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SEIS CARTAS DE UN ARTILLERO TINERFEÑO EN LA CORONACIÓN DEL ZAR ALEJANDRO III DE RUSIA

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SEIS CARTAS DE UN ARTILLERO TINERFEÑO EN LA CORONACIÓN DEL ZAR ALEJANDRO III DE RUSIA
Era el 20 de abril de 1882 (Carta Nº1) y el joven teniente coronel Leopoldo Cólogan, por entonces destinado en Cádiz, escribía a sus padres en la Orotava, Tenerife, para darles una grata sorpresa.
Había nacido en el Puerto de la Cruz y en 1840 y en el año que escribía estas cartas aún permanecía soltero y no tenía más vocación que su carrera militar. Lo hacia regularmente para contar orgulloso a sus padres sus logros en la carrera militar y sus vivencias. Dice así en esa primera carta:
Yo también sorprendo a Uds. con una noticia, pero no triste; no se alarmen ustedes, todo lo contrario. El Rey ha tenido la bondad de acordarse de mí y me ha nombrado para formar parte de la embajada extraordinaria, y que con el Duque de Montpensier a la cabeza, va a Rusia a la coronación del Emperador. Ya pueden ustedes calcular la distinción tan grande que el Rey me ha dispensado, y el que solicitándolo muchísimas gentes de gran valimiento y posición se ha acordado de mí estando tan lejos. Lo debo a él exclusivamente.
Creo que además de tener pagado el viaje, alojamiento y manutención nos darán algún dinero, quizás el suficiente. De todos modos estoy resuelto a hacer el sacrificio necesario porque esto no es renunciable. El viaje no puede ser más interesante y todo el mundo me lo envidia como es lógico (suposición). Es un golpe de suerte por más que le pueda resultar algún deterioro para el bolsillo.
No hay porqué pensar ni un instante en peligros. Cuando el Gobierno Ruso se decide a llevar adelante la ceremonia y que concurra tanto príncipe extranjero es que está bien seguro.
Tras la sorpresa inicial el 8 de mayo del siguiente año de 1883 Carta Nº2), vuelve a escribir:
Querido Papá. Estos días aquí me han servido para preparar algo de mi ropa y en el Express de mañana, o pasado, lo más tarde, saldré directamente para París, donde descansaré tres o cuatro días, e ir el 15 a Berlín, que según las instrucciones que nos ha dejado el Duque de Montpensier después de dudas, intrigas, la embajada la compondremos el Duque de Medina Sidonia, Rafael Esquivel, general Ibarreta, Marqués de Casa-Fuerte y el comandante y diputado LaSerna y yo.
Parece que ha habido mucha gente que lo deseaba y lo solicitaba, pero mi candidatura no ha vacilado ni un instante pues el Rey resueltamente me nombró el primero. Mañana me recibe para darle las gracias y expresarle mi gratitud.
La organización del viaje ya estaba avanzada y poco a poco Leopoldo iba conociendo más detalles. Por entonces, asistir a una coronación de un rey europeo solo estaba al alcance de nobles, militares y miembros del gobierno y las presiones para ir en la embajada a la coronación era terribles.

Carta Nº3 desde Paris, 12 de mayo de 1883
Querido papá y mamá:
Aquí me tienen ustedes ya después del pesado viaje de Madrid a esta capital. Hemos venido juntos el General Ibarreta y yo. El descanso en esta es algo más de de lo que pensábamos pues en lugar del 15 nos cita el día 17 en Berlín el duque de Montpensier.
Antes de salir de Madrid hice a los Reyes la visita que les anuncié en mi carta anterior. Como era de suponer estuvieron sumamente amables y fue mucho más larga de lo que suele acostumbrar. Hablamos de cuento hay, incluso de ustedes y de todos los hermanos, y de muchas bromas. Me han aplazado para que a la vuelta les cuente todo. El Rey me manifestó lo que ya sabía, que a él debía mi nombramiento, asegurándome que enseguida se había acordado de mí. En fin sumamente amable.
También pasé a saludar un momento a la Infanta Isabel siendo muy breve nuestra conversación.
Carta Nº4 desde Moscú, 22 de mayo de 1883
Anoche llegamos a esta antigua capital de la Rusia, y hoy ha tenido lugar, sin novedad, la entrada del Emperador y toda la familia imperial con el cortejo correspondiente, escoltas y formación de las tropas en la carrera, 2ª l viaje es interesante como pensaba e indudablemente no puede uno menos de celebrar el haber venido.
Todos los gastos son por cuenta del Emperador y tanto. El Hotel que ocupamos es muy bonito, no hotel fonda, sino palacio, Hotel como dicen los franceses, y todos tenemos carruajes a nuestra disposición.
Carta Nº5, Moscú, 28 de Marzo de 1883
Ayer ha tenido lugar aquí, con toda felicidad, el acto de la coronación del Emperador con las ceremonias que son costumbre en este país medio europeo y medio asiático, medio civilizado y medio salvaje. Por lo periódicos estarán ustedes enterados de la mayor parte de los actos y detalles de cuanto aquí ocurre. Efectivamente he conocido muchos personajes que no había visto antes y todo contribuye a que esta estancia sea entretenida y en extremo interesante.
Efectivamente he conocido muchos personajes que no había visto antes y todo contribuye a que esta estancia sea entretenida y en extremo interesante.
Me hace mucha gracia ver las mujeres del campo casi igual que en España y aún como en islas. Con trapos de colorines y pañuelos por la cadera puestos en la misma forma que en España.
Como este Sr. Duque de Montpensier es tan curioso todo lo vamos a ver, y antes de ayer hicimos una excursión a dos horas de aquí a ver el célebre convento de San Sergio. Esta noche baile en el palacio imperial situado en el kremlin. Calculamos salir de aquí dentro de ocho horas próximamente empezaremos a desandar todo lo andado que no es poco.
Carta Nº6, Paris, 12 de junio de 1883
Querido papá:
Aquí estamos ya de vuelta de donde antes de ayer, habiendo hecho de un tirón el trayecto de Varsovia a esta, que no es flojo. El primer día de llegada tuvimos comida en la embajada y el día siguiente, ayer, fuimos invitados a almorzar por el Duque de Amiale a su gran y magnífico Chateâu de Chantilly, en donde lo pasamos muy bien dando primero un gran paseo por aquel inmenso y precioso bosque y admirando después tanto objeto de arte y tanta riqueza como allí se encierra. El Duque amabilísimo. Acompañó también al Duque de Monpensier su hermano el príncipe de Joinville y ocurrió una cosa que no pudo menos de llamarnos la atención a todos. Naturalmente nos presentó el Duque a él, y en seguida que oyó mi nombre me preguntó que tenía que ver con una charmante (encantadora) persona que le había hecho los honores en Canarias, en el Puerto de la Orotava.
Naturalmente le dije quien era y le recordé que había dado un alfiler a mamá, y de todo se acuerda perfectamente. Es prodigiosa la memoria de estos señores. Tanto a Joinville como a Monpensier les he manifestado nuestro agradecimiento.
Ya ha quedado disuelta la embajada. Mañana llega la Reina de paso para Viena. En Rusia nos han dado a todos una condecoración (a mi Comendador de Sta. Ana) y una medalla de plata por la coronación. El Duque de Monpensier también nos ha obsequiado a todos con un recuerdo, tocándome a mí una petaca de plata y oro esmaltada, muy bonita, especialidad del a industria rusa.
Carlos Cólogan Soriano (biznieto de Leopoldo)

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