de Tomás Cólogan Valois a John Maxwell Nesbitt &Comp. Tenerife. 17 enero de 1783.
Algo más tarde que la anterior se estableció la compañía del escocés John Pasley y sus posteriores derivadas como Pasley, Little and Comp., que también participó de la venta no solo de Vidueños sino de los propios Madeira con contratos estables con la Marina Británica. También hubo otras empresas de menor entidad que las dos anteriores como la de los White, la de James Barry, etc. Fuera de la isla de Tenerife, y a menor escala estaba la compañía de Dionisio O’Daly, y Thomas Cullen en la isla de La Palma y la de los hermanos Russell de Gran Canaria muy conectada a las de Tenerife.
Dicho esto, es importante recalar que cuando estas multinacionales operaban en medio mundo, las grandes firmas que ahora conocemos de Jerez o el Puerto de Santa María, aún no habían nacido. Así pues muchas de estas firmas ya desaparecidas, fueron la prehistoria de la comercialización de vinos españoles en el mundo.
Dicho esto, es importante recalar que cuando estas multinacionales operaban en medio mundo, las grandes firmas que ahora conocemos de Jerez o el Puerto de Santa María, aún no habían nacido. Así pues muchas de estas firmas ya desaparecidas, fueron la prehistoria de la comercialización de vinos españoles en el mundo.
Ese pasado quedó postergado completamente en el olvido, pero gracias a los archivos de la compañía de Juan Cólogan e Hijos, ha llegado el momento de desvelar lo que las propias compañías nunca quisieron compartir.
Carlos Cólogan Soriano
Marzo de 2017
Marzo de 2017