1774. TRES IRLANDESES Y DOS DOCENAS DE BOTELLAS DE MALVASÍA, EL SECRETO PARA GANAR UNA GUERRA
Sucedió en 1774. España andaba caliente con los moros del norte de Marruecos y se mascaba un enfrentamiento inminente.
En Cádiz, a tiro de piedra de Melilla, vivía Dominick (Domingo) Terry oriundo de Waterford en Irlanda y dedicado al comercio de cualquier cosa y más tarde a los vinos como su apellido insinúa.
Tenía por amigo a otro irlandés de Waterford llamado Juan Sherlock, brigadier del Regimiento Ultonia (regimiento de irlandeses católicos al servicio de España) que tras fajarse en América retornaba a España via Tenerife.
En la isla estaba Bernardo Cólogan Valois, íntimo amigo de Terry con quien compartía negocios de todo tipo. !Uno de los más curiosos era enviar destiladeras a Irlanda!, como lo oyes.
El caso el que el Sultán se arrancó y decidió asediar la ciudad de Melilla y Carlos III se vio obligado a devolver el golpe enviando una flotilla que desarmara a los embravecidos moros.
Como el rey confiaba plenamente en Sherlock, en julio de 1774 ordenó enviar al navío de línea de la Armada Real La Princesa de 74 cañones bajo el mando de Antonio Rodrigues de Valcárcel y Tous de Monsalve a Tenerife para repatriar cuanto antes al brigadier y a su leal regimiento.
Domingo Terry que tenía dieciocho oídos en Cádiz se enteró de la salida de La Princesa hacia nuestra isla y escribió a Juan pidiéndole que suministrara dos docenas y media de botellas de Malvasia para su amigo Sherlock. Dicho y hecho. El navío entró en puerto y se llevó al brigadier con sus botellas bajo el brazo.
La poción mágica surtió efecto, como si de Asterix y Obelix se tratara Sherlock se dirigió a Melilla y les dio una tunda de órdago a los moros que no se recuperaron dejando a salvo Melilla hasta la fecha. ¿Sería por el Malvasia?
Pd. Cuando Sherlock falleció nombró fideicomiso de su testamento a su amigo Domingo Terry quien le protegió toda su vida.
