Quantcast
Channel: Canary Island in history
Viewing all articles
Browse latest Browse all 161

Las dos caras del grabado

$
0
0
Cada vez que entraba en aquella casa miraba un colorido grabado con curiosidad. De este me preocupaba la humedad, que había hecho estragos, y su enmarcado, bastante malo, amenazando su ya larga vida.
Al pie de la lámina se leía que había sido pintado por Dominic Serres y grabado por luego por Canot. Sin más detalles.
Mostraba el ataque inglés a La Habana de 1762 que acabó con la victoria de éstos. Embarcados en los navíos iba este Serres, que pintó 11 láminas desde diversos ángulos para luego, en Londres, grabarlo y distribuirlas por toda Europa. La serie se llamo "The Capture of Havana, 1762: The Morro Castle and the Boom Defence Before the Attack".

En realidad el encargo fue hecho por la familia del general George Keppel que tenía a varios de sus familiares embarcados en aquel ataque. De las 11 láminas, se grabaron 9 por P.C. Canot.
Los muy británicos quisieron restregarnos por la cara su, por entonces, más importante captura hecha al imperio español en las Américas. No sabría decir cuántas de éstas se enviaron a medio mundo, pero los grabados se utilizaron para divulgar el evento como si de un periódico de tirada mundial se tratara.
Un par de años después, entre 1765-1770, mi antepasado Juan Cologan Blanco encargó un juego de estas láminas a su amigo Robert Jones de Londres, en esos años co-director de la East India Company. Los grabados fueron embarcados en el bergantín Scipio, del capitán Samuel Kirkman, que los trajo hasta el Puerto de la Cruz.
Tras un par de siglos almacenados en casa de Juan, la casa pasó a mi abuela. Debió ser ella la autora de un nuevo enmarcado, allá por 1927, cuando se casó y amuebló la casa. Tras su fallecimiento, hace ya más de 15 años, este grabado acabó en casa de una muy querida tía mía donde lo veo a diario.
Animado por la historia le propuse: desmontarlo, limpiarlo y re-enmarcarlo, para que sobreviviera unos 100 años más y mi tía, que me conoce y me quiere bien, me dijo, "llévatelo y haz lo que consideres".
Hace unas semanas lo puse en la mesa de mi cocina y con paciencia le quite los oxidados clavitos y retiré la madera de atrás. Tenía mucho polvo y óxido acumulado en décadas, pero se conservaba bien. Sin embargo el regalo no fue acceder al grabado sino ver el secreto que este guardaba detrás.
Era el conocido grabado de la casa Franchi de la Orotava de C. de Freudenberg, de la misma época, que alguien pegó seguramente para darle más rigidez al grabado y a falta de un pergamino mejor, vete tú a saber ....
Lo cierto es que el grabado refleja dos realidades, la mundial, en plena guerra y la local, no menos relevante para nuestra pequeña historia. Así pues he decidido enmarcarlo nuevamente, con doble marco y dos cristales, para que el grabado muestre un siglo más "las dos realidades".
Por cierto, nunca desprecies lo que cuelga de una pared. Si alguien decidió ponerlo ahí debió ser por un motivo. La cuestión es saber cuál fue.

Viewing all articles
Browse latest Browse all 161

Trending Articles